Ucrania rechaza los ultimátums rusos y resiste el asedio en Mariúpol y Kiev: "Preferimos morir que rendirnos"
Las bombas siguen destrozando a la población civil, con un nuevo punto de ataque, la 'deseada' Odesa.
Diario de guerra, día 26: Ucrania dice ‘no’ a la intimidación rusa. “Nos tendrían que destruir a todos; entonces sí, su ultimátum se podría cumplir”, ha respondido Volodimir Zelenski. El presidente ucraniano, símbolo de la resistencia nacional, mantiene su posición de no plegarse a las exigencias rusas para el fin de la guerra. Como él, otro icono popular, el exboxeador y alcalde de Kiev, Vitali Klitschko: “Preferimos morir que rendirnos”.
Resistencia extrema a la espera, siempre con la esperanza, de que la diplomacia dé frutos. Por ahora las negociaciones entre Ucrania y Rusia pasan a una vía muerta, incapaces de dar respuesta a la lluvia de bombas contra objetivos civiles en Mariúpol o Kiev, que han registrado nuevas víctimas en una jornada en la que Rusia ya ha atacado su otro gran objetivo, Odesa.
La ofensiva no cesa, lejos ya de esas 15 exigencias de Moscú que el bando ucraniano dejó claro que no aceptaría.
No. El ultimátum lanzado por Rusia para esta madrugada ha sido rechazado de plano por las autoridades locales y nacionales ucranianas, que defienden la importancia de Mariúpol como enclave estratégico en la resistencia.
Sigue, por tanto, un asedio que cada día aumenta su dramatismo. La ciudad sigue llena de población desabastecida de los víveres más necesarios, ni alimentación ni electricidad. Pese a todo, las fuerzas nacionales resisten y Rusia asume que la conquista se enquista. Ya se habla de semanas en las previsiones internas del Kremlin.
Este lunes se ha registrado, según las fuerzas ucranianas, el primer ataque a Odesa, el gran puerto nacional, tercera ciudad más poblada y objetivo fundamental por dar salida al Mar Negro y ser la principal vía para ahogar la economía nacional.
Odesa lleva semanas entre ceja y ceja de Putin, que por ello no escatima gastos ni daños (tampoco civiles) en la conquista de esta ciudad y el entorno. Así, se entiende la ofensiva como Jersón, ya tomada, y Mikolaiv, que resiste con dificultad, además de Mariúpol, asediada desde hace semanas.
El primer ataque datado por Ucrania se ha dirigido contra zonas residenciales, donde se han reportado incendios pero no víctimas.
Sí las ha habido en un bombardeo contra un centro comercial a las afueras de Kiev, donde han fallecido al menos ocho personas, de acuerdo con autoridades de la capital. Rusia ha justificado este ataque por no ir contra un centro comercial, sino contra un “almacén de misiles vacío de personas”, en lo que aseguran sin pruebas que se había convertido el espacio civil.
El alcalde, Vitali Klitschko, ha anunciado un nuevo toque de queda, desde las 20:00 del lunes hasta las 7:00 del miércoles, para blindarse de la ola de ataques aéreos, el último contra el centro comercial Retroville, de los más populares.
Se han cerrado tiendas, gasolineras y farmacias, por lo que en este plazo, quien sea visto por las calles sin una causa justificada será considerado ‘enemigo’, de acuerdo con el anuncio de las autoridades.
Klitschko insiste en que su ciudad no se va a rendir y en una entrevista con el Canal 24 Horas ha confirmado que se preparan “para bloquear el paso a las tropas rusas”.
Las conversaciones siguen abiertas, pero también continúan sin dar frutos tangibles. La vía diplomática entre Kiev y Moscú no se cierra, lo cual ya es un avance, pero tras las expectativas de jornadas previas, la semana comienza sin avances hacia la paz.
Los Veintisiete han aprobado el último borrador de la llamada ‘Brújula estratégica’, una estrategia común de defensa en la que la UE ganará capacidad militar. El documento que tendrá que pasar por las manos de los jefes de Estado plantea que en 2025 los miembros estén en disposición de desplegar unas fuerzas comunitarias, que, sin una estructura fija aún, podría llegar hasta los 5.000 soldados.
ACNUR ya cifra en casi 3,5 millones los ucranianos obligados a abandonar el país, alrededor de la mitad hacia Polonia. Y de ellos, casi dos millones serían niños, de acuerdo con los balances actualizados de la oenegé Save the Children.
Del total de refugiados, alrededor de 25.000 han llegado a España, de los que cerca de 9.000 tienen ya permiso de residencia y trabajo, según informa Moncloa. A lo largo de la semana se espera la entrada de otros 9.000-10.000 ciudadanos ucranianos.
El éxodo masivo de su población no es el único movimiento denunciado por Ucrania. El portavoz de Exteriores ha denunciado publicamente que solo el pasado sábado, 19 de marzo, 2.389 niños fueron deportados por la fuerza desde el Donbás hasta Rusia, separándolos de sus familias, como ha declarado Oleg Nikolaiv.
Los efectos colaterales de la guerra tocan y mucho a la economía española y del resto de Europa. Aquí se cumpllen ocho días desde que los transportistas se declarasen en huelga por el alza incontrolada del precio del combustible. Aunque no es un paro de todo el sector, sus efectos han afectado a varios sectores, que han paralizado temporalmente su producción por la falta de materias.
Este lunes, el Ministerio de Transportes ha anunciado una bonificación de 500 millones en ayudas a los transportistas para rebajar el precio del gasóleo profesional. Los detalles se cerrarán este viernes, en una nueva reunión con la patronal tras la que celebre el Consejo Europeo entre el jueves y el mismo viernes y de la que saldrán compromisos concretos.
Los efectos no serán inmediatos, eso sí. La entidad convocante del paro, la Plataforma para la Defensa del Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional, mantiene la huelga. Rechazan el acuerdo por no haber sido cerrado con ellos y anuncian que mientras que el ministerio no negocie con ellos, se mantendrá la actual situación. El paro tiene nuevos apoyos, pues se suman FENADISMER y otras patronales ante “la falta de concreción y contundencia de las ayudas”.
En otro orden, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha insistido en la buena sintonía con Argelia que podría ser un proveedor fundamental de gas y petróleo, pese al cambio de posición de Moncloa sobre el Sáhara. Este asunto lo quieren llevan al Congreso hasta 14 formaciones políticas.
El presidente español continúa sus movimientos por Europa y este lunes se ha visto con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el belga, Alexander de Croo, con los que ha intentado cerrar una posición unitaria de cara a ese Consejo Europeo. La idea es recabar apoyos a su propuesta para rebajar de forma comunitaria el precio de la energía.