Dos campeones españoles de memoria comparten sus consejos para recordar más y mejor
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Dos campeones españoles de memoria comparten sus consejos para recordar más y mejor

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¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por tu cuerpo, ya fuera ir al gimnasio, salir a caminar o hacer yoga? Haga más o menos tiempo, es probable que seas capaz de poner una fecha pero, ¿cuándo fue la última vez que te preocupaste por entrenar tu cerebro? Ejercitar las capacidades mentales no está tan a la orden del día como el culto al cuerpo aunque es igual de importante: cuidarlas puede prevenir el deterioro cognitivo.

Internet y los teléfonos móviles permiten consultar información en cualquier momento pero suponen estar constantemente expuestos a un sinfín de estímulos, desde mensajes de WhatsApp a notificaciones de las redes sociales. El cerebro se acostumbra a ellos y, cuando le faltan, sufre ansiedad. Como consecuencia, la capacidad de concentración disminuye y la memoria —tan importante para estudiar, aprender idiomas o mantenerse actualizado en el trabajo—se debilita.

La buena noticia es que, dedicándole relativamente poco tiempo, la memoria se puede entrenar. Miguel Ángel Vergara y José María Bea son la prueba de ello. El primero, además de haber batido siete récords mundiales, es campeón del mundo de memoria rápida y el segundo es subcampeón de España en memoria de fondo. "La memoria rápida es como correr los 100 metros listos y la de fondo, como correr 30 minutos", aclara Bea a El Huffington Post. "En memoria rápida hay pruebas en las que se requiere mucha capacidad de atención y concentración, como memorizar números en un segundo o cuatro segundos. En la de fondo las pruebas son más largas, de cinco o diez minutos, y hay que memorizar rostros, barajas de cartas...", apunta su compañero. Juntos han montado la academia onlineEscuela de la memoria y acaban de publicar un libro: Consigue una memoria de elefante. Técnicas, ejercicios y trucos infalibles (Temas de hoy).

Su habilidad mental no es innata, sino fruto de años de esfuerzo y práctica. "Para estudiar una oposición pensé 'Si mejoro mi memoria eso me servirá para mejorar yo", recuerda Vergara. El primer contacto de Bea con este mundo fue algo más mágico: "Fue por unos fascículos de Juan Tamariz en los que utilizaba la memoria como truco. Después de un chasco en los estudios pensé en buscar un método para acelerar la memoria". Para él supuso un salto en su vida: "Cuando algo me gusta voy hasta el fondo. No me conformé con aplicarlo a mis estudios, subí de nivel y en 2007 empecé a competir".

La constancia es una de las claves para tener una memoria a pleno rendimiento. "Con unos pocos minutos al día, 30 o 40, se puede alcanzar un nivel de competición", asegura Bea. Vergara le dedica aproximadamente una hora diaria a través de un programa informático y ahora está entrenando la memoria literal: "Consiste en aprenderse textos palabra por palabra. Estoy con El Quijote. Es muy útil para una oposición, para obras de teatro, como característica distintiva en exámenes..."

Según Vergara, no hay un límite a la hora de mejorar la memoria. "Mientras continúes estimulándola, puedes mejorarla. El tiempo va deteriorando nuestras capacidades, pero se puede conseguir que sea menos agresivo". Bea menciona el caso de Paco Paéz. "Está a punto de batir el récord de memorizar el número Pi y tiene 64 años. Se sabe 72.000 decimales —el récord está en 70.030—, pero como sólo pueden pasar diez segundos entre que diga un número y otro está trabajando para ganar velocidad".

Vergara y Bea, que han hecho de la memoria una profesión, plasman en su libro estrategias y trucos aplicables al día a día, como a la hora de retener teléfonos, tareas o recordar el nombre de alguien a quien te acaban de presentar. Para evitar esos olvidos incómodos, Vergara comparte su método: "Transformar el nombre en el de algún actor famoso o en algo muy llamativo. Por ejemplo, Raúl lo convierto en raíl y me lo imagino. A eso le uno una característica de su rostro; si es mayor y con el pelo blanco me imagino un raíl nevado. Como es absurdo aparentemente, eso llama la atención de nuestra mente y causa una impresión mayor".

El consejo de Bea para recordar mejor lo resume en una palabra: desuse. O, mejor dicho, DEscomponer-SUStituir-Exagerar. "Una palabra la podemos descomponer en otras pequeñas palabras que nos sugieran imágenes", explica. El primer paso de su truco mnemotécnico se debe a que la mente trabaja con imágenes y, por ese motivo, las recuerda mejor. Precisamente por eso recomienda sustituir "aquello que no se puede visualizar por algo que sí", como cambiar números por palabras. "Para mí el 43 es una cama. Es arbitrario: el 4 es una C, el 3 es una M y relleno con vocales", pone como ejemplo de cómo memoriza él el número.

Si algo te despierta una emoción, lo recuerdas. Lo contrario es la rutina"

La última clave de Bea es exagerar: algo que provoca una emoción deja mayor huella en el cerebro. "Si algo te despierta una emoción, lo recuerdas. Lo contrario es la rutina, ir con el piloto automático. Cuando te olvidas de las llaves o de dónde has dejado el coche es porque no prestas atención; en cambio, ante un hecho insólito como cuando cayeron las Torres Gemelas, recuerdas el hecho y lo que lo rodea, aunque sea información no relevante sobre con quién estabas o qué comías", aclara.

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