Demon's Souls, el 'remake' del clásico de From Software, llega a PS5 por todo lo alto
El juego de culto regresa a PlayStation 5 para poner a prueba la paciencia de los jugadores.
El videojuego Demon’s Souls, original de PlayStation 3, regresa en forma de remake a PlayStation 5 para atormentar la paciencia de los jugadores. La fórmula de la desarrolladora From Software, que sentó las bases del hoy habitual género souls, ha vuelto con un lavado de cara espectacular gracias al gran trabajo del estudio Bluepoint Games —que ya hizo lo propio con Shadow of the Colossus o Uncharted: The Nathan Drake Collection—, con la colaboración de Sony Japan Studio.
El juego original, que vio la luz en 2009, supuso una bocanada de aire muy fresco a una PlayStation 3 que no pasaba por su mejor momento. Los primeros años de la tercera consola de Sony fueron cuesta arriba por su elevado precio de lanzamiento y escaso catálogo inicial, tanto que le costó el puesto a Ken Kutaragi, padre de la arquitectura de las primeras tres PlayStation, y obligó a la reestructuración del organigrama de la compañía.
En medio de todo esto, apareció Demon’s Souls, un juego al que se le llegó a calificar de “horroroso”, lleno de fallos, con una dificultad endiablada para el jugador, y un producto que, desde luego, no apuntaba a convertirse en un superventas. La obra de Hidetaka Miyazaki y su equipo estaba condenada a no salir de Japón, pero se hizo el milagro y distribuidoras como Atlus en Estados Unidos y Bandai Namco Games en Europa apostaron por este caballo negro, y que, para sorpresa de Sony, fue, con los años y gracias al boca a boca, un claro ganador. Demon’s Souls se ha convertido en un juego de culto.
Once años después, los aficionados a este videojuego ya sospechaban que Bluepoint Games estaba tramando algo. La desarrolladora, que está afincada en Austin, Texas, es conocida por sus exquisitas puestas a punto de auténticos clásicos. Y fue el 11 de junio de 2020 cuando Sony presentó su nueva máquina y, lo que más interesaba, con qué obras la alimentaría. De entre toda la batería de juegos, ahí asomó la espada Demon’s Souls Remake, sin su creador original, pero con un padre adoptivo muy querido. Bluepoint pondría el sello de calidad. La industria estalló en gozo.
Aunque los usuarios han tenido que esperar a que PlayStation 5 saliese a la venta, Demon’s se lanzó al mercado el jueves 12 de noviembre, una semana antes de que los fans de la Play pudiesen enchufar la quinta generación de consolas de Sony en su televisor. Además de inaugurar el catálogo de juegos, el remake de Bluepoint es un auténtico juego next-gen diseñado exclusivamente para la arquitectura de la consola japonesa. Nada de puentes intergeneracionales con PlayStation 4 o versiones en otras máquinas. Tenía la difícil tarea de vender el potencial de las nuevas consolas PS5 y lo ha conseguido.
Demon’s Souls es prácticamente un remake 1:1 de su original, con un respeto absoluto a Miyazaki y a su gente, el equipo de From Software. Si el jugador pudo disfrutar en su momento del videojuego en PS3 y de su reino de Boletaria, ahora va a notar que todo sigue en su sitio: su sistema de movimiento, control, esquivas, la inteligencia artificial de los enemigos, animaciones... Ese esqueleto, toda esa base y esa fidelidad mantienen intacta su esencia, aunque huela a nuevo.
Evidentemente no se trata de tecnología obsoleta. Porque sí, hay fidelidad al clásico pero todo llevado a un nivel acorde a estos tiempos. Mismas animaciones, sí. ¿Mejoradas? Sí, pura nueva generación. El apartado técnico sorprende y pese a que está ausente (y no lo necesita en absoluto) la tecnología que tanto acompaña al marketing de las nuevas consolas, ray tracing (iluminación por trazado de rayos en tiempo real) dejará con la boca abierta a más de uno. Se reajustan movimientos, se hacen más corpóreos los impactos sobre los enemigos y se abren nuevos servidores online para juego en línea estable.
Igual que ocurre con Spider-Man: Miles Morales, Demon’s Souls permite escoger entre dos modos de visionado dentro de su apartado gráfico: cinemático y rendimiento.
Este último ofrece poder jugar a 60 cuadros por segundos con un 4K escalado, mientras que el cinemático ancla los cuadros a 30, con un 4K real y muchos más detalles. Invitamos a probar el modo rendimiento, ya que Bluepoint ha hecho un trabajo asombroso para que la pérdida de detalle apenas sea apreciable y permita disfrutar de la experiencia a 60 FPS, un placer y una necesidad en ese mundo hostil en el que la muerte llega demasiado rápido.
Tampoco se puede olvidar su velocidad de carga, instantánea. En generaciones anteriores, morir en un souls significaba perder un par de minutos de juego mientras se cargaba un nuevo intento. Gracias a los discos duros SSD, los tiempos de carga son prácticamente inexistentes.
Otro punto a favor de Demon’s Souls es su apartado sonoro, cuidado al detalle. Los impactos crudos en los enfrentamientos, una banda sonora totalmente regrabada y el sonido ambiente se unen para completar el puzle y crear una atmósfera totalmente única. Gracias a su sonido 3D, sumado al apartado gráfico mencionado anteriormente, caminar por Boletaria resulta terrorífico a la vez que espectacular. Y en ciertos momentos lamentaremos haber cruzado la niebla.
Bluepoint ha hecho un gran trabajo. Todo fan del género agradecerá tenerlo en su estantería o biblioteca digital, y los que no, si se atreven, saben que las puertas están abiertas para que Demon’s Souls castigue nuestra forma de jugar y ponga a prueba nuestra paciencia, que recomendamos que sea mucha antes de sentarte a disfrutar. Hidetaka Miyazaki y From Software pueden estar orgullosos de su legado.