El referéndum que puede cambiar el destino de dos pueblos de Extremadura
Villanueva de la Serena y Don Benito deciden con un referéndum si se unen para ser la tercera ciudad más grande de Extremadura.
Casi 6 kilómetros en línea recta, diez en ruta es la distancia que separa las localidades pacenses de Villanueva de la Serena y Don Benito. Pero a partir del 21 de febrero podrían ser solo una. Estos días están llamados a las urnas unos 50.000 ciudadanos en la votación anticipada –que empezó el 29 de enero y se alargará hasta el 10 de febrero– del referéndum para la unión de los dos municipios. Diez días más tarde, el 20, terminará el proceso con la votación presencial, día en el que también se conocerán los resultados. Eso sí, para que la fusión salga adelante tiene que recabar como mínimo el 66% de los apoyos, algo que ambos alcaldes se muestran confiados en conseguir.
La idea de hacer un referéndum de unión es algo que lleva sobrevolando estas dos localidades desde los años cincuenta. ¿Por qué no se había hecho hasta ahora? Miguel Ángel Gallardo, alcalde de Villanueva de la Serena lo resume con una palabra: “Metodología”. Algo que apoya su homólogo de Don Benito, José Luis Quintana: “Con absoluta discreción entre los dos se encargó un estudio a la universidad [para ver los beneficios e inconvenientes que podría traer esta fusión], pensamos en los pasos a dar para llegar a un acuerdo político y cuando lo hemos tenido todo cerrado lo hemos anunciado”.
En anteriores ocasiones se había intentado unir los municipios, hasta se había anunciado, pero nunca se había llegado a formalizar, así que los dos alcaldes estuvieron de acuerdo en llevar todo el proceso con absoluta discreción. De hecho, Gallardo confiesa: “Si no hubiera habido acuerdo político, teníamos acordado que nadie se hubiera enterado del intento del proceso”.
Precisamente por ser un tema que lleva desde los años cincuenta sobrevolando los dos municipios, a algunos vecinos les ha pillado por sorpresa el anuncio. Antonio tiene 67 años y es “nacido y criado” en Villanueva de la Serena. Tantos años oyendo hablar de esta propuesta y cuando finalmente se ha materializado no se la esperaba. Se muestra “ilusionado” con el proyecto y cree que aportará “cosas positivas”. Aunque, dice, serán “para el futuro que venga detrás de nosotros”.
Entre las mejoras, los alcaldes destacan, por ejemplo, el derecho a reivindicar una escuela universitaria. “Nadie entendería que hubiera campus universitarios en las mayores ciudades de la región, pero nosotros, que seríamos la tercera, no”, argumenta Quintana. “Si generamos expectativas económicas grandes, vamos a mejorar”, añade. Y Gallardo lo ejemplifica: “El Santander se comprometió a poner una oficina para empresas si se hace la fusión. Y eso lo hacen porque consideran que habrá empresas que querrán establecerse aquí”.
“Todo lo que sea mejorar, ¿por qué negarte a ello?, se pregunta Sara, vecina de Don Benito. “Me parece estupendo, la verdad. Todo lo que sea progresar y mirar por el futuro, ya no nuestro, sino por nuestros hijos me parece estupendo. La opción de poder tener una universidad y que las personas con limitaciones económicas no se tengan que ir fuera… No le encuentro ninguna pega”.
Además de poder reivindicar la escuela universitaria o la cantidad de empresas que se podrían instalar en el nuevo municipio, también se suman otras ventajas. “Al pasar a ser una ciudad de más de 50.000 habitantes, se pueden solicitar fondos europeos (los Next Generation, por ejemplo) que exigen esta población mínima”, explica Gallardo. “Hemos decidido no perder más trenes”, añade.
Ausencia de inconvenientes
No todos están de acuerdo con la posible fusión entre los dos municipios. Rocío, de Don Benito, recela de tantas bondades: “Te cuentan todo lo positivo, pero no lo negativo. Por ejemplo, en las ciudades grandes todo es más caro”. En la misma línea de desconfianza se muestra otro vecino de Villanueva, que prefiere no dar su nombre: “Es que aquí si dices que no… ¡uf!”, y exclama: ”¡Algo malo tiene que haber!”.
Los dos alcaldes encargaron un informe sobre la viabilidad de la propuesta de fusión a la Universidad de Extremadura que se saldó con una conclusión: ausencia de inconvenientes. “Si no hay inconvenientes, ¿por qué vamos a buscar algo que no existe? Esto va de sumar y cuando sumas siempre ganas”, zanja Quintana. Muchos de los que rechazan la unión de los dos municipios ven con desconfianza que se haya conseguido un acuerdo entre todos los partidos políticos. “Seguro que esta fusión beneficia en algo a los políticos”, dicen algunos. Para eliminar cualquier duda, los regidores actuales acordaron renunciar a la alcaldía de la nueva ciudad.
El factor identitario y emocional está entre los motivos de quienes marcarán no en la papeleta. “Yo soy muy de mi pueblo, me gusta ser de mi pueblo y no quiero ser del otro”, comentan algunos vecinos. Gallardo entiende que quienes lo vivan desde el punto de vista emocional –porque desde el racional “las razones para hacer la fusión son todas”– teman perder las “tradiciones”, pero asegura que “nada se va a perder, todo se va a sumar”. Rocío, sin embargo, considera que fusionar los pueblos es “matar” su historia. Pero José Luis Quintana lo tiene claro: “No perdemos ningún valor histórico, vamos a hacer historia”.
El futuro
Si en la votación gana el ‘sí’, se iniciará un proceso jurídico y administrativo que culminará el primer trimestre de 2027 con la fusión plena de los dos municipios. Pero los habitantes no tendrán que esperar hasta entonces para empezar a ver cambios. De hecho, ya desde el día siguiente a la votación, es decir, el 21 de febrero, el Gobierno ordenará que se consideren estos municipios como uno solo de más de 50.000 habitantes. Este cambio, que a priori puede no parecer mucho, permitiría atraer todos esos proyectos que se fueron a otras ciudades por la competencia que hasta ahora se hacían Don Benito y Villanueva de la Serena al ser dos localidades tan próximas y de similar tamaño, e impulsaría el desarrollo económico de la ciudad.
Para conocer el nombre de la ciudad que nazca de la fusión habrá que esperar hasta el tercer trimestre de 2022, aunque lo que está seguro es que su nuevo topónimo no llevará ni Villanueva ni Don Benito.
Si finalmente sale adelante, sería la tercer fusión entre municipios en España. Eso sí, sería la primera vez que se hace con ciudades de tamaño mediano. Las dos uniones anteriores fueron en Galicia en los años 2013 y 2017 y, en ambos casos, las ciudades resultantes de la unión sumaron una población de algo más de 5.000 habitantes. En el caso de Don Benito y Villanueva de la Serena, la ciudad resultante contaría con más de 50.000 habitantes.