El arte erótico de Pompeya puede cambiar nuestra idea del cristianismo y la homosexualidad
Igual que la iglesia tuvo que reconocer los descubrimientos científicos de Galileo y Copérnico, ahora debe reexaminar su 'versión' sobre el colectivo LGTB.
Las ruinas de la ciudad de Pompeya son un tesoro para los amantes de la cultura romana y su antiguo Imperio. Pero el reverendo Steve Chalke hace una lectura diferente e interesante de ellas.
A través de lo que reflejan las obras conservadas de Pompeya, este líder cristiano británico quiere demostrar que los cristianos tienen mucho que aprender de ellas, sobre todo los que utilizan la Biblia para perseguir al colectivo LGTB.
Steve Chalke, un reputado cristiano evangélico del Reino Unido, defiende fervientemente la inclusión LGTB y por ello preside la organización Oasis Open Church Network, desde la que destaca la importancia de comprender el contexto en que se escribió la Biblia.
"Hace 500 años, Martín Lutero y Calvino no tenían las herramientas de ahora que nos ofrecen un entendimiento contextual de las escrituras. Hemos avanzado mucho debido al descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto, a los descubrimientos arqueológicos de Pompeya, y a los avances culturales y lingüísticos de todo tipo", explica Chalke al HuffPost Estados Unidos. "Es nuestra misión usarlo y pienso que así descubriremos que ese antiguo entendimiento ya no funciona".
Hay seis pasajes de la Biblia que hacen referencia de algún modo a comportamientos homosexuales. Los cristianos progresistas describen estos versículos como "clobber passages" (o 'pasajes para machacar'), porque suelen usarse para rechazar, denigrar y atacar a cristianos LGTB.
Tres de estos pasajes se encuentran en el Nuevo Testamento, en la Carta a los Romanos, la Primera carta a los Conrintios y la Primera carta a Timoteo, escritas por el apóstol san Pablo. Otro fragmento que suelen citar los cristianos más conservadores es Mateo 19, en el que Jesús habla sobre el divorcio. Son esos versículos a los que Chalke recurre para su defensa de un cristianismo queer.
Chalke explica que el apóstol Pablo escribió estas epístolas en una época en la que era perfectamente aceptable que los romanos ricos y poderosos explotaran y abusaran sexualmente de los rangos más bajos de la sociedad (esclavos, prostitutas, gladiadores, refugiados).
El reverendo afirma que era normal e incluso esperado que los hombres romanos tuvieran sus juguetes sexuales al margen de sus esposas. Esto significaba practicar sexo con concubinas y hombres jóvenes. Algunas mujeres romanas también usaban a personas de menor estatus para su propio placer sexual, indica Chalke. Lo único que los romanos no podían hacer era abusar de otro ciudadano romano.
"Los chicos romanos estaban protegidos de una forma en que los esclavos no lo estaban. Para un romano, el sexo era una parte legítima de la vida, pero tenías que practicar sexo con un inferior y tenías que penetrarlo. Estaba prohibido que ellos te penetraran", cuenta Chalke en su charla.
Para ilustrar la época en que se escribieron estas palabras, Chalke acude al 24 de agosto del año 79 D.C., el día en que los historiadores marcan el comienzo de la erupción del monte Vesubio, que enterró y preservó las ciudades con unos seis metros de ceniza volcánica y escombros. Es más o menos el mismo período en el que se cree que el apóstol san Pablo escribió las cartas que un día formarían parte significativa del Nuevo Testamento.
Gran parte de las obras de arte recuperadas de Pompeya y otras ciudades cercanas afectadas por la erupción son sexualmente explícitas. Hay escenas de tríos y de posturas sexuales muy diversas. Tras la excavación del yacimiento en el siglo XIX, el rey Francisco I de las Dos Sicilias se quedó tan horrorizado por la naturaleza sexual de las obras de arte que ordenó poner bajo llave todas las imágenes explícitas de Pompeya en el Museo Nacional Arqueológico de Nápoles, lejos de la vista del público general.
Chalke recalca la importancia de tener en mente este contexto cuando se leen los pasajes "clobber" del Nuevo Testamento. Para él, el arte erótico de Pompeya es una señal de que la sociedad romana estaba "empapada" de sexo. Las clases altas de la época usaban el sexo ignorando la humanidad de las personas que los servían.
Chalke considera que el apóstol Pablo y otros escritores del Nuevo Testamento hablaban contra este tipo de explotación de seres humanos cuando redactaron las antiguas escrituras. Cuando en la Carta a Timoteo y a los Corintios se hace referencia a hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, es parte de una lista mucho más larga de explotadores: asesinos, comerciantes de esclavos, mentirosos, perjuradores, avaros, difamadores, estafadores. Chalke cree que san Pablo advierte a los primeros cristianos de las relaciones humanas basadas en la explotación, el abuso y la corrupción que no deben mantener.
Por otro lado, afirma, el Nuevo Testamento no tiene nada que decir sobre el amor auténtico y compasivo entre personas del mismo sexo, tal y como se entiende hoy en día.
"Las personas sobre las que habla Pablo han abandonado a Dios, según dice él, están plagadas de engaño y mentira", explica Chalke al HuffPost. "Esas personas no pueden ser las maravillosas parejas del mismo sexo que vienen a nuestra iglesia, ni el hombre gay ni la mujer transgénero que conozco. No pueden ser ellos".
Para Chalke, está muy claro lo que el Nuevo Testamento dice una y otra vez: "No explotéis. No abuséis. Vivid juntos en armonía. Integrad a la gente. Trabajad las relaciones".
Chalke declaró su apoyo a las relaciones comprometidas y monógamas del mismo sexo en 2013. Desde entonces, suele predicar sobre "el daño espiritual, mental y físico" al que el colectivo LGTB se enfrenta por la actitud discriminatoria de algunos cristianos. Y ha defendido una amplia acogida a los cristianos homosexuales en su iglesia, pese a ser rechazado de los círculos evangélicos conservadores por hacerlo.
Actualmente Chalke es clérigo senior de la Oasis Church Waterloo, que él describe como hogar espiritual de un buen número de cristianos LGBTQ. En declaraciones al HuffPost, el párroco reitera: "Aunque la tradición es importante, el entendimiento tradicional de algo no siempre es el correcto". Al igual que la iglesia tuvo que adaptar sus enseñanzas a la realidad de los descubrimientos científicos de Galileo y Copérnico, opina que es imprescindible que los cristianos utilicen recursos actuales para reexaminar esos polémicos versículos.
"Nuestro precario entendimiento del Nuevo Testamento ha traído desgracia, persecución, opresión y rechazo a cientos de miles y millones de personas LGTBQ. Es hora de disculparse por los errores que hemos cometido y seguir adelante", zanja Chalke.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano
La ciudad perdida de Pompeya: