El Banco de España alerta: la segunda oleada pone en peligro la recuperación
El organismo supervisor cree que la recuperación no llegará como mínimo hasta 2023.
Se encienden las alarmas. El Banco de España alerta de que la segunda oleada de contagios del coronavirus puede aumentar los riesgos para la estabilidad financiera y puede lastrar la recuperación de la actividad económica. Así lo advierte el supervisor bancario en su último Informe de Estabilidad Financiera, publicado este jueves.
El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos señala que los brotes de coronavirus pueden intensificar riesgos como la debilidad financiera de las empresas y de los hogares, la rentabilidad de la banca y el aumento de la deuda pública. ¿En qué medida ocurrirá esto? Dependerá de las políticas económicas y del mantenimiento de los estímulos.
La recuperación de la economía española tardará en llegar, ya que la actividad no volverá a los niveles anteriores a la pandemia hasta 2023 como pronto. “A finales de 2022 no se habría alcanzado aún el nivel de actividad previo a la crisis”, advierte.
Si la recuperación fuera más lenta de lo esperado, eso implicará un aumento de la vulnerabilidad de las empresas y de los hogares, un retraso en la reactivación del empleo y un menor consumo por parte de los ciudadanos.
No todas las empresas podrán recuperar el mismo nivel de actividad que tenían antes de la pandemia. Por eso, el Banco de España apuesta por reestructurar las deudas de las compañías, mediante carencias, alargamientos de los plazos de devolución, quitas o la conversión de esa deuda en acciones .
“La supervivencia de la empresa evita el coste económico que supondría su cierre en términos de pérdidas de empleo y tejido productivo”, explica.
Las medidas mitigaron las consecuencias de la crisis
El Banco de España reconoce en su informe que las medidas puestas en marcha por las administraciones públicas durante la primera oleada —como los ERTE o los avales del ICO— han servido para mitigar en buena medida el impacto inicial de la pandemia en los hogares y las empresas.
La institución todavía no ha constatado un aumento del ratio de morosidad, pero advierte de que podría incrementarse en los próximos trimestres. “La crisis actual podría provocar un incremento adicional de los flujos de entrada en dudosos en los próximos trimestres, lo que se uniría a una mayor dificultad por parte de las entidades para liquidar este tipo de activos problemáticos mediante operaciones de venta”, avisa.
El organismo señala que las moratorias de crédito han sido utilizadas principalmente por los hogares más vulnerables. Esto hace prever un riesgo elevado de que no puedan devolver los créditos si la actividad económica no se recupera.
Objetivo tras la recuperación: reducir la deuda pública
Las medidas tomadas por las administraciones, como los ERTE, generarán un importante aumento de la deuda pública. Por eso, el Banco de España cree necesario elaborar un plan de reequilibrio de las cuentas públicas para reducir el endeudamiento. Este tendrá que ponerse en marcha una vez que se consolide la senda recuperación económica. Hacerlo antes no sería conveniente.
“La corrección requerirá de un esfuerzo muy grande que debe retrasarse hasta que la economía española se haya recuperado plenamente de los efectos de la crisis. Será entonces cuando las autoridades tendrán que implementar un programa creíble y suficiente de consolidación fiscal a lo largo de un período dilatado de tiempo, que proporcione margen de respuesta ante otras posibles perturbaciones y favorezca el crecimiento a largo plazo”, indica el informe.
La banca aprueba las pruebas de resistencia
El informe también incluye el resultado de unas pruebas de resistencia realizadas a los bancos españoles. Estas muestran que el conjunto de entidades financieras cuentan con colchones de capital suficientes para absorber las potenciales pérdidas, pero sí que existe un riesgo de que vean reducida su solvencia.
Una vez más, el Banco de España defiende las fusiones bancarias para mejorar su eficiencia, recortando costes y utilizando más las nuevas tecnologías. En concreto, el organismo apuesta por las operaciones transnacionales europeas, es decir, fusiones entre bancos de diferentes países de la Unión Europea. Estas permitirían profundizar en la unión bancaria y diversificar riesgos, aunque supondrían una menor reducción de costes.