Duterte dice que se "curó" de su homosexualidad con "mujeres hermosas"
Asociaciones en defensa de los derechos de los gays y los transgénero consideran "peligrosos" y "retrógrados" los comentarios del presidente de Filipinas.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha provocado un nuevo escándalo con su insinuación de que la homosexualidad es una enfermedad de la que él mismo se “curó” con la ayuda de “mujeres hermosas”.
El dirigente septuagenario se ha caracterizado después de su llegada al poder en el archipiélago en el 2016 por sus comentarios sin pelos en la lengua, sus sucias diatribas, insultos, amenazas y un lenguaje sin filtro totalmente insólito en este nivel de responsabilidades.
La última polémica ha tenido lugar como consecuencia de sus comentarios la semana pasada en Tokio durante una reunión con la comunidad filipina local. Allí atacó a uno de sus principales detractores, el senador Antonio Trillanes, quien en una entrevista habría sugerido que Duterte es homosexual.
“Trillanes y yo somos parecidos. Pero yo me curé”, declaró el presidente filipino, explicando que se convirtió “de nuevo en hombre” después de haber conocido a su mujer, de la que hoy está separado. “Así que las mujeres hermosas me han curado (...) Odié a los hombres bellos después, ahora prefiero a las mujeres hermosas”, añadió.
Duterte se ha mostrado muy fluctuante sobre la cuestión de los derechos de los homosexuales. Durante la campaña presidencial del 2016, se mostró favorable a la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero luego dio marcha atrás. De hecho, él mismo ha utilizado el adjetivo homosexual como un insulto contra el embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg.
“Peligrosas y retrógradas”
Bahaghari, una asociación de defensa de los derechos de homosexuales y transgéneros, ha calificado las declaraciones de Duterte de “peligrosas” y “retrógradas”. “Son sintomáticas de una enfermedad grave: la de la ignorancia, los prejuicios y el odio”, ha considerado la organización en un comunicado. “Estas declaraciones, como sus comentarios perversos e insultantes contra las mujeres, no pueden tomarse a la ligera o considerarse simplemente como una broma”, ha añadido.
En la campaña presidencial, Duterte provocó una protesta con una broma sobre la violación y asesinato de una misionera australiana en 1989 durante un motín en una prisión de Davao. Dijo que le habría gustado estar el primero de la cola para violar a la misionera, que era “muy guapa”.