EEUU y los talibanes hablan por primera vez cara a cara desde la retirada de Afganistán
Washington califica de "francos" los contactos que han tenido lugar en Doha, mientras los islamistas sostienen que "fueron bien".
Una delegación de Estados Unidos se ha reunido este fin de semana con representantes del régimen talibán en Doha, en el que supone el primer encuentro cara a cara desde que la guerrilla se hizo con el poder en Kabul, el pasado agosto tras la retirada de los soldados norteamericanos.
El Gobierno de Washington, finalizadas las conversaciones, las ha calificado de “francas” y “profesionales”. Añade que la delegación de Estados Unidos reiteró que los talibanes serán juzgados por sus acciones, no sólo por sus palabras”, señaló el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en un comunicado oficial.
La reunión tuvo lugar entre este sábado y domingo en la capital catarí, hasta donde viajó una “delegación interinstitucional” de EEUU para reunirse con “altos representantes de los talibanes”, según la nota, que no suministró detalles sobre los participantes.
La comitiva estadounidense “se centró en las preocupaciones de seguridad y terrorismo, y en el paso seguro de los ciudadanos estadounidenses, otros ciudadanos extranjeros y nuestros aliados afganos” que permanecen en territorio afgano, detalló Price.
Además, se enfocaron en los derechos humanos, “incluida la participación significativa de las mujeres y las niñas en todos los aspectos de la sociedad afgana”.
El portavoz apuntó que ambas partes discutieron igualmente sobre la provisión de una “sólida asistencia humanitaria por parte de Estados Unidos, directamente al pueblo afgano”.
Un portavoz del Departamento de Estado había anticipado el viernes a Efe que la “prioridad” de Estados Unidos en las reuniones sería la salida de los pocos estadounidenses y otros extranjeros que siguen en Afganistán, así como la de los afganos con los que Washington tiene “un compromiso”.
Estados Unidos ha mantenido contactos con los talibanes desde que se retiraron de Afganistán, y aunque esta será la primera reunión presencial, el portavoz sostuvo que “no se trata de otorgar reconocimiento o de conferir legitimidad”.
Los talibanes han mantenido un discurso de cierta reconciliación y apertura que contrasta con su primer gobierno entre 1996 y 2001, marcado por las violaciones de los derechos humanos, aunque han restringido los derechos de las mujeres y las denuncias de abusos van en aumento.
Los talibanes quieren ayuda
Los islamistas afirmaron este lunes, por su parte, que las conversaciones presenciales con representantes de Estados Unidos este fin de semana en Doha “fueron bien”, un encuentro de dos días en el que la formación fundamentalista hizo especial hincapié en la ayuda humanitaria.
“El diálogo de dos días en Doha entre las delegaciones del Emirato Islámico de Afganistán (talibanes) y EEUU fue bien”, dijo en un comunicado el portavoz del Ministerio de Exteriores del Gobierno interino talibán, Abbdul Qahar Balkhi. Según la nota, se trataron en detalle “cuestiones políticas”.
“El Emirato Islámico de Afganistán (los talibanes) consideró que la mejor manera de resolver los problemas es implementar el acuerdo de Doha”, señaló Balkhi, en referencia al acuerdo alcanzado en febrero de 2020 entre ambas partes que marcó la retirada final de las tropas estadounidenses del país. La formación fundamentalista trasladó a los representantes de Washington que la ayuda humanitaria no debe estar ligada a “cuestiones políticas”.
“Los representantes de EEUU señalaron que darán asistencia humanitaria a los afganos, y facilitarán el reparto de ayuda de otras organizaciones humanitarias”, dijo Balkhi.
Los talibanes han multiplicado sus contactos con la comunidad internacional para asegurar la distribución de ayuda humanitaria, mientras organizaciones internacionales han señalado que Afganistán corre el riesgo de hundirse en una crisis económica y social tras cuatro décadas de guerra.
La captura de Kabul el pasado 15 de agosto por los fundamentalistas ha agravado la situación, y los talibanes pidieron a Washington que les ayude a desbloquear los fondos internacionales suspendidos por muchos países e instituciones tras el colapso del anterior Gobierno.