El 'comodín' que se guardaba Putin para hacerle frente al invierno en Ucrania
La llegada del frío más extremo a un país sumido en la destrucción de infraestructuras energéticas puede ser un factor clave.
Lo llaman, desde hace mucho tiempo, el ‘general invierno’. Y ya se nota en el frente ucraniano. La entrada del invierno climatológico sobre la geografía de un país en guerra amenaza con acrecentar el balance de destrucción y muerte bajo unas condiciones extremas.
Con el mercurio moviéndose ya claramente bajo cero (y lo que viene), el frío y la nieve se convierten en un arma clave en la guerra. Especialmente cuando Ucrania resiste entre cortes de luz y servicios básicos con las infraestructuras energéticas básicas reventadas a golpe de bombas, estrategia que Rusia asegura que mantendrá.
Pero con la llegada de lo peor a nivel meteorológico, Vladimir Putin guardaba un comodín para las peores condiciones. Mientras Rusia sigue perdiendo terreno en su, por ahora, fallida invasión, el todopoderoso líder postsoviético busca recurrir a una unidad especial para estas circunstancias, la infantería que tiene desplazada sobre el océano Ártico para vigilar la zona y servir de ayuda a las embarcaciones que utilicen esa vía comercial al norte del enorme país.
Estas fueron creadas en 2014, tras la anexión ilegal de la península ucraniana de Crimea. Putin apuntó entonces que la zona del Ártico era una de sus prioridades, habida cuenta de su posición geoestratégica y de que se hallaron varios yacimientos petroleros en la región.
La base de estas unidades está en la localidad de Murmansk, muy próxima a las fronteras con Finlandia y Noruega, un punto estratégico para controlar todo el norte.
Ahora, Putin las ha llamado a ‘filas’ para participar de la “operación militar especial” en Ucrania, que va camino de los diez meses sin apenas réditos para una Rusia cada día más arrinconada en lo militar y más aislada en lo internacional.