Dentro del círculo de críticos
Entrevista con la socióloga de la literatura Phillipa Chong.
Pensad en Babelia, El Cultural, Culturas o cualquier otro suplemento. En todos ellos hay reseñas y críticas literarias de novelas, películas, libros de poesía u obras de teatro. ¿Quiénes son esos críticos? ¿A qué intereses responden? ¿Qué miedos tienen a la hora de ejercer su labor? Hay muchos manuales sobre la historia de la crítica literaria, pero no hay trabajos de campo desde dentro de las trincheras… con la honrosa excepción de Inside the critics’ circle (2020), una investigación de la socióloga Phillipa Chong sobre el papel de los críticos literarios. Veamos cuánta verdad hay, aplicada a los libros, en aquella idea de que es bueno que hablen de uno, aunque sea mal…
ANDRÉS LOMEÑA: Se dice que un crítico literario no es más que un escritor frustrado. Su descripción es muy distinta porque los críticos se muestran dubitativos, prudentes y meticulosos.
PHILLIPA CHONG: Tu caracterización es correcta. Los críticos son un grupo variado y la crítica de libros es un proceso complicado. Cada parte del proceso provoca diferentes respuestas de los críticos.
Por ejemplo, hay una fase en la que los críticos se sientan a leer un libro para descubrir si es bueno. Los críticos describen que este proceso es muy meticuloso porque han de apartarse de cualquier influencia, como la publicidad de los libros o las opiniones de otros críticos. Los críticos también afirman que son autorreflexivos con la procedencia de sus juicios: si se sienten contrariados, ¿se debe al libro o a que ya se sentían frustrados como escritores? ¿Cómo pueden comprobarse esos impulsos? En general, los críticos enfatizan la importancia de mantener una especie de “pureza” de los factores externos cuando leen y escriben sobre un libro para hacer una reseña.
Esas mismas personas admiten que las preocupaciones externas sobre las relaciones profesionales y el estatus podrían condicionar sus críticas. Eso ocurre porque las críticas de libros acarrean consecuencias no solo para los autores analizados, sino también para quienes las escriben. Muchos de ellos son autores rentables.
Para nada pienso que los críticos de libros son hipócritas. En realidad, los críticos afrontan diferentes tareas y problemas en distintas fases del proceso de la crítica, y para solucionar esa tensión adoptan diferentes fórmulas. Mi libro lleva al lector por todas esas fases para que entienda que las soluciones son diversas, pero no incompatibles.
Por tanto, ¿cómo los describiría? Como personas con tareas realmente difíciles frente a ellos.
A.L.: Mi experiencia como periodista es que casi nadie estaba interesado en hacer las críticas de los libros. Su experiencia es bien distinta, ¿no?
P.Ch.: Bueno, mi libro está un poco sesgado en términos de selección. En primer lugar, la mayoría de personas que entrevisté eran críticos de publicaciones muy elitistas. Una firma en el New York Times Book Review puede ser bastante atractiva incluso para críticos reacios. En segundo lugar, estoy segura de que hay muchas personas que encuentran la crítica una tarea rutinaria y simplemente no quisieron dedicar más tiempo a hablar conmigo sobre las reseñas de libros. Esas personas no aparecen en el libro.
En cualquier caso, sí, las personas con las que hablé estaban motivadas para escribir críticas de libros, aunque no lo estaban para llegar a ser críticos a tiempo completo. En lugar de eso, muchos hacen críticas como complemento a una carrera más extensa (son periodistas, novelistas o académicos). Por ejemplo, los novelistas con frecuencia dijeron que estudiaban detenidamente la estructura y el lenguaje de las novelas que reseñaron, lo que les ayudó a la escritura de sus propios libros. Un académico disfrutó haciendo una reseña durante su trabajo como profesor a tiempo completo porque le animó a leer, pensar y escribir rápidamente. La velocidad no es un requisito típico de la escritura académica. Y por supuesto, muchos críticos son simplemente amantes de los libros. Casi ningún crítico tiene motivación para hacer reseñas por el mero hecho de hacerlas. Cubre distintos objetivos.
A.L.: Me pregunto por qué hasta ahora nadie había escrito un libro como el suyo y qué reacciones ha suscitado.
P.Ch.: Ha habido muchos libros útiles sobre crítica literaria. Los han escrito normalmente autores que comparten sus reflexiones personales sobre la artesanía de la crítica, el estado actual del campo y su futuro. En cierto modo, mi libro es similar en la medida en que contiene lo que podrían haber sido cuarenta libros separados con las reflexiones de cuarenta críticos independientes.
La aportación de mi investigación es que soy socióloga, una completa desconocida para el mundo de las críticas literarias. Pedí a los críticos que reflejaran en las partes del libro el proceso que se da por sentado desde dentro de la industria. Les prometí anonimato como condición para participar en el estudio. El resultado fue que los críticos compartieron abiertamente historias poco halagadoras sobre críticas vergonzosas que habían hecho; también hablaron de duras peleas con autores enfadados y describieron un montón de dilemas éticos cuando tenían que publicar sus opiniones. Durante nuestras entrevistas, los críticos a menudo señalaban que deseaban aprender de otros críticos con los que hablé. Esto me llevó a sospechar que los temas sobre los que escribo en el libro son comunes a la experiencia de muchos de los críticos de libros, pero no son temas comunes de conversación entre ellos. Y esas opiniones no son desde luego el tipo de ideas que uno anunciaría o publicaría en un libro de crítica general.
En cuanto a las reacciones del libro, ha habido de todo. Muchos críticos me dijeron que identificaban muchas de las luchas y experiencias reflejadas en las páginas del libro. Esto fue así para los críticos de libros y también para algunos críticos cinematográficos. Otros críticos discreparon de mi descripción selectiva de este mundillo y algunos hasta parecían enfadados de que el libro existiera. Ahora bien, el libro nunca pretendió capturar la experiencia de todos los críticos. Después de que saliera el libro, me di cuenta de que mis preguntas sociológicas sobre crítica de libros se percibieron como un cuestionamiento de la autoridad de los críticos. Eso explica parte de la reacción de la crítica.
Si hay algo que he aprendido con esta investigación es que la mejor cobertura crítica no es cien por cien positiva, sino que está dividida. Significa que la obra ha tocado un nervio, que evoca reacciones encontradas. La peor crítica posible no es aquella que resulta tremendamente negativa, sino la tibia. Mi libro ha evitado sin duda ese destino.
A.L.: ¿Puede hablarnos de algún crítico literario en concreto?
P.Ch.: Definir lo que hace que un crítico de libros sea bueno es tan variable como definir lo que hace que un libro sea bueno. Algunos lectores valoran a los críticos con quienes comparten sus sensibilidades literarias. Así, los lectores depositan en sus críticos predilectos la confianza a la hora de elegir lecturas. Muchos novelistas con los que hablé dijeron que les gustaron las críticas que se centraban en las preocupaciones del escritor. Y me consta que hay críticos que consiguen mostrar cómo una historia nos conecta y nos ayuda a entender el mundo que nos rodea.
Para ser sincera, no sigo a ningún crítico de cerca en este momento. Ahora que he terminado el libro, estoy leyendo más que nunca. Después de emplear tantos años dedicada a la crítica de libros, necesitaba un descanso. Ese es uno de los riesgos de esta profesión, supongo.
A.L.: Le sugiero escribir en su próximo libro sobre los lectores de originales de las editoriales.
P.Ch.: No vas muy desencaminado con tu sugerencia. Ya estoy recogiendo datos para mi próximo libro. Es, una vez más, sobre el campo literario, pero me estoy moviendo hacia el proceso de edición. Más que centrarme en los críticos, estoy estudiando cómo experimentan los autores el proceso de edición, y más concretamente, cómo los autores de diferentes razas y géneros o de diferentes géneros literarios tienen distintas historias que contar.
Bromeo con mi editor diciéndole que si hacen una segunda edición del libro, incluiré un capítulo nuevo sobre las reseñas que criticaron mi libro. Escribí este libro como una desconocida, como he mencionado antes, pero ahora que el libro ha salido y se ha reseñado ampliamente, ya no es el caso. Creo que tengo un conocimiento profundo de todo lo que mis entrevistados me dijeron tras haber pasado por el proceso yo misma. Además, ahora me piden reseñar más libros que nunca. Me parece un trabajo importante y exigente.