Diario de una 'startup': el 'Summit' (13)
Escribo estas líneas desde Madrid, después de asistir al South Summit, o el Summit a secas según tienen a bien aclararme los entendidos en estos asuntos. El Summit es la mejor feria de startups de nuestro país, con la única posible excepción del evento 4YFN que se celebra en paralelo al MWC de Barcelona y al que también asistí en febrero.
No son los únicos eventos a los que nos hemos inscrito: el año pasado participamos en un concurso como ya dejé caer en un post de este blog. Si comparamos este tipo de eventos a fiestas, para una startup tiene sentido asistir a los mismos porque uno no sabe lo que puede ocurrir. Es muy improbable que uno encuentre a un príncipe azul (o su equivalente en business angel), pero no es imposible. Lo más probable es que se saquen una o dos ideas (o uno o dos contactos) que puedan hacer posible el equivalente de una "boda" más adelante, lo que ya es mucho.
En el Summit asistí igualmente a varias conferencias. Desafortunadamente mi pase no me permite asistir a ninguna de las conferencias destinadas a inversores, y los panelistas salen en casi todos los casos por un acceso diferente a los del público, por lo que aviso para navegantes: no es muy fácil abordarlos. Mi capacidad de entregar un elevator pitch convincente puede que sea de todos modos muy mejorable.
Muchas de las conferencias tienen ponentes de perfil corporativo con discursos llenos de planitudes, y a veces en un inglés balbuceante. Pese a todo, el americano Adam Draper, uno de los inversores más prominentes en criptomonedas del mundo, dice en una de las charlas más interesantes que el nivel medio de las discusiones que tiene en el Summit es igual de alto que en Silicon Valley (algo que no era así hace unos años), y me gusta creer que no lo dice para halagar a su audiencia.
El viernes Pedro Sánchez cerró el evento, pero no pude asistir por otro compromiso. Leo que tuvo un recibimiento tibio pero no puedo confirmarlo de primera mano. Si todo va bien, el año que viene volveré a asistir para verlo por mí mismo.