El complejo real que se esconde detrás del tamaño del pene (y no es para reírse)
“Criarme en la era de internet con porno al alcance de la mano me hizo creer que todo el mundo tenía un pene monstruoso y yo no”.
Steven tiene 30 años, trabaja como soldador en Los Ángeles y tiene un pene de un tamaño completamente normal. De hecho, si se toma como referencia la longitud media de un pene erecto (13,1 centímetros), el suyo es ligeramente más grande.
Sin embargo, de adolescente y ya pasados los 20, tuvo problemas psicológicos por su talla.
“Siempre pensé que mi pene era más pequeño que la media y que todos los que me decían lo contrario solo intentaban hacerme sentir mejor o manipularme”, afirma Steven, que prefiere mantener su apellido en secreto por motivos de privacidad.
Estaba conforme con el aspecto de otras partes de su cuerpo, iba al gimnasio con regularidad y le decían que era atractivo. Sin embargo, nada de eso le importaba, ya que debido al porno que había absorbido a lo largo de los años, creía que no daba la talla.
“Criarme en la era de internet con porno al alcance de la mano me hizo creer que todo el mundo tenía un pene monstruoso y yo no”, explica.
Esa mentalidad le afectó en su vida sexual.
“Es muy fácil imaginarte que la chica con la que te has acostado va a ir por ahí contando que tienes el pene más pequeño que ha visto o que le dirá al siguiente chico con el que se acueste que lo tiene mucho más grande que el anterior”, añade.
La comparación es la ladrona de la felicidad, sobre todo en lo que al tamaño del pene respecta. Por entonces, Steven sufría lo que los expertos en sexo llaman dismorfia del pene (o trastorno dismórfico corporal del pene o TDC del pene).
El TDC del pene no consta de forma oficial como trastorno en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, la guía de referencia que utilizan muchos psiquiatras y psicólogos para diagnosticar trastornos mentales. Más bien es una subcategoría de TDC que se centra en el pene.
La dismorfia del pene es mucho más que desear que tu pene sea más grande, señala Stephen Snyder, terapeuta sexual y presentador del podcast Relationship Doctor.
De forma muy similar a lo que sucede con la dismorfia generalizada del cuerpo, los hombres con TDC del pene están tan preocupados por los defectos o carencias de su aspecto (o, en este caso, por su talla) que sufren un gran estrés. En ocasiones, llega a provocar aislamiento social.
“Muchos hombres que sufren dismorfia del pene se toman medidas constantemente, evitan tener citas, practican técnicas de alargamiento de pene que ven en internet e incluso buscan operaciones para alargarl”, expone Snyder.
Al igual que sucede con el TDC común, no importa que la diferencia de talla sea insignificante e imperceptible para los demás. Se trata de un trastorno que afecta a cualquiera: a los que están por encima de la media, a quienes están en la media, a quienes están por debajo, a quienes tienen penes de sangre y a quienes tienen penes de carne. De hecho, un estudio publicado en la revista especializada British Journal of Urology sugiere que la mayoría de los hombres que se someten a una cirugía de alargamiento de pene tienen una talla completamente normal.
Es difícil saber cómo de frecuente es este trastorno, dado que quienes lo sufren no suelen buscar ayuda profesional, comenta Snyder.
“Sabes que tienes ese problema si has sufrido, si tu vida se ha deteriorado como consecuencia o si has desarrollado conductas de mala adaptación, por ejemplo, evitando tener citas o necesitando constantemente tomarte medidas”, explica Snyder.
La buena noticia es que en un estudio realizado entre estadounidenses, el 85,9% de los hombres aseguraron estar más o menos satisfechos con el tamaño de su pene. Sin embargo, si sufres dismorfia del pene, el tamaño lo es todo, nunca estás satisfecho y cualquier comentario positivo que recibas lo ignoras.
“Una chica con la que me estaba viendo me pidió que le mandara una foto del pene y me respondió: ‘Joder, es enorme’. La mayoría se lo habría tomado como un halago, pero conmigo no funcionó, sentí que me estaban mientiendo de nuevo”, asegura Steven.
Parte del motivo por el que algunos hombres sufren TDC del pene es que sus expectativas están distorsionadas por el porno, donde los actores de gran talla (que en realidad son casos excepcionales en las estadísticas) son la norma.
En su libro The Penis Book: A Doctor’s Complete Guide to the Penis, el urólogo Aaron Spitz asegura que prácticamente el 40% de los hombres que acuden a la consulta del urólogo en busca de un alargamiento de pene empezaron a pensar que su pene era pequeño a raíz del porno cuando, en realidad, tenían una talla normal.
“Un gran problema con la pornografía es que, aunque casi todos los hombres saben que no es real, pocos tienen otro marco de referencia con el que compararse”, sostiene Spitz. “A no ser que sea urólogo, cualquier hombre heterosexual tiene una experiencia muy limitada con los penes en sus diversas formas y tamaños”.
Incluso las estrellas del porno se sorprenden por lo que ven en la vida real cuando lo comparan con lo que hay en PornHub.
“En la industria, la longitud media del pene está entre 20 y 23 centímetros”, comenta el actor porno Theo Ford. “Es curioso, pero a menudo me olvido de que no es lo normal y casi me sorprendo cuando conozco a tíos con un pene corriente”.
“En el porno, hasta yo podría sentirme inadecuado”, admite. “No estoy seguro de cómo se sienten nuestros espectadores cuando solo ven tíos con un pene enorme, pero espero que también ellos recuerden que el porno no es más que una fantasía”.
La presión por ser perfecto según el porno es más intensa en algunos hombres que en otros. Teniendo en cuenta lo populares que son algunas búsquedas como BBC (pollas negras grandes) en las páginas porno, los hombres negros en particular sufren problemas de autoestima por el tamaño de su pene. Existen hilos de Reddit repletos de hombres negros que lamentan cómo los representa el porno en cuanto al tamaño de su miembro y la nefasta visión que tiene la industria de la sexualidad de las personas negras.
Luke, afroamericano de 24 años, explica que su dismorfia del pene iba aparejada a su adicción al porno.
“El mito del gran tamaño del pene de los negros me hizo ser muy consciente de mi cuerpo hasta tal punto que me dije que si las mujeres esperaban algo extraordinario por mi parte, las iba a decepcionar y que, por tanto, era mejor no encontrarme en esas situaciones para no decepcionar a nadie”, asegura Luke, que mantiene su apellido en secreto por privacidad.
Debido a la ansiedad por su talla, Luke no perdió la virginidad hasta hace pocos meses.
“Me mide 18 centímetros, pero con todo el porno que había visto, pensaba que como mucho era un pene promedio, demasiado pequeño para ser negro. He sido virgen tanto tiempo porque dejé que mi dismorfia me consumiera. Tuve una actitud derrotista”, se lamenta.
Por lo general, siempre que tu cuerpo esté sano y funcione, no hay ningún motivo para preocuparse por medidas que no puedes controlar, sostiene Spitz. No obstante, si un hombre cree que sufre dismorfia, debería hablar con algún médico o terapeuta, sobre todo si está pensando en someterse a cualquier clase de operación.
“Acepta tu cuerpo natural, mantenlo lo más sano posible y disfrútalo. Y algo igual de importante: haz que otras personas lo disfruten”, aconseja.
Tampoco es buena idea estar siempre tomándose medidas. “Analizar tu cuerpo y tomarte medidas de forma obsesiva tiende a empeorar la ansiedad derivada del TDC del pene. Es importante terminar con esa práctica compulsiva”.
En cualquier caso, si estás continuamente evitando tener citas o si no puedes parar de tomarte medidas (los dos indicios principales del TDC del pene), probablemente merezca la pena ir al psicólogo o a otro especialista para tratar tus preocupaciones.
Tanto Luke como Steven aseguran que han dejado atrás los días de rehuir el sexo. Ya no les afecta tanto el tamaño. Hablar por Reddit con otros hombres que han sufrido TDC del pene también les ha ayudado, así como adoptar una perspectiva realista al pensar en el porno y, en ocasiones, dejar de verlo.
“Claro que a todos los tíos les gustaría provocar la reacción del porno, nadie quiere que le miren el pene y piensen: ‘Bueno, supongo que con eso será suficiente’. Pero tienes que investigar y darte cuenta de lo exagerado que llega a ser el porno”, apunta Steven.
Lo que más le ha ayudado a él es tener citas, ya que en la vida real, las mujeres le dan mucha menos importancia que los hombres al tamaño, cuenta. De hecho, si hay una medida que consideran más importante que la longitud es la circunferencia, dado que un pene más ancho estimula mejor la estructura completa del clítoris. Además, hay otras formas de complacer a una mujer que no tienen que ver con el pene: pon en práctica tus habilidades con la mano y con la boca.
Y, por supuesto, todo esto es aplicable a los hombres queer. Algunos hombres dicen mucho lo de “cuanto más grande, mejor”, pero no todos buscan la misma clase de pareja sexual ni el mismo tipo de sexo.
Ahora Steven comprende que la gente quiere compartir la cama con personas decentes, independientemente del tamaño del pene. “Tienes que ser alguien con quien otras personas de verdad quieran practicar sexo. Lo primero en lo que deberías preocuparte no es en cuántos milímetros superas la media, sino en quedar con otra persona y ser amable, encantador, gracioso, divertido y auténtico”, sostiene.
Luke también lo comprende ahora. “Al final me he dado cuenta de que tengo mucho más que aportar a una relación que el tamaño de mi pene, sea grande o pequeño. El tamaño dará igual si tienes la personalidad de una roca”, concluye.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.