Los desastres climáticos de 2021 baten récords y ya son la terrible normalidad
Estos son algunos de los desastres climáticos de este año a los que nos tendremos que acostumbrar en el futuro.
Las devastadoras catástrofes climáticas de este año han batido récords, pero son solo un atisbo del calor, los incendios, las tormentas y las inundaciones que nos esperan en los próximos años.
Este año hemos vivido el mes de julio más caluroso de la historia (otra vez), algunos de los incendios más graves de la historia (otra vez), y huracanes e inundaciones mortales por todo el golfo de México y la Costa Atlántica de América (otra vez).
El informe climático de este año de Naciones Unidas dijo lo mismo que llevan diciendo otros informes desde hace años, solo que de forma más tajante: los seres humanos somos la causa “inequívoca” del cambio climático y la ventana de actuación para evitar condiciones de vida catastróficas se está cerrando rápidamente.
“Estamos ante una tendencia innegable que viene de muy atrás”, afirma Astrid Caldas, miembro de la Unión de Científicos Preocupados (UCS). Según expone, los últimos siete años han sido los más calurosos de la historia, y añade: “Imagina dónde vamos a ir a parar si el calentamiento se sigue acelerando”.
“El cambio climático está pasando aquí y ahora y necesitamos actuar ya para mantenerlo a raya”.
Los expertos en clima llevan tiempo instando a los gobiernos y a las grandes empresas a reducir las emisiones de combustibles fósiles con el fin de evitar las consecuencias climáticas más graves.
Estos son algunos de los desastres climáticos de este año a los que nos tendremos que acostumbrar en el futuro.
Julio fue el mes más caluroso de la historia del planeta desde que se tienen registros. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), España ha vivido en 2021 la primavera más seca de los últimos 15 años y “ocho de las diez primaveras más cálidas desde 1961 se han producido en el siglo XXI”. Además, agosto terminó con los récords de temperatura más alta jamás registrados en 19 puntos del país y con una temperatura media de 0,9ºC más de lo habitual en este mes. En la actualidad, analizando las temperaturas de cada mes, la AEMET indica que tenemos veranos casi 5 semanas más largos que al inicio de los años 80.
“2021 subraya una vez más que esta no es la ‘nueva normalidad’, sino ‘normalidad’ a secas”, lamenta Marshall Shepherd, director del programa de ciencias atmosféricas de la Universidad de Georgia. “La mayor preocupación ahora es la siguiente fase: la continua aceleración del ritmo de los fenómenos climáticos extremos”.
Más allá del devastador efecto dominó que tiene en el medioambiente el aumento de las temperaturas, también se puede hablar de víctimas mortales directamente relacionadas con el calor. Un informe de la Adrienne-Arsht Rockefeller Foundation Resilience Center pronostica que el calor extremo matará a decenas de miles de estadounidenses cada año durante los próximos años a no ser que se empiece a luchar ya de verdad contra la crisis climática.
En España, según la AEMET, se estiman cada año 1300 muertes por olas de calor, con picos de 6600 como en 2003. Ese año, Europa acabó con 70.000 muertes directamente atribuibles al calor.
En California, que se encuentra en una crisis por sequía tras registrar el año más seco del último siglo, los incendios forestales han seguido agravándose. El incendio Dixie de este mes de julio fue el mayor de la historia del estado. Ocho de los diez incendios forestales más grandes de la historia de California se han producido en los últimos 5 años.
En España, “las lluvias fueron especialmente escasas a lo largo del mes de marzo, que fue el más seco del siglo XXI y en el que llovió poco más de la tercera parte de lo normal”. La sequía de esta primavera y las olas de calor del verano han hecho que casi todo el país estuviera en agosto en alerta por riesgo extremo de incendios. El año 2021, con 75.548 hectáreas quemadas repartidas en 7.244 incendios, está entre los peores de los últimos 10 años.
Los datos empeoran a nivel europeo. Según el informe anual del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea, la temporada de este año es “aún peor” que la del año pasado porque han ardido más de 500.000 hectáreas, en su mayoría bosques que tardarán años en recuperarse.
Por otro lado, la Amazonía de Brasil ha vivido su peor año en cuanto a incendios desde 2007, según el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE).
Este año se ha producido la tercera temporada de huracanes más activa desde que se tienen registros, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. Ha sido la primera vez en la historia en la que se supera el listado de 21 nombres de tormentas durante dos años consecutivos.
El huracán Ida, de categoría 4, asoló la costa de Luisiana en septiembre, convirtiéndose en uno de los más fuertes de la historia que tocan tierra en dicho estado. Provocó decenas de muertes en Luisiana y posteriormente avanzó hasta Nueva York, donde se vivió la primera inundación de estas características en su historia, con al menos 50 fallecidos.
A mediados de diciembre, el tifón Rai azotó Filipinas, donde dejó casi 400 fallecidos y obligó a medio millón de personas a evacuar la región.
La psicóloga conservacionista Susan Clayton ha comentado que, “gracias al cambio climático, podemos esperar más de estos eventos climáticos ‘inusuales’ en el futuro” y “disparidades crecientes, de tal manera que las comunidades desfavorecidas, que a menudo viven en zonas más vulnerables a los efectos del cambio climático, se verán más gravemente afectadas”.
El meteorólogo Jeff Masters escribe en la Yale Climate Connections: “Los sucesos climáticos extremos de 2021 son un recordatorio de que el clima del siglo XX, que es para el que está diseñada la infraestructura de nuestra sociedad, ya no existe”.
El científico ha instado a los gobiernos a prepararse para “lluvias más intensas, tempestades más intensas y sequías, olas de calor e incendios más graves. Por encima de todo, debemos apoyar la transición a una economía de energía limpia y dejar de quemar combustibles fósiles”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.