El arte de esperar para recuperarse

El arte de esperar para recuperarse

Nueve formas de mejorar el estado de ánimo ante una recaída

John Encarnado / EyeEm via Getty Images

En las ciencias de la salud, una recaída es el momento en la que el paciente se ve afectado nuevamente por los síntomas de la enfermedad de la que estaba convaleciente. En este caso puede ser una afección física, psicológica, o una adicción.

Las recaídas en psicoterapia

Las recaídas en los problemas psicológicos pueden llegar a ser muy frustrantes. Pero, aun así, no debes considerarlas como un fracaso porque forman parte del proceso de recuperación, son una oportunidad para aprender y evolucionar. Se trata de ir ganando batallas y con el tiempo lograr la recuperación máxima. Las enfermedades mentales graves y crónicas están asociadas de forma natural a las recaídas, esto no significa que sea lo apropiado tener recaídas, sino que son parte de la realidad. Al conocer el proceso es posible aceptar y comprender los riesgos para su prevención. Para que una persona tenga una recaída previamente tuvo una recuperación o mejoría por un período de tiempo. Al aceptar la situación de recaída se podrá implementar los cambios que estén encaminados a mejorar.

El proceso de recuperación

La mejoría se da gracias a las estrategias que se implementan. Si aparece una recaída es por una falla en la implementación de la estrategia, un descuido, un error que no significa retroceso, más bien, es el momento perfecto para evaluar y aprender del plan de mejoría, modificarlo y seguir adelante.

La recaída no borra el progreso logrado hasta antes de que ocurra.

La paciencia es un factor importante, saber esperar no es lo mismo que no hacer nada. Es manejar la espera sin tener ansiedad, cuando se lleva tiempo con un malestar tarda un poco revertir la situación, tanto así que el deseo de curarse genera angustia, con la intención de que todo pase rápidamente lo que causa un bloqueo en el proceso.

La recuperación involucra crecer y correr riesgos emocionales.

Es importante saber esperar, tener confianza en el proceso de recuperación, por ejemplo: imagina tener una herida en el brazo, por más que intentes apretarla con intención de apresurar la cicatrización, es un proceso que tiene un tiempo de forma natural que no se puede acelerar, aunque se desee. De igual forma pasa con la mente, es necesario tener paciencia para la recuperación, y no buscar vías de escape para calmar la ansiedad como la comida, la bebida, etc.

Nueve formas de mejorar el estado de ánimo ante una recaída

1. Haz deporte: Hacer una rutina semanal de ejercicio físico, no implica necesariamente ir al gimnasio, puede ser salir a caminar o realizar algún deporte, de forma que generes endorfinas y bienestar en tu estado de ánimo.

2. Desahógate: Hablar con un amigo acerca del tema o buscar ayuda profesional. Evitar hablar únicamente de la recaída, conversar acerca de otras cosas interesantes y positivas.

3. Escribe un diario: Escribir todas las cosas buenas que pasen a lo largo del día, de esta forma te enfocas en lo positivo de tu día a día, por poco que sea.

4. Sé más positivo: Dar más importancia a los pensamientos positivos. Llevar el uso del lenguaje por medio de las palabras que tengan connotación positiva como: “yo puedo”, “lo conseguiré”. Procura tener una visión más positiva, aunque realista de la situación sin los extremos de “todo” o “nada”. Aprender a valorar los grises y sus matices enfocando más en lo que me aporta. Es posible no tener todas las respuestas de cómo lograr algo en un momento determinado, pero con el pensamiento y convicción de que si se puede ya se tiene una parte importante del camino ganado.

5. Disfruta: Hacer actividades placenteras. Aún sin tener ganas de hacer alguna actividad, comenzar a realizarla porque las ganas aparecen después de comenzar.

6. Socializa: Al compartir con alguien se contagia su energía, al rodearse de personas positivas obtendrás bienestar, pasar un rato con ellas ayuda a mejorar tu estado de ánimo

7. Ten una rutina: Mantén una disciplina en los horarios de sueño, desayuno, comida, cena y hora de irse a la cama.

8. Centrarte en el momento presente: Concéntrate en lo que está pasando ahora, no intentar predecir el futuro o recordar constantemente eventos desagradables pasados.

9. Descansa: Puedes dedicar un día de descanso para reflexionar, interiorizar como te encuentras emocionalmente y que puedes hacer para estar aún mejor.

Conclusión

Finalmente es importante recordar que una recaída no es igual a retroceder, no es lo mismo tropezarse y caer que volver al inicio y empezar desde cero. Por tanto, para enfocar positivamente el proceso de recuperación es necesario interpretar las “recaídas” como “retos a superar”, que son cosas que se van presentando y que hay que solucionar. Las emociones negativas y altibajos son necesarias para sentirnos humanos.

Los altibajos en el proceso de recuperación son naturales e incluso necesarios para reflexionar, aprender y seguir recuperándose.

Recuerda ante una recaída:

  • No juzgarte ni sentirte culpable.
  • Date el permiso de sentirte mal.
  • Toma en cuenta los aprendizajes y analiza de qué forma ponerlos en práctica.
  • Responde con serenidad sin dejarte llevar por los impulsos.
  • Analiza que fue lo que generó la recaída para poder idear un plan de acción preventivo.
  • Consulta con tu psicoterapeuta.