El científico César de la Fuente crea un sistema para detectar el virus con saliva y el móvil
Este gallego, que fue nombrado el Mejor Investigador Joven de EEUU, trabaja en la Universidad de Pensilvania.
La estrategia de test masivos se ha instaurado desde hace meses como una herramienta clave a la hora de frenar los contagios de coronavirus. Se está viendo en España, cada vez son más los cribados masivos que se hacen, y fuera de ella. China, por ejemplo, es capaz de hacer millones de pruebas diagnósticas en cuanto detecta un positivo.
El objetivo de la ciencia es ir poco a poco facilitando el acceso a esos test para que la población se los pueda hacer en casa por muy poco dinero. En los últimos días, se ha conocido un revolucionario test que solo necesita de un chip, saliva y un móvil. En tan solo cuatro minutos, la persona conocerá si está contagiada o no.
Detrás de este avance está César de la Fuente, un coruñés de 35 años. Este biotecnólogo lidera un laboratorio de investigación en la Universidad de Pensilvania, en Philadelphia (Estados Unidos), en la que también es catedrático.
Cuando estalló la pandemia, su laboratorio dejó de trabajar en la prevención y tratamiento de bacterias para ahondar en el virus SARS-CoV-2 con el objetivo de aportar su granito de arena. Para este revolucionario test llevan investigando desde agosto: “Empezamos con la financiación de un premio que nos dieron. Ha sido muy rápido el desarrollo y por eso pienso que hay tanto potencial en esta tecnología”.
Concretamente, esta se basa en principios de electroquímica. “Cuando una muestra nasal o de saliva está infectada, la podemos detectar por la unión entre el virus y un receptor que genera una información química. Luego, a través de nuestra tecnología, se transforma en una señal eléctrica, que es lo que detectamos. En cuatro minutos podemos saber el resultado”, explica De la Fuente, que fue nombrado en mayo como el Mejor Investigador Joven de EEUU por la American Chemical Society.
Para conocer el resultado, la tecnología cuenta con varias aplicaciones que se han desarrollado: “Una en particular te diría si la muestra está infectada o no”.
La idea es que los chips se puedan conseguir a bajo coste en farmacias o establecimientos para así poder hacerse un test en casa, por ejemplo, antes de desayunar, comer y cenar.
“Los imprimimos con una impresora que ocupa casi una habitación pequeña de la universidad. Se pueden obtener en materiales como el papel, el cartón, etc. Vamos probando para así poder encontrar el soporte más barato, que es el objetivo global que tenemos a largo plazo”, describe este científico gallego, que destaca que también esta tecnología se podría extrapolar a otras enfermedades infecciosas o de transmisión sexual.
De la Fuente asegura que su único objetivo es tratar la salud, algo que no se hace actualmente: “En nuestro sistema sanitario tratamos la enfermedad, nunca prevenimos. Estos sistemas de diagnóstico te permiten controlarla mejor para ahorrar en muertes de gente y costes sanitarios. Que cada persona tenga un chip de estos en su casa para poder prevenir todas estas infecciones que afectan a una población entera por su propagación”.
Por ello, están tanto considerando crear una start up alrededor de la teconología como preparando los materiales para solicitar el permiso de aprobación de la FDA (La Administración de Medicamentos y Alimentos de los EE.UU). A pesar de que aún les queda un largo camino por recorrer, vaticina que en el próximo mes o mes y medio se va a dirimir si puede llegar a salir al mercado en 2021. “Ojalá pueda ser el próximo regalo de Reyes”, bromea.
De la Fuente, parte de la fuga de talento español
La trayectoria de este biotecnólogo gallego al otro lado del charco va a cumplir ya los 12 años. De la Fuente se fue en 2009 a completar sus estudios a Vancouver (Canadá), después realizó el postdoctorado en el MIT de Boston (Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos) y desde 2019 investiga en la Universidad de Pensilvania.
Su exitosa trayectoria en el extranjero no es algo puntual, ya que muchos como él también tuvieron que emigrar para poder buscar mejores proyectos y una mayor remuneración.
La pandemia ha servido para poner en la atención mediática la pobre situación de la ciencia en España. De la Fuente, que se considera una persona optimista, espera que se pueda revertir en los próximos años: “Ha quedado en evidencia que la ciencia es fundamental en nuestra sociedad para sacarnos de los líos en los que nos metemos. Sin ella no vamos a ningún lado”.
“La ciencia, la innovación y la tecnología es el motor económico de cualquier país del primer nivel y si España quiere estar en el liderazgo a nivel mundial económico y de prosperidad, es fundamental innovar e investigar y para eso hay que dar a los ciudadanos los medios”, añade el científico gallego, que reconoce que no descarta la posibilidad de volver si la cosa cambia, aunque afirma que ahora está muy contento en una ciudad espectacular y rodeado de gente brillante.
Hay que escuchar a la comunidad científica
César de la Fuente sigue la evolución de la pandemia en España a través de los medios de comunicación y de su familia y amigos. Destaca fundamentalmente la dificultad que tienen las autoridades a la hora de mantener la salud de las personas, la salud mental y la economía.
“Es una situación extremadamente compleja porque tienen que caminar por esa línea tan estrecha. Hacen falta líderes que realmente sepan escuchar a la evidencia científica y tomen decisiones más o menos difíciles en ciertos momentos y con rapidez. Hemos visto como en Nueva Zelanda, aunque es otro contexto por el tipo de país que es, se ha llevado muy bien la situación, pero es difícil evaluar la situación de cada uno”, señala.
De la Fuente considera que en España ha ocurrido con la Navidad lo que pasó en Estados Unidos con el Día de Acción de Gracias, que tras esas fiestas los casos se dispararon. “Si se piensa bien, si todo el mundo se hubiera paralizado en marzo y abril seguramente habríamos solventado esta situación, pero es muy complicado movilizar a todo el mundo y a todo un país”, reflexiona el investigador.
Finalmente, ve con optimismo que para verano se pueda llegar en una situación mucho más idílica y normal, tal y como han pronosticado varios dirigentes. Joe Biden, el nuevo presidente de los Estados Unidos, aseguró que quería administrar 100 millones de dosis en sus primeros 100 días al frente de la Casa Blanca. El ya exministro de Sanidad, Salvador Illa, también vaticinó que para verano estarán vacunada el 70% de la población.
Además, concluye con una nota positiva al recordar una conversación con un amigo suyo que vive en Taiwán. “Me comentaba que ahí hacen conciertos y todo. Le dije que es como si vivieran en el futuro, pero me dio buena sensación porque vi que es posible”.