División en la Atención Primaria ante el plan para vigilar la covid como la gripe
El protocolo que prepara el Gobierno no ha calado de la misma forma en las tres principales sociedades médicas de este ámbito.
El plan que ultima el Gobierno para abordar el coronavirus como una gripe común no ha calado igual en las tres principales sociedades médicas de Atención Primaria. Si para unas es una decisión precipitada que difumina la magnitud de la enfermedad “en un intento de minimizar la covid”, para otras es acertada porque “gripalizar la atención” salva el sistema.
Esta última es la opinión del presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC), Salvador Tranche, que sostiene que la situación actual con una variante menos patogénica (ómicron) y unas tasas “excelentes” de vacunación permite cambiar la estrategia y pasar “de un modelo de gestión de crisis a un modelo de control”.
Se trata del plan en el que trabaja el Gobierno pasa por observar el coronavirus como una enfermedad respiratoria, lo que en la práctica supondría ir dejando a un lado el recuento exhaustivo de casos y calcular en su lugar cómo se expande la enfermedad a partir de muestras recogidas por una red de vigilancia compuesto por médicos “centinelas”, que ya existía con la gripe.
La postura de la SemFYC
Entiende el presidente de la SemFYC que, no obstante, habría que fijar un umbral que no puede depender del nivel de incidencia por número de contagios, que ya no tienen ningún impacto porque la mayoría son cuadros leves, y habría que ir a “indicadores duros” como la ocupación hospitalaria, fundamentalmente en las uci, y las defunciones.
Para Tranche, que en su día fue médico “centinela”, hay que relativizar la cifra de contagios. “Gripalizar la atención es que los servicios sanitarios atiendan a la población con cuadros graves, que es lo que se hace con la gripe y que los leves pasen la sintomatología en casa con autocuidados”.
Este cambio de estrategia permitirá “salvar la saturación de la Atención Primaria, de los hospitales y de las urgencias” y sacar del limbo a todas estas patologías crónicas que por la covid quedaron sin diagnosticar, el año pasado el 50 % y entre el 30 y el 40 % de los procesos oncológicos.
En opinión del presidente de la SemFYC, este es el momento idóneo para poner en práctica este plan porque la letalidad es baja y la vacunación de la población muy alta.
La posición de la SEMG
El anterior punto de vista no es compartido por el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Lorenzo Armenteros, que ve “precipitado” poner en marcha un plan de este calado cuando aún no se ha llegado al pico de contagios ómicron.
Para el portavoz de la SEMG, desconociendo el número de datos, no se sabrá nunca la magnitud del problema. El plan, dice, es un intento de “minimizar la situación y esconder la cabeza debajo del ala”.
Armenteros insiste en que para tomar una decisión como esta tiene que tratarse de una “enfermedad estable sin posibles o muy pocas mutaciones, con un grado de infección bajo y una alternativa terapéutica para poder atender determinados casos con fármacos”.
Recuerda que esa situación “ahora mismo no se da y está muy lejos de darse” y percibe que la decisión está “más cercana a ocultar datos que se pueden conocer o ser alarmantes porque han sobrepasado cualquier situación de control por parte de las administraciones”.
Además, lamenta que sea “la población la que cargue con la responsabilidad de las medidas de control de progresión de la enfermedad y de todas las medidas para que la enfermedad no progrese”.
También resta valor a la red de vigilancia ya que se basa en datos estimativos, y en una situación “tan grave” como la que se está viviendo, “basarnos en una red de centinelas es minimizar la situación y ocultar la magnitud del problema”.
La línea de Semergen
En una línea parecida aunque más moderada se sitúa la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). El vocal de la Junta Directiva Nacional, el epidemiólogo Vicente Martín también opina que “gripalizar” la covid es “precipitado”.
Para este epidemiólogo, es pronto para conocer el impacto de ómicron en mortalidad y en ucis, quedan aún unas semanas para ver el decalaje entre infección y gravedad, y constatar si la variante es tan leve como se dice o, por el contrario, se elevará la presión hospitalaria y la ocupación de las ucis.
También preocupa el gran número de reinfecciones por covid con síntomas que antes no se veían y que, en ningún caso, son una excepción.
”¿Tenemos que ver como normal que haya 200 muertos diarios?, ¿cuál es el número de muertos que hay que entender como asumible?”, dice este responsable en la directiva de Semergen, que en una situación de trasmisión comunitaria propone que se aplique “control social”.
Martín insiste en ser más exigentes en el control de la gripe que también produce muchos muertos. Y más que “gripalizar la covid” apela a “coronavilizar la gripe” y que el 99,9 % de los profesionales sanitarios estén vacunados de esta enfermedad, igual que se hace frente al SARS-CoV-2.
Desde Semergen están de acuerdo en que hay que normalizar la situación pero en su justa medida, “sin precipitarse ni banalizar el covid diciendo que es como la gripe porque no lo es”.
Por tanto, argumenta que en situación de trasmisión comunitaria “no se puede pedir lo que se está pidiendo” y apela al control social, a facilitar antígenos y autocontrol y, sobre todo, a “no sobrecargar la Atención Primaria con medidas que no tienen retorno social y estar ahí para los casos graves y sintomáticos, que hay que vigilar”.