El ayuno intermitente no es una dieta, sí ayuda a adelgazar y sólo es apto para personas sanas

El ayuno intermitente no es una dieta, sí ayuda a adelgazar y sólo es apto para personas sanas

Beneficios y contraindicaciones de restringir la ingesta de comidas diarias.

lacaosa via Getty Images

Edgar Barrionuevo es uno de los divulgadores de ayuno más reconocidos de nuestro país y acaba de lanzar el libro Ayunízate (Ed. Grijalbo), la dieta de moda a la que se han sumado muchas caras conocidas y de la que Elsa Pataky se confesó fiel seguidora. De hecho, Lidia Bosch, Mercedes Milá y Sandra Barneda se cuentan entre las asiduas a su clínica Pure Corpore.

Francisco Botella es médico endocrino y coordinador del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. En los últimos meses ha investigado, escrito y ofrecido conferencias intentando arrojar luz al debate generado por este controvertido modelo de alimentación.

Analizamos con ellos las maneras, bondades y contraindicaciones de poner en práctica esta dieta de la que no existen estudios concluyentes sobre sus efectos saludables y de la que una persona sana con una alimentación saludable puede obtener ciertos beneficios.

No, el ayuno intermitente no es una dieta. En eso insisten los dos especialistas a los que hemos consultado en este artículo. ”Es una restructuración de las horas a las que haces las ingestas, pero no hay ninguna dieta, yo no digo tienes que comer estas verduras o tienes que comer este plato”, afirma Edgar Barrionuevo, experto en nutrición.

Efectivamente, su planteamiento no implica una dieta alimentaria y “en el período en el que puedo comer, la alimentación puede ser saludable o no serlo”, confirma el doctor Francisco Botella, coordinador del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

Consiste en reducir las horas del día en las que comes. “Coges las 24 horas del día y generas dos ventanas: una ventana en la que estás en ayunas,  unas 12, 13 o 14 horas. En vez de hacer cinco comidas cada 3-4 horas, haces dos comidas mas un tentempié saludable en una ventana de 8, 10 o 12 horas, dependiendo del protocolo con el que te encuentras más cómodo”, explica Barrionuevo. Destaca el experto autor del libro Ayunízate que esta es una herramienta muy flexible, pero que “es primordial que quien lo haga lo haga desde un contexto de tranquilidad para afrontarlo y teniendo en cuenta las características individuales de las personas”.

Además de esta, hay otra modalidad: practicar ayuno dos o tres días a la semana en los que sólo se ingieren infusiones y otros líquidos hipocalóricos.

“Por supuesto, tenemos una bandera roja: ningún médico o científico que maneja bien la dieta del ayuno va a proponer que ayune una persona que haya tenido alteraciones de la conducta alimentaria recientes”, confirma tajante Barrionuevo.

Además no es recomendable en niños, personas embarazadas, con diabetes tipo 1, personas en tratamiento por enfermedad con desgaste físico importante, personas con enfermedades hepáticas o renales, pacientes con cirugía de estómago... “Tiene más contraindicaciones que algunas otras dietas”, puntualiza el doctor Francisco Botella.

“Los estudios controlados indican que sí sirve para perder peso, pero de la misma manera que si se hace una dieta hipocalórica convencional”, aclara el doctor Francisco Botella. El problema, advierte el médico, es que el ayuno intermitente tiene una alta tasa de abandono porque en muchas ocasiones es incompatible con nuestra vida social, si salimos a tomar algo con amigos, con los horarios del trabajo y con la rutina familiar.

Para el experto en ayuno, sus beneficios van más allá de adelgazar: “Yo llevo bastantes años en esto y he visto transformaciones espectaculares. La gente ha mejorado su salud, sus marcadores de riesgo a nivel sanguíneo, su composición corporal y su relación con la comida”. 

“En los últimos tres años se han hecho varios estudios científicos que demuestran que la restricción de las ingestas, bien enfocada, implica notables beneficios para la salud: durante el ayuno el sistema digestivo se está regenerando y esto hace que cuando comamos después tengamos mayor capacidad de absorción de nutrientes, además se activan mecanismos de limpieza del intestino, se enciende el mecanismo de utilización de las reservas de grasa y se pone en marcha la autofagia —regeneración de nuestras células—”, detalla Barrionuevo.

El coordinador del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición reconoce que, efectivamente, puede reducir el colesterol y ayudar a bajar la tensión pero insiste en que estos beneficios son los que se obtienen al bajar de peso. “No existe estudios científicos importantes y concluyentes sobre los beneficios de esta dieta porque son estudios a corto plazo —apenas llegan al año de seguimiento— en personas sanas y/o con sobrepeso”, concluye.

“Hay que puntualizar que el ayuno es algo ancestral y el hombre ha estado expuesto siempre a situaciones de ayuno.  Biológicamente y genéticamente estamos diseñadora para ayunar”, argumenta Barrionuevo.

Algo que el doctor Botella puntualiza: “Tenemos la gran suerte de tener, por genómica y por biología, un cuerpo extremadamente adaptable a las circunstancias, por eso el neandertal podía pasarse mucho tiempo sin comer. Ahora, también tenemos que tener en cuenta que el hombre por aquel entonces apenas llegaba a los 40 años”.

No hay discrepancia entre los especialistas: “Está claro que comemos mucho, de ahí las actuales tasas de sobrepeso”, afirma el endocrino de la SEEN.

“Nunca el ser humano ha comido tanto. Hay un estudio en EEUU que compara lo que comíamos en los años 70 y lo que comemos ahora: hemos pasado de 2 comidas al día a 5, 6 o 7”, apunta Barrionuevo.

 

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Mila Fernández es redactora de LIFE en 'El HuffPost' y editora de branded content. Antes, fue redactora de estilo de vida y gente en revistas femeninas —AR, LOVE y SMODA—, dirigió la revista Turismo Rural y trabajó delante del micro en Radio España. Puedes contactar con ella en mila.fernandez@huffpost.es