El cuscús se le atraganta a la ultraderecha francesa
Una fotografía del vicepresidente del Frente Nacional (FN), Florian Philippot, comiendo cuscús ha hecho estallar la guerra entre la ultraderecha francesa.
En el estado de ebullición que vive la ultraderecha francesa, un acto tan banal como comer un cuscús puede convertirse en casus belli, sobre todo cuando el comensal es el polémico vicepresidente del Frente Nacional (FN), Florian Philippot.
A Philippot se la tiene jurada medio partido, especialmente tras las últimas elecciones presidenciales y legislativas.
Sus enemigos no desaprovechan cualquier oportunidad de atizarle en público o a través de las redes sociales y, en esta ocasión, la excusa se la ha dado un plato magrebí, que Philippot degustó el pasado 13de septiembre en compañía de unos compañeros del movimiento que él mismo fundó este año, Los Patriotas.
MUCHO MÁS QUE UNA CENA
Una de las participantes en la cena, Kelly Betesh, compartió con sus más de 11.000 seguidores en Twitter una foto en la que se ve al vicepresidente del Frente Nacional cenar con ella y otros amigos en "el mejor restaurante de cuscús de Estrasburgo", capital de Alsacia, en el noreste de Francia.
El mejor cuscús de Estrasburgo
Tras solo unos minutos llegó la respuesta del ala más extrema de la ultraderecha francesa, que no perdona a Philippot el giro social y económico que quiere imprimir al partido frente a las cuestiones identitarias y xenófobas.
Enseguida los seguidores del chucrut alsaciano se enseñorearon de la conversación, contraponiendo las bondades de esta col fermentada en salmuera a la invasión del islámico cuscús en los fogones franceses.
¿Y la gastronomía francesa? Patriotas de tres al cuarto
Betesh colgó horas después la foto de un plato con salchichas y panceta acompañando a un chucrut, pero ya era tarde: Philippot sufría una vez más el embate de sus correligionarios, que demandan un retorno a las esencias del Frente Nacional.
Varios de los más destacados dirigentes del partido se han pronunciado sobre esta polémica, que también afecta a otra de las comensales, la eurodiputada Sophie Montel.
"Quienes hablan de provocación cuando se cuelga una foto de cuscús en Estrasburgo son simplemente cretinos. Que se lo planteen y que prueben un plato de cuscús, verán que está muy bueno", ha dicho este lunes Philippot al ser entrevistado en la emisora France Inter.
También ha recordado a sus detractores que fueron los pieds-noirs —antiguos residentes europeos en Argelia que se vieron obligados a salir del país tras su independencia y entre quienes el FN goza de cierto predicamento— quienes trajeron el cuscús a Francia.
DIVISIÓN EL EL FRENTE NACIONAL
Como telón de fondo de la polémica aparece la guerra civil que aflige actualmente al FN, dividido entre su alma reaccionaria e identitaria y los seguidores de la estrategia de "desdemonización" del partido, encabezados por Philippot, que hasta ahora les había dado buenos réditos electorales.
Los malos resultados de la líder ultraderechista, Marine Le Pen, en la segunda vuelta de las presidenciales y del partido en su conjunto en las legislativas de junio han mostrado las fisuras de un bloque que hasta entonces parecía monolítico.
Como diana de los ataques se ha situado Philippot, ahora distanciado de su jefa, de quien ha sido el principal colaborador en los últimos años.
Nacido en 1981 en Croix (norte de Francia), Philippot procede de las filas del soberanismo de izquierdas encarnado por el exministro socialista Jean-Pierre Chevènement.
Siempre ha puesto el acento en la salida del euro y el combate contra los efectos de la globalización, por encima de la defensa de los valores esencialistas que caracterizaba al Frente Nacional del fundador Jean-Marie Le Pen.