Detenido un falso ginecólogo tras abusar sexualmente de 63 mujeres en Italia
Le acusan de los delitos de agresión sexual, pornografía infantil, intromisión ilegítima en la vida privada y fraude.
Un cardiólogo que se hacía pasar por ginecólogo y que abusó sexualmente de al menos 63 mujeres en los últimos cinco años ha sido detenido este martes por los carabineros de Catanzaro (Calabria, sur de Italia), que le acusan de los delitos de agresión sexual, pornografía infantil, intromisión ilegítima en la vida privada y fraude.
El médico, que trabajaba en el hospital de Soverato, ha sido arrestado de forma preventiva en una operación en la que le han sido incautados todos sus dispositivos electrónicos por orden del juez y a petición de la fiscalía tras la investigación de los carabineros, que se inició en 2021 con la denuncia de una joven de 20 años, según han informado los medios locales.
Las 63 víctimas, entre ellas una menor, fueron identificadas por la cámara de vídeo instalada en la consulta del médico en Soverato, que era donde llevaba a cabo las agresiones sexuales, aunque podría haber más. Algunas imágenes poco claras no permitieron identificar a todas las mujeres afectadas.
Engañaba a las mujeres sobre su cualificación profesional
Según las investigaciones policiales, el hombre, de unos 50 años, engañaba a las mujeres, en su mayoría jóvenes, sobre su cualificación profesional como ginecólogo, a pesar de no haber cursado esa especialidad. Con el pretexto de realizar exámenes médicos agredía sexualmente a las víctimas o las inducía a que lo hicieran ellas con el uso de objetos fálicos.
Además, el detenido, que cobraba a sus víctimas por sus falsas revisiones ginecológicas, almacenaba vídeos de las agresiones sexuales que había comenzado en 2017 en sus dispositivos electrónicos, como móviles y ordenadores, de forma encriptada, según las mismas fuentes.
La hipótesis es que el profesional, engañando a las jóvenes, además del pago de los honorarios por la actividad “profesional” realizada, mediante el uso de una cámara obtenía indebidamente los vídeos de las visitas de las pacientes, que luego almacenaba de forma encriptada en sus dispositivos electrónicos.