Todo sobre el uso obligatorio de mascarilla: multas, excepciones y recomendaciones
Los mayores de seis años deben llevarla desde este jueves siempre que no se pueda respetar la distancia de seguridad de dos metros.
Muchos ya la usaban pero desde este jueves 21 de mayo ya es obligatoria la utilización de mascarilla para todas aquellas personas mayores de seis años. Como publicó este miércoles el Boletín Oficial del Estado, hay que llevarla “en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros”. Esto se suma a la obligatoriedad de llevarla en el transporte público.
Sin embargo, hay excepciones a la norma, algunas recomendaciones y otros detalles para tener en cuenta, como la cuantía de las multas por no llevar este elemento de protección. Esto es todo lo que tienes que saber sobre su uso.
Qué mascarilla hay que llevar
El BOE indica que es válida “cualquier tipo de mascarilla” siempre que cubran nariz y boca, aunque señala que es preferente usar las higiénicas y quirúrgicas. Las primeras se pueden encontrar en muchos tipos de establecimientos, como los supermercados, algunas son reutilizables y tienen una eficacia igual o superior al 90%.
Las quirúrgicas sólo se pueden encontrar en farmacias a un precio máximo de 0,96 euros, no son reutilizables y su eficacia es superior al 95%.
También se pueden utilizar las de tipo FFP2, como las que ha repartido gratis la Comunidad de Madrid, pero la OMS es clara: debido a la escasez mundial es mejor reservarlas para los profesionales sanitarios que atienden a pacientes con coronavirus.
¿Cuál es la multa si no la utilizo?
“La negativa a llevar mascarillas en los supuestos previstos se tramitará como el resto de supuestos en los que no se siguen las normas del estado de alarma. Es decir, como una infracción administrativa de desobediencia a la autoridad prevista en el artículo 36.6 de la Ley de Seguridad Ciudadana”, explicó a El HuffPost el abogado Daniel Amelang, de red-juridica.com.
Según esta ley, una sanción grave puede costar una multa de entre multa de entre 601 y 30.000 euros.
¿Qué excepciones hay?
Los menores de seis años no están obligados a llevar mascarilla, aunque según el BOE, sí es recomendable que los niños de 3 a 5 la usen. Tampoco están obligados quienes presenten algún tipo de dificultad respiratoria que pueda verse agravada por la utilización de la mascarilla y a aquellas cuyo uso se encuentre contraindicado por motivos de salud o discapacidad.
Tampoco quienes desarrollen “actividades que resulten incompatibles, tales como la ingesta de alimentos y bebidas, así como en circunstancias en las que exista una causa de fuerza mayor o situación de necesidad”.
Sobre su uso al hacer deporte la norma es un tanto ambigua pero como explicó este miércoles Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, “lo que tenemos que hacer es razonables, si uno hace un deporte de alto esfuerzo es muy difícil que pueda usar mascarillas. Pero lo importante es llevarla, aunque sea en el bolsillo, por si estamos en una zona en la que no podemos mantener cierta distancia. Con el patinete o la bicicleta es lo mismo”.
¿Cómo elegir una mascarilla infantil?
Según las normas de fabricación del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, se fabrican en cuatro tallas diferentes: infantil pequeña, de 3 a 5 años; infantil mediana, de 6 a 9; infantil grande, de 10 a 12; y adulto, para los mayores de 12 años y hay que fijarse bien en que esté homologada.
También es posible adaptar las quirúrgicas de adulto para ellos siguiendo estos pasos:
¿Cómo guardarlas si se van a reutilizar?
Nada de meterlas al bolso o al bolsillo. Como recomiendan la Organización Colegial de Enfermería y el Área de Enfermería de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Respiratoria (SEPAR) deben guardarse en una bolsa transpirable o un sobre de papel.
¿Por qué la mascarilla no ha sido obligatoria antes?
Como explicó Fernando Simón, porque no era “factible” por la escasez en el mercado, lo que fue “un importante problema para todos los países europeos a la hora de dar recomendaciones de uso de un equipamiento que apenas estaba disponible en prácticamente todo el entorno europeo”.