El abogado del PP asegura que no había nada en los ordenadores de Bárcenas y que todo es un "montaje" del extesorero
El PP intentó que el juicio, que comenzó la semana pasada, se suspendiera pidiendo la aplicación de la doctrina Botín.
El jefe de la Asesoría Jurídica del PP, Alberto Durán, ha asegurado este jueves en el juicio por la destrucción de los ordenadores portátiles que usaba el extesorero Luis Bárcenas en la sede del partido político que cuando se procedió a realizar el protocolo de borrado de los discos duros, el departamento informático observó que “no había absolutamente nada” almacenado.
Durán ha sido el primero de los cuatro acusados en declarar en la vista oral. Sólo ha contestado a las preguntas de la Fiscalía—que considera que no existen indicios de delito en este caso— y de su defensa, ejercida por el abogado Esteban Mestre. Ha comenzado afirmando que Bárcenas tiene una “enemistad” con él, pues sólo lo conoce de los procedimientos judiciales en los que ambos se han visto envueltos por las demandas interpuestas por el extesorero.
“Es inverosímil pensar que Bárcenas se hubiese dejado algo en Génova. Todo es un montaje de Bárcenas para atacarnos como trabajadores que le hemos plantado cara en el PP, para hacer daño al PP”, ha subrayado Durán.
Al inicio de su declaración ha explicado que a principios de 2013 el PP prohibió a Bárcenas la entrada a la sede de la calle Génova de Madrid para “evitar cualquier escándalo”, dado que había salido en la prensa que el extesorero tenía “una inmensa fortuna en Suiza”. Por ello, se puso en contacto con él para que se llevase sus pertenencia y “desalojase la sala”.
Evitar pruebas
Durán ha asegurado que intentó hablar en varias ocasiones con Bárcenas y con su abogado para “urgirles” que dejasen libre la Sala Andalucía. De hecho, ha leído algunos mensajes que les envió para intentar demostrar esta afirmación. Así, ha señalado que debido a que no recibía ninguna respuesta, detectó que la intención del extesorero era “dilatar” el desalojo para “preconstruir una prueba” que le sirviese en un juicio para dar credibilidad a que usaba ese despacho y que había sido objeto de un despido improcedente.
Por ello, tomó la decisión con la entonces secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, que sería el propio partido el que despejara dicha sala de reuniones para no perder la demanda laboral que finalmente interpuso Bárcenas, ha admitido. Ordenó a los trabajadores del departamento de distribución del PP que metieran todo en “27 cajas” para que el extesorero fuese a por ellas cuando quisiera.
“No inspeccioné absolutamente nada (...) Yo no tenía interés en apropiarme de nada, de destruir nada, sino que esto desaparezca de la sede”, ha dicho Durán, al mismo tiempo que ha asegurado que si Bárcenas le hubiese entregado un documento que demostrase que los ordenadores eran de su propiedad, se los hubiera devuelto sin problemas.
El protocolo de borrado
Con todo ello, ha recordado que Bárcenas también le denunció por robo, hurto y apropiación indebida por quedarse con los dos portátiles y que el procedimiento fue archivado porque nunca se demostró la propiedad de los discos duros. Pero hasta el momento del cierre de esta causa, Durán pidió al director informático del PP, José Manuel Moreno—también acusado— que no “tocase nada de esos ordenadores”.
El protocolo de borrado se fue a aplicar cuando se acordó el sobreseimiento de la denuncia y no se demostró la propiedad de los ordenadores Apple y Toshiba. En ese momento, Moreno le informó que “no hay absolutamente nada y que ni siquiera hay contraseña”. “Esta información es relevante, porque si hubiera tenido contraseña o dato, nuestra actuación hubiera sido distinta como dice el protocolo, pues en su presencia se accedería el ordenador”, ha añadido.
Por último, ha señalado que tampoco había ningún dato ni clave de acceso en otro ordenador de sobremesa que había en el mismo despacho y ha ironizado que no entiende por qué ni las acusaciones ni Bárcenas han mostrado ningún interés.