Día Mundial de la Libertad de Prensa: poco que celebrar
Arrestos arbitrarios, cierre de medios, precariedad, leyes mordaza... Mucho que contar y muchos depredadores intentando que no se cuente.
El 3 de mayo fue proclamado como el Día Mundial de la Libertad de Prensa en el año 1993, una decisión tomada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en parte para celebrar una de las grandes conquistas de la democracia, en parte para denunciar los peligros que la acechaban.
La fecha se eligió para que coincidiera con el aniversario de la Declaración de Windhoek, en la que los representantes de medios de comunicación africanos que participaban en un seminario organizado por la UNESCO en la capital de Namibia elaboraron un documento donde se recogían los principios esenciales de la libertad de prensa.
Este año, otra vez más, el mundo no tiene demasiados motivos para festejar y sí mucho, demasiado, por lo que poner el grito en el cielo. Según Reporteros Sin Fronteras, la ONG que trata de gritar superando los vetos y mordazas que se imponen en los medios del mundo, la libertad de prensa nunca se había encontrado tan amenazada como ahora.
En su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017, la organización evaluó el grado de libertad del que gozan los periodistas de 180 países con base en los siguientes rubros: pluralismo, independencia de los medios de comunicación, ambiente en el que los periodistas llevan a cabo su trabajo, seguridad, censura, marco legal, transparencia y la calidad de la infraestructura con que se cuenta para producir la información. En 131 países, denuncian, no existen condiciones idóneas para ejercer el periodismo.
Estos son los mayores depredadores de la libertad de prensa hoy.
China (176)
China es considerada "la mayor prisión del mundo para los periodistas-ciudadanos".
Entre 2015 y 2016, numerosos periodistas-ciudadanos, blogueros y activistas defensores de los derechos humanos fueron detenidos por las autoridades y obligados a confesar. No conforme con eso, el régimen chino transmitió las declaraciones por el canal de información del Estado, CCTV, y las difundió a través de la agencia de prensa Chine Nouvelle.
Actualmente, más de 100 periodistas y blogueros se encuentran encarcelados en el país.
Sobre el presidente chino Xi Jinping, Reporteros Sin Fronteras dice que "es el principal censor del mundo y predador de la libertad de prensa, así como el artífice de una política que busca el control hegemónico de la información y la instauración de un orden mediático mundial bajo una fuerte influencia de China".
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Siria (177)
La libertad de prensa en este país, en conflicto desde 2011, enfrenta varios retos para los periodistas, pues constantemente se ven en riesgo a causa de los enfrentamientos entre las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad y sus aliados, así como los diferentes grupos de oposición como el Estado Islámico y las fuerzas kurdas.
Dado que no había prensa libre en el régimen sirio, los periodistas y ciudadanos crearon nuevos medios de comunicación para mostrar los diferentes rostros de la guerra.
"Los intentos de intimidación, detención, secuestro y asesinato son comunes y erigen un cuadro mediático macabro", de acuerdo con Reporteros Sin Fronteras.
Turkmenistán (178)
En este país de Asia central, todos los medios de comunicación están controlados por el Estado y los pocos internautas que hay en el país sólo tienen acceso a una versión muy censurada de la Web.
La represión contra los pocos periodistas independientes que trabajan clandestinamente para medios de comunicación ubicados en el extranjero se ha intensificado con el presidente Gurbangulí Berdimujamédov.
Muchos periodistas han sido detenidos, como el caso de Saparmamed Nepeskouliev, encarcelado desde julio de 2015. Otros han sido torturados o agredidos en los últimos años.
Las autoridades de este país incluso mantienen una campaña de erradicación de antenas parabólicas, privando así a la población de su última posibilidad de tener acceso a una información no controlada.
Eritrea (179)
En este país del noreste de África, tanto la prensa como la sociedad en su conjunto están sometidas por completo a la arbitrariedad del presidente Isaías Afeworki, "predador de la libertad de prensa" y responsable de "crímenes contra la humanidad", según un informe de la ONU publicado en junio de 2016.
Al menos once periodistas se encuentran detenidos sin que exista un proceso judicial.
"Aquellos que piensan que habrá democracia en este país, pueden pensarlo en otro mundo".-Isaías Afeworki, presidente de Eritrea
Corea del Norte (180)
Bajo el gobierno de Kim Jong-un, en el poder desde 2012, el régimen totalitario sigue manteniendo a la población en la ignorancia.
La Agencia Central de Prensa Norcoreana (KCNA) es la única que cuenta con la autorización de proporcionar información oficial a los medios de prensa escrita o radiofónica.
Desde el año pasado las autoridades han mostrado mayor flexibilidad frente a la prensa extranjera, autorizando que un número creciente de reporteros cubran las actividades oficiales. En contraste, el régimen sigue controlando de manera meticulosa la información a la que puede tener acceso la prensa extranjera, como lo mostró la expulsión del periodista Rupert Wingfield-Hayes en mayo de 2016.
LA SITUACIÓN EN ESPAÑA
España, que ocupa el puesto 29 en la clasificación de RSF, también arrastra problemas. La restrictiva Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como ley mordaza debido al impacto que tiene en la libertad de expresión y de información, comenzó a afectar a los profesionales de los medios de comunicación en 2016. Al menos seis periodistas fueron sancionados con multas, acusados de impedir la labor de los agentes de la policía o de haberles tomado fotografías.
La ley mordaza fue ratificada en 2015 por el Partido Popular, que tenía la mayoría en el parlamento; sin embargo, todos los partidos de oposición han pedido que sea abrogada y acusan al gobierno de querer ejercer un control escandaloso en la información de la cadena pública Radio y Televisión Española (RTVE). En el aspecto económico, la fuerte crisis que ha experimentado el mercado laboral en España en los últimos años se ha traducido en una precarización sin precedentes de la profesión periodística. A menudo los periodistas independientes reciben salarios muy bajos, incluso carecen de remuneración, en un sector que ha perdido su prestigio.
TURQUÍA, LA GRAN EMERGENCIA
Por su parte, Amnistía Internacional ha exigido hoy la liberación de los más de 120 periodistas encarcelados en Turquía y ha convocado protestas en diversas ciudades de todo el mundo.
Más de 250.000 personas han firmado una petición online desde febrero en la web de AI en apoyo de la iniciativa "El periodismo no es un crimen" y "libertad para los medios turcos", para denunciar la represión contra la libertad de expresión en el país euroasiático.
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Aunque AI cifra los reporteros detenidos en "más de 120", la Plataforma para el Periodismo Independiente (P24) con sede en Estambul, precisa que hay 163 periodistas en la cárcel, y la mayoría han sido detenidos tras el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio.
En el primer trimestre de 2017, 38 periodistas han sido detenidos, detalla un informe sobre la libertad de prensa del diario digital Bianet.
Bajo el estado de emergencia, impuesto el pasado 20 de julio tras la intentona golpista, al menos 156 medios de comunicación han sido cerrados y más de 2.500 periodistas y trabajadores de medios de comunicación han perdido su empleo.