El Congreso aprueba la última prórroga del estado de alarma, que acabará el 21 de junio
“Lo peor ya ha pasado”, ha defendido Pedro Sánchez.
Sin sorpresas y, esta vez, sin apuros. El Congreso ha aprobado la sexta “y última” prórroga del estado de alarma, que entrará en vigor el 8 de junio y culminará el 21. Desde esa fecha, tres meses y siete días después de que el Gobierno lo declarase por primera vez, España volverá a la normalidad jurídica para concluir el proceso de desescalada, aunque lo hará con medidas específicas para controlar un posible rebrote del virus.
Este miércoles, Pedro Sánchez ha defendido una extensión final que ha contado con el apoyo –conocido previamente– de Ciudadanos y el PNV, más la abstención de ERC. Por primera vez en más de un mes, no ha habido incógnitas hasta última hora; el Ejecutivo llegó a la Cámara Baja con las cuentas claras.
Que se conociese el resultado de antemano no ha suavizado ni un ápice un largo y agrio debate por el que han desfilado no solo el estado de alarma, sino la polémica sobre Grande-Marlaska y la Guardia Civil o las tensiones nacionalistas.
Finalmente, han sido 177 los diputados que han pulsado el ‘sí’ (Ciudadanos, PNV, Más País, Coalición Canaria, PRC y Teruel Existe, además de los dos socios del cogobierno), por los 155 en contra (PP, Vox, JxCat, Compromís, la CUP, UPN y Foro) y 18 abstenciones (ERC, Bildu y el BNG).
Los votos han llegado, en su mayoría por vía telemática, pero el pleno ha dejado una imagen un tanto diferente a los anteriores, al poder estar presente el 25% de los representantes por la flexibilización de las restrictivas medidas de distanciamiento marcadas en las sesiones anteriores.
El día después del estado de alarma
A partir del 22 de junio, ha explicado Sánchez, entrará en vigor un nuevo decreto con medidas sanitarias para la “nueva normalidad”, que se aprobará en el Consejo de Ministros del día 9 y que será “lo más básico posible”, porque no busca “sobrerregular” sino garantizar las medidas sanitarias que las autoridades crean necesarias.
Un día antes, el lunes 8, varias comunidades habrán entrado ya en la fase 3, penúltima etapa del plan de desescalada. En ese punto serán las propias autonomías las que dispongan de la competencia delegada para gestionar las medidas de vuelta progresiva a esa “nueva normalidad”.
“Lo peor ya ha pasado”, se ha congratulado el presidente, que ha defendido como “un éxito de todos” la cifra de cero fallecidos por coronavirus registrada lunes y martes, y que de inmediato la oposición ha tildado de “mentira”.
Grande-Marlaska y la “policía patriótica”, en el centro del debate
Ni siquiera los ‘síes’ se han guardado las críticas al Ejecutivo. Como siempre, las más duras han llegado de la mano de PP y especialmente Vox, un tono que se ha tornado aún más agresivo al dirigirse al ministro de Interior, Grande-Marlaska, presente en la Cámara, por el ‘caso Pérez de los Cobos’. Ha dado igual que después estuviera prevista la sesión de control al Gobierno, incluidas varias preguntas e interpelaciones directamente dirigidas al ministro; nadie se ha reservado para la sesión de tarde.
Así, Pablo Casado ha acusado al líder socialista de querer hacer una “moción de censura” al Estado aprovechando el segundo aniversario de su llegada al poder por su moción sobre Mariano Rajoy. El actual presidente del PP también ha anunciado que solicitará una comisión de investigación parlamentaria sobre la “nefasta” gestión durante la pandemia y ha acusado a Sánchez de utilizar a los ministros Illa, Ábalos y Marlaska de “escudos humanos”.
Sobre este último, le ha achacado haber “desatado una caza de brujas” y una “purga” en la Guardia Civil, con el mayor escándalo desde la época de Luis Roldán, y le ha advertido de un posible “delito de revelación de secretos, otro de obstrucción a la justicia y otra de prevaricación”.
“Señor Casado, se lo voy a decir de forma clara. Con este Gobierno no ha habido ni habrá nunca una intrusión política en las fuerzas de seguridad del Estado”, ha respondido Sánchez al dirigente del PP. Con su Gobierno, ha dicho, “nunca, nunca, nunca” se va a dar una “mal llamada policía patriótica”.
Sánchez y Marlaska no solo han defendido su actuación, sino que han vinculado las críticas al ministro con el desmontaje de esa llamada “policía patriótica” que actuó durante el Gobierno de Mariano Rajoy.
“Viva el 8 de marzo”
Uno de los puntos de mayor tensión, aparte de la polémica en torno a Marlaska, ha sido, una sesión más, la manifestación feminista del 8-M, defendida de forma contundente por Pedro Sánchez. El presidente ha elevado el tono para decir “alto y claro: ¡Viva el 8 de marzo!, unas palabras que han sido inmediatamente reprochadas por PP y Vox.
Santiago Abascal ha ido un paso –o varios– más allá de las críticas y ha espetado que “Gritar ‘Viva el 8 de marzo’ es gritar viva la enfermedad y viva la muerte”. No ha sido el único choque dialéctico con el presidente, al que ha acusado de reprochar a su formación y sus seguidores que usen la bandera de España. La contrarréplica de Sánchez ha llegado con un “nadie tiene el derecho de usar la bandera contra otros compatriotas” y la exigencia de que nadie utilice el nombre de España “en vano”, una frase que le ha costado el reproche de los independentistas.