Edificios por los que admirar a Ricardo Bofill
El arquitecto traspasó fronteras con sus diseños.
Adiós a un verdadero genio. El arquitecto Ricardo Bofill (Barcelona, 1939) ha fallecido este viernes a los 82 años. Era uno de los diseñadores españoles con más repercusión a nivel internacional, con un estilo marcado por el postmodernismo.
El catalán —que estudió en la Escola Tècnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de la que fue expulsado en 1957 por su militancia política— fue reconocido por cómo percibía las ciudades, por sus planteamientos urbanos que le llevaron en 1963 a fundar el Ricardo Bofill Taller de Arquitectura.
Su equipo, a día de hoy, está formado por profesionales de diferentes procedencias que acumulan más de 40 años de experiencia. Entre ellos hay desde arquitectos hasta sociólogos, músicos, poetas o filósofos. Su meta era encontrar alternativas de viviendas sociales.
Su mente privilegiada para el diseño le granjeó numerosos galardones a lo largo de su vida, como la Cruz de San Jordi, además de su elección como miembro honorario del Instituto Americano de Arquitectos o su nombramiento Doctor Honoris Causa por la Universidad de Metz, Francia, entre otros.
Bofill se dedicó a la arquitectura urbana, diseñó edificios públicos, aeropuertos, hoteles y centros comerciales o ciudades jardín. Entre sus obras más relevantes destacan el Hotel Vela de Barcelona, el Parque Manzanares o la Nueva Castellana de Madrid, la Muralla Roja de Alicante, Les Espaces d’Abraxas en Francia, el Santuario de Meritxell en Andorra o el 77 West Wacker Drive en Estados Unidos.
Deja como legado cerca de un millar de obras en 4o países. Estos son algunos de los edificios por los que admirar a Ricardo Bofill: