La nieve salva a los niños del colegio La Salle La Paloma
El centro confirma que todos los alumnos del centro se encuentran bien tras la explosión que se ha producido en la calle Toledo de Madrid.
El Colegio La Salle La Paloma ha confirmado a El HuffPost que todos los alumnos del centro se encuentran en buen estado y que no había ninguno de ellos en el exterior del recinto tras la explosión que se ha producido en la calle Toledo de Madrid, minutos antes de las tres de la tarde.
“Estábamos en casa, se han movido los cristales y hemos oído una explosión enorme, vivimos a 200 metros del edificio que se ha derrumbado y todo el mundo ha empezado a salir a las terrazas y los balcones”, relata uno de los padres cuya hija es estudiante en el centro.
“Mi mujer se ha puesto a llorar en cuanto se ha enterado de la noticia y yo he salido corriendo. Todavía tengo la angustia dentro. En el colegio nos han dicho que los niños no habían salido hoy al patio, que ahora está cubierto de cascotes por la nieve y la lluvia. Eso les ha salvado”, añade.
El edificio afectado es una construcción de hormigón y ladrillo con cuatro plantas, más las guardillas, y se encuentra a la altura de la residencia de ancianos de Los Nogales La Paloma, situado en el número 98 de la calle Toledo.
“Para la tranquilidad de las familias de residentes y trabajadores, no hay que lamentar víctimas ni heridos por parte de Los Nogales. Los residentes han sido trasladados de manera inmediata a un hotel que se encuentra enfrente de la residencia para garantizar su seguridad”, según ha confirmado el propio centro.
A las 15.20 horas de la tarde la Policía estaba pidiendo a los vecinos de la zona que se retirasen de las inmediaciones porque podrían producirse más explosiones.
Numerosos vehículos se han visto afectados. Fuentes presenciales aseguran que las tres últimas plantas del edificio donde se ha producido la explosión han quedado destrozadas.
Esta madrugada se conocía la muerte de Rubén Pérez de Ayala,el herido que había sido ingresado en el Hospital de La Paz. Con la muerte de este sacerdote se elevan a cuatro las víctimas del suceso: David Santos, un feligrés que había acudido a arreglar la caldera, un hombre de 85 años que transitaba por la calle en el momento de la deflagración y otro que también pasaba por la vía urbana, del que no han trascendido más datos.