El cardenal Omella reconoce "errores gravísimos" de los que pide "una y otra vez perdón"
Y reconoce que aunque los miembros que los han cometido sean una minoría, eso no es una excusa.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha reconocido que los miembros de la Iglesia católica en España han cometido “errores gravísimos” de los que piden “una y otra vez perdón”.
“Es cierto que algunos de los miembros de esta gran familia han cometido, hemos cometido errores gravísimos de los que pedimos una y otra vez perdón, pero también es cierto que son una muy pequeña minoría, pero eso no nos excusa”, ha subrayado el cardenal Omella este miércoles en la inauguración del II Congreso Iglesia y Sociedad Democrática, que organiza la Fundación Pablo VI con la colaboración de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
El cardenal ha protestado por el “afeo sistemático” de la Iglesia “por parte de algunos medios de comunicación y de diversos agentes sociales y políticos” que, a su juicio, “contribuye a que no se conozca el verdadero rostro y misión de la Iglesia”.
“Los errores ocultan las virtudes de muchas personas maravillosas e iniciativas impresionantes que benefician profundamente a nuestra sociedad”, ha afirmado.
Por otro lado, se ha referido a la guerra en Ucrania y ha dicho que “ayuda a tomar conciencia de la bondad y necesidad de cuidar una sana democracia frente al riesgo de los sistemas autoritarios y populistas”.
El cardenal ha lamentado que, ahora que parecía que el mundo empezaba a “asomar cabeza con los últimos coletazos de la dura pandemia que ha causado tantas muertes y que tantas desigualdades ha acrecentado”, ahora recibe “otro fuerte golpe: la invasión de las tropas rusas en Ucrania”.
“Ante esta crisis bélica ―ha destacado―, el tema de este Congreso (‘El mundo que viene’) es más actual que nunca. Estamos ante un choque de dos modelos de organización social, política y económica que entran en conflicto. La democracia versus los sistemas autoritarios. La auténtica democracia asusta a los regímenes autoritarios. Es un choque de bloques que se miran con recelo y con temor”.