Defensa del chocolate con leche y la explicación a su mala reputación
Durante años nos han dicho que el chocolate negro es el mejor, y que cuanto mayor porcentaje de cacao, mejor aún. Pero ¿de verdad se merece el chocolate con leche esa reputación?
El chocolate con leche es delicioso y te reconforta el alma cuando se derrite en tu boca, pero veo demasiado a menudo que llaman “basura” a toda variedad con menos de un 50% de cacao.
Durante años nos han dicho que el chocolate negro es el mejor, y que cuanto mayor porcentaje de cacao, mejor aún. Pero ¿de verdad se merece el chocolate con leche esa reputación?
Jeni Britton Bauer, fundadora de la marca de helados Jeni’s Splendid Ice Creams, no lo ve así. Cuando las proteínas de la leche se mezclan con el amargor natural del chocolate, su sabor se suaviza y su textura se vuelve más cremosa. “De hecho, el sabor te llega mucho antes porque se derrite más rápido en tu boca, así que aunque se haya suavizado su sabor, te llegan antes los matices”, explica Britton Bauer.
Jeni elabora sus helados de chocolate mezclando leche condensada y proteínas de leche para conseguir una textura especialmente cremosa. Cuando tiene antojos, no tiene reparos en reconocer que también compra caramelos, bombones y barritas de chocolate de otras marcas.
Jocelyn Gragg, de la compañía Jardi Chocolates (Estados Unidos), explica con entusiasmo por qué le encanta el chocolate con leche. “Con el chocolate con leche me pasa como con el café. A veces me apetece un café solo y otras veces me apetece un café bombón. Es según lo que se me antoje en ese momento. Y si en ese momento me apetece chocolate con leche y no chocolate negro, creo que merece el mismo respeto”.
El chocolate existe desde hace miles de años, pero su producción en masa no empezó hasta casi el siglo XX. Según explica la escritora Megan Giller, que dirige catas de chocolates, en 1867 el chocolatero suizo Daniel Peter combinó la leche en polvo de Henri Nestle con manteca de cacao y creó el chocolate con leche. Luego, la marca estadounidense Hershey’s empezó a fabricar barritas de chocolate en masa y su popularidad se disparó.
Según la guía The Oxford Companion to Sugar and Sweets, no fue hasta la década de los 80, con la llegada de la marca francesa Valrhona a Estados Unidos, cuando el chocolate negro empezó a ser un producto más refinado para el paladar de la sociedad estadounidense. Valrhona, una marca muy usada entre profesionales de la repostería, fue la que empezó a clasificar la “calidad” de los chocolates según su porcentaje de cacao.
“Creo que fue entonces cuando la gente empezó a decir: ‘¡Anda! Este chocolate con el 70% de pureza debe de ser muy especial y mejor que ese chocolate de mala calidad que he estado comiendo hasta ahora’”, comenta Giller. “Valrhona, claro, producía un chocolate de gran calidad y pureza, pero también fabricaba chocolate con leche de la misma gran calidad, así que el chocolate con leche no tiene por qué catalogarse como malo”.
Siguiendo el ejemplo de Valrhona, nacieron marcas como Scharffen Berger en los años 90 haciendo énfasis en el chocolate negro.
Los años 90 fueron también la época en la que se popularizó la palabra “antioxidantes” en el vocabulario de la sociedad. Un antioxidante es una sustancia que reduce el daño que sufren las células a causa de los radicales libres. Los estudios de la época demostraron que las personas con dietas altas en antioxidantes corrían menos riesgo de sufrir ciertas enfermedades, como el cáncer. De repente, todo producto con antioxidantes se promocionaba como un milagro, y ese marketing incluyó al chocolate negro, que es rico en flavonoides.
“Yo jamás diría que el chocolate con leche es malo para la salud”, señala la dietista Lauren Manaker. Gramo por gramo, el chocolate con leche y el chocolate negro son muy parecidos desde el punto de vista nutricional. Tomando como referencia el chocolate con leche (28% de cacao) y el chocolate negro (55%) de la marca Hacendado, vemos que el primero aporta 539 calorías, 30 gramos de grasa, 58 gramos de azúcares y 6,8 gramos de proteínas por cada 100 gramos, mientras que el chocolate negro aporta 529 calorías, 33 gramos de grasa, 45 gramos de azúcar y 5,8 gramos de proteínas por cada 100 gramos. La única diferencia grande, según Manaker, es que el chocolate con leche tiene muchos menos antioxidantes.
“El chocolate negro no aporta tantos beneficios como se dice. Como dietista, me gusta analizar la imagen global. Si te comes un trozo de chocolate con leche pero el resto del día sigues una dieta sana y equilibrada, no pasa absolutamente nada. El problema viene cuando te tomas una tableta de chocolate entera y además llevas una dieta mala”, expone Manaker. Si lo que no te gusta del chocolate con leche es el azúcar añadido, puedes optar por variedades que sustituyen este azúcar por otros edulcorantes, como la stevia.
Al final, la clave es la moderación, como con cualquier otro alimento. Es cierto que el chocolate negro supera al chocolate con leche en cantidad de antioxidantes, pero si el resto de tu dieta incorpora suficientes frutas, verduras y cereales, no tienes por qué preocuparte. Si te gusta más el sabor del chocolate negro, adelante, pero si prefieres el sabor del chocolate con leche y habías dejado de tomarlo porque “es menos sano”, es hora de darle otra oportunidad.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.