Nunca verás a un 'influencer' en cualquiera de estos cinco rincones de España
Nunca... ¿nunca?
La palabra de los últimos años es influencer. Y no, no es ese cuñado de turno que lo sabe todo, sino gente que vive de sus stories y publicaciones en Instagram. En el mundo de los viajes, ¡los hay hay para dar y regalar!
Atrás ha quedado la época de Callejeros viajeros y otros programas similares: hoy las plataformas digitales son un no parar. Entra en cualquier red social y lo verás. Uno que publica una foto desde una playa paradisíaca en Mauricio, otro con la torre Eiffel de fondo y miles de Me gusta y el clásico que visita el Preikestolen de Noruega. Lo mejor peor: a algunos le pagan por ello.
Igual que están a miles de kilómetros en el extranjero, se pueden encontrar a la vuelta de la esquina. España está lleno de paisajes de vértigo para cosechar likes y Expedia.es los tiene todos localizados. Si el mundo influencer te da alergia no se te ocurra pisarlos porque eso de que nunca verás uno ahí está más cerca de la ciencia ficción que de la realidad.
Que las islas Canarias son un destino de playa lo sabemos todos. ¿Pero cuántos saben que en pleno sur de Tenerife se encuentra el Machu Pichu español? En este pequeño pueblo tinerfeño, rodeado de imponentes acantilados y riscos, se pasa del mar a las nubes en un abrir y cerrar de ojos y se descubre que esta comunidad es algo más que tirarse a la bartola en la arena. Aquí se puede hacer senderismo y escalada. Un dato curioso: en su época fue todo un refugio de piratas.
Los acantilados de esta zona del País Vasco son la tentación de cualquier influencer de viajes. Que sí, que la Calzada de los Gigantes de Irlanda es un pasada, pero los del Geoparque, entre Mutriku, Deba y Zumaia, tienen muy poco que envidiarles. Para empezar, a la Tierra le ha llevado 60 millones de años (ahí es nada) diseñar un paisaje así de espectacular, propio de cualquier fotón que se precie. Muy mal se te tiene que dar la fotografía para no conseguir una auténtica fotaza. Si la visita coincide con el atardecer o la madrugada, el fotón está asegurado.
Otro de los puntos más espectaculares y fotografiados del norte está en Cantabria: los acantilados que rodean el Faro del Caballo. Sin duda, es el sitio perfecto para que un influencer haga un vídeo y presuma ante sus seguidores de estar en plena forma mientras baja las casi 800 escaleras que llevan a una playa de aguas cristalinas. La ropa deportiva y cómoda es imprescindible para hacer esta ruta.
Girona se lleva la palma en eso de colgar cosas. ¿Cuántas veces se ha visto un pueblo colgado al borde de un precipicio? Castellfollit de la Roca es el lugar perfecto para pasear sobre un risco de 50 metros de altura en plena zona volcánica. ¡Casi nada! Sus callejuelas medievales y el valle formado a los pies del viandante, con los ríos Fluvià y Toronell, parecen hechos para amantes del postureo.
Para tocar el cielo con las manos sin salir del país, los influencers no se olvidan de los acantilados más altos de la Europa continental: los de Vixía Herbeira. Con 620 metros de altura y casi un 80 % de pendiente, las panorámicas son increíbles. Si hay un paisaje que lo pone fácil para las fotos, es este. Aquí, filtros pocos: el azul del mar y las olas rompiendo contra una costa de verde intenso se encargan de hacer el trabajo. Eso sí: el aire sopla fuerte y hay que andarse con cuidado.