Edoardo Albinati: "En las violaciones en grupo los hombres usan a la mujer como encuentro con el sexo del amigo"
"La felicidad es un regalo. Puedes conquistar el poder pero no la felicidad. La felicidad se puede desear, pero no obtener por mucho que se desee".
Por Winston Manrique Sabogal
El bien y el mal y los complejos masculinos de sexualidad, sentimientos y poder de muchos tiempos se citaron el 29 y 30 de septiembre de 1975 en el barrio romano de Trieste con el secuestro, violación y asesinato de dos muchachas en un crimen conocido como la masacre del Circeo. Una colisión donde convergieron tiempos pasados mal nacidos para estallar en 2005 con el estrangulamiento de la esposa y la hija de un mafioso. Dos hechos protagonizados por un mismo hombre: Aldo Izzo.
Testigo de parte de aquello fue Edoardo Albinati (Roma, 1956) que ahora deja su testimonio en la novela La escuela católica (Lumen), premio Strega 2016. Un libro como un río largo, de aguas rápidas, con sus meandros, sus curvas, sus remansos, pero con la turbulencia bajo las aguas hasta completar 1.280 páginas.
Todo empieza en varios puntos… Todo confabula… Uno de esos puntos donde habrían de gestarse aquellos sucesos inolvidables fue el instituto San Leone Magno donde Edoardo Albinati estudió de niño, muy cerca de su casa y de la de su mejor amigo donde conoció al hermano mayor de este que sería el detonante o personificación de las tragedias ocurridas y narradas.
En La escuela católica, Edoardo Albinati va río arriba y a sus riveras. Indaga en el origen del mal, quiere saber cuándo se engendra en alguien todo lo que habrá de hacer daño, de cómo prende en alguien que vive bien y que no parece tener ninguna carencia y todo es felicidad cuando empieza a pudrirse algo. Un ejercicio parecido al que intentó Norman Mailer con la infancia de Hitler en el magnífico El castillo en el bosque (Anagrama).
Albinati repasa la educación, las costumbres, las ideas que les transmiten a los niños varones sobre su propio género, su sexualidad, sus sentimientos, la expresión de los afectos y emociones… Lo que les obligan a esconder, lo que les niegan, lo que les quitan de su propia identidad y querencias. La novela es una exploracion de la masculinidad, de sus deseos, carencias, incapacidades y paradojas que a veces desencadenan la violencia contra las mujeres o los homosexuales. Lo más amado y deseado termina siendo la diana de sus furias-amores.
Si en La escuela católica se citan la indagación del mal, la felicidad, la venganza, la ternura, la religión, el sexo y la sexualidad, en un hotel céntrico de Madrid se cita Edoardo Albinati para hablar sobre los nueve años que tardó en escribir esta novela.
Winston Manrique Sabogal. Uno de los temas es la búsqueda de la felicidad. En ella se lee: “Es la felicidad, la perfección alcanzada por un instante, la que genera la infelicidad. La que establece la separación abismal entre la vida posible y la vida ordinaria”.
Edoardo Albinati. Quien habla en el libro no soy exactamente yo, es un narrador. Y también el narrador está buscando la felicidad como los personajes, como todos. El problema de haber conocido la felicidad es que se sufre cuando se pierde. Por tanto, el vínculo entre la felicidad y la infelicidad se debe a haberla conocido, si uno no supiera qué es sufriría menos.
W. Manrique Sabogal. Pero los atropellos y violencias que describe la novela en parte son por la búsqueda de una felicidad dañina y mal entendida. Algunos personajes creen alcanzarla con acciones violentas.
E. Albinati. Creo que en ese caso la felicidad no tiene nada que ver. La felicidad es algo pasivo que vivimos, que no sucede, que no conquistamos… El poder se conquista, lo tomas, y una de esas maneras es el poder que se ejerce sobre otra persona en su cuerpo o en su mente. Un ejemplo es la posesión del cuerpo femenino como una de las formas posibles de poder, tal vez la más fácil de obtener o la más evidente para un varón. Porque se basa en el uso de la fuerza y eso es lo más sencillo de hacer, mientras que ejercer el afecto, el amor, la atracción, la seducción, la fascinación es más difícil. Hacer el mal es más fácil que hacer el bien.
W. Manrique Sabogal. ¿Por qué no se conquista la felicidad?
E. Albinati. La felicidad es un regalo. Puedes conquistar el poder pero no la felicidad. La felicidad se puede desear, pero no obtener por mucho que se desee. Bueno, yo no soy filósofo.
W. Manrique Sabogal. Pero una de las líneas estructurales centrales de la novela son las abundantes reflexiones y asuntos casi filosóficos alrededor de la vida, el sexo, la amistad, la felicidad, el comportamiento masculino y me interesa su visión como escritor alimentada por su experiencia como profesor de presos y ayuda a los refugiados. En el libro se dice que “el bien es concentrado, el mal difuso”.
E. Albinati. Es Cosmo quien lo dice, el profesor.
W. Manrique Sabogal. Me gustaría saber su opinión sobre esa idea.
E. Albinati. Pienso que es cierto, que el bien es concentrado y el mal difuso. El mal es más común, más ordinario que el bien; mientras que el bien es muy puntual en algunas personas. El mal lo tenemos un poco todos. Los grandes profesores como Cosmo son maestros. O los tenemos de verdad o nos los inventamos, puede ser tu padre, un amigo, alguien del colegio.
W. Manrique Sabogal. La ternura es otro de los temas del libro. Considera que si los hombres expresaran más su ternura las cosas serían distintas.
E. Albinati. La novela habla de una época, mediados de los setenta, y todo el tiempo anterior. Esta rigidez masculina por la cual no se demuestran sentimientos o debilidad ya no es tan rígida. Aunque hoy los varones siguen teniendo miedo a mostrar la ternura entre ellos o lo deben hacer a escondidas.Pero ese sentimentalismo, este deseo de intimidad, esta aspiración por lograr cosas dulces, tiernas, infantiles, están muy pronunciadas entre los varones; incluso más que entre las mujeres. Pero la amistad tipo Batman y Robin o los dos policías de las peliculas…
W. Manrique Sabogal. La camadería, o las amistades profundas.
E. Albinati. En el mundo cristiano occidental todo eso se abolió casi totalmente durante mucho tiempo. Los personajes del libro aspiran a poder expresarse libremente con una actitud que antaño se había definido como femenina.
W. Manrique Sabogal. Hace poco en España se publicó un informe que decía que el aumento de las violaciones en grupo a mujeres estaba asociado, en parte, a la abundancia de pornografía en internet y que los hombres querían reproducir aquello que se mostraba como normal.
A. Albinati. Yo no creo casi nunca en la relación causa efecto, en ningún ámbito. Dicho esto, vivimos en una sociedad totalmente pornográfica. Pero las violaciones en grupo no empezaron con la pornografía. Ahí no funciona esa relación causa efecto. La gran diferencia es que estas violaciones en grupo son los varones los que quieren establecer una relación entre ellos a través del cuerpo femenino; así el cuerpo femenino es el lugar en el que se cimenta esa hermandad y solidaridad masculina.
W. Manrique Sabogal. El escritor español Félix de Azúa escribió un artículo en el diario El País diciendo algo en esa línea: venía a decir que en las violaciones en grupo los hombres buscaban estar entre ellos sexualmente y que lo que les atraía era ver el pene de su amigo o amigos y que el objeto de seducción no es la mujer sino el colega.
E. Albinati. Como esos hombres no se pueden encontrar directa o sexualmente utilizan el sexo de la mujer como lugar de encuentro con el sexo del amigo. Por ejemplo, si yo me corro en la misma mujer en la que se ha corrido mi amigo pues nos relacionamos sexualmente. Utilizo un cuerpo extraño, neutral o un puro objeto, un puro escenario de teatro. El cuerpo femenino es como un teatro anatómico, el lugar donde sucede el hecho, la violación en este caso.
En el mundo de la pornografía se ha descubierto que en las escenas sexuales, según algunos experimentos oculares, se ha observado que los varones cuando miran pornografía miran sobre todo el falo, más que el sexo femenino… Estan más interesados en ver las dimesiones y otras cosas del falo que el sexo femenino, y ahí también la mujer es casi secundaria.
W. Manrique Sabogal. En el libro señala que la identidad masculina muy fuerte tiende a la homosocialidad.
E. Albinati. Sí. Es decir, estar entre hombres exclusivamente. El machismo de odiar a las mujeres y a los gays tiende a crear un mundo exclusivamente masculino: un hombre, un varón social. Esto es lo más paradójico: rechazando lo femenino en las muejres y en los gays o en uno mismo, se crea un universo solo viril y, por tanto, homosocial. Por eso cuando se habla de la escuela en la novela se dice que el auténtico enemigo de la estabilidad no es la mujer sino el homosexual, el hombre femenino o afeminado. Ser varón es no ser afeminado. Si no eres afeminado está bien, eres correcto, y entonces puedes estar con varones.
W. Manrique Sabogal. No es la homosexualidad lo censurable si no el comportamiento femenino lo que importa, y el heterosexual se puede sentir amenazado.
E. Albinati. Como en el póker, los hombres que juegan partidas de poker o al fútbol o en el vestuario donde solo hay hombres, mundos masculinos donde se celebra la amistad viril y donde al homosexual se le hace chanzas y se excluye a la mujer. Y con algunas tendencias homosexuales ocultas. Este es el mundo al que me refiero.
Un mundo que Edoardo Albinati vivió y conoció y que levantó palabra a palabra escrita a mano durante casi una década. Un gran rompecabezas cuyas piezas de papelitos con párrafos y pistas puso en bolsitas de plástico en un gran tablero organizadas en cuatro líneas o temas de colores hasta dar la forma final de hechos slternados con reflexiones morales, sociales o de tintes filosóficos en cuyas páginas vibra la frase: “Nacer hombre es una enfermedad incurable”.
- La escuela católica. Edoardo Albinati. Traducción de Ana Ciurans Ferrándiz (Lumen).