Puntos fuertes y debilidades de los candidatos al 4-M en el debate decisivo
Las recomendaciones para Ayuso, Gabilondo, García, Iglesias, Bal y Monasterio.
Nervios, pasión, batalla, réplicas, golpes de efecto, fallos, titulares, presión, vacilaciones, eslóganes, verdades, mentiras… Llega el gran debate del 4-M este miércoles por la noche, organizado por Telemadrid, con los candidatos luchando voto a voto. Madrid se ha convertido en el escenario de la batalla política, y todo puede pasar. Hay un 20% de indecisos y los bloques podrían desempatar por uno o dos escaños. ¡Bienvenidos al show!
Los candidatos han preparado estos días con mucho esmero y estrategia su papel para esta cita. Todos van a por todas. Aquí analizamos los puntos fuertes y débiles de cada uno en este cara a cara de la mano de los expertos en comunicación política Euprepio Padula, Eduardo González Vega, Ana Sofía Cardenal y Antoni Gutiérrez-Rubi.
Ayuso: marco ganador… pero tiene más que perder
“Lo que tiene mejor es su estrategia de campaña. Todo juega en base a lo que está diseñando, el marco pivota sobre lo que propone, su narrativa sobre la libertad es de lo que todo el mundo está hablando. Acapara tanto que están fuera del debate los puntos débiles del PP, como la corrupción o los errores de gestión. Tiene el debate muy encarrilado”, opina González Vega, pero advierte de que precisamente por eso “tiene mucho más que perder que sus rivales”. “Cualquier error o equivocación puede costarle muy caro”, vaticina al hilo.
Sobre esto también se fija Padula: “Cuando alguien está liderando de una forma tan brutal las encuestas, no le serían necesarios los debates para conseguir más votos. Por lo tanto, tiene más que perder que ganar”. Como sucedió con Salvador Illa en Cataluña, explica que esto será un “todos contra Ayuso”. Pero esto, indica, se puede convertir precisamente en una ventaja: “Te permite ponerte en una posición de fuerza”. Además, se detiene en otras cosas a favor: “La autenticidad. Es verdad que muchas veces sus frases y opiniones están cargadas de ironías y sarcasmo y otras veces son faltas de sentido común, pero al final todo esto en comunicación política hace un personaje, guste o no. Y tienen esta característica, hay quien los quiere y quien los odia”.
Es una ventaja, añade, ese “halo de icono” que se ha construido. Cree que también le beneficia la estrategia del PSOE con Pedro Sánchez volcándose en Madrid, lo que sube a un pedestal a la líder regional, como si fuera “tan importante” y “ganadora” que hasta el mismo presidente tiene que defender a su candidato.
Cardenal también lo tiene claro: “Su punto fuerte es la sobreconfianza en lo que ha hecho. Es una buena vendedora y tiene ese estilo desinhibido y desacomplejado que conecta muy bien con la derecha frustrada por no tener el Gobierno central. El discurso hiperideologizado le permite no tener que dar cuentas de su gestión, esa manera de hacer campaña con eslóganes, esa chulería, ese apelar al nacionalismo madrileño”. “Y tiene otras fuerzas que defenderá en el debate: políticas fiscales y las medidas laxas respecto al confinamiento”, ahonda. La politóloga, en cambio, ve también puntos débiles: “Utiliza argumentos cortos, no tiene capacidad enorme de construir discursos articulados. No sabemos muy bien cuáles son sus propuestas. Su gran debilidad es el contenido. Seguramente en el debate va a tener que estar obligada a dar detalles”.
Gabilondo: demasiado “soso” pero con propuestas
Para González Vega, “el lado positivo de Gabilondo, cuando se tengan que salir del guion, es que es una persona culta, preparada, con mucho fondo de armario”. “Tiene ese rol de profesor, que a lo mejor tiene posibilidades de sacar y que en los medios le queda muy deslucido”, apostilla, para entrar en el terreno “negativo”: “Como va a la contra, tiene que intentar remontar el partido con algún golpe de efecto y no le pega. El formato y la situación ahora mismo le incomodan”.
De este candidato, Padula dice que su carta de presentación de “soso, serio y formal” no es muy atractiva, el hecho de ser “soso” en un debate no ayuda. “En un cara a cara se necesita algún fuego artificial”, comenta este experto. Otra desventaja: “Es esencial transmitir al electorado la proyección de éxito, el hecho de que vas a gobernar, desafortunadamente todavía no se le ha visto así. La movilización de la izquierda es clave. Tiene que poner cara de ganador y transmitir energía, pasión y posibilidades de vencer”. “Su punto fuerte es que el debate le da la oportunidad de presentarse como una alternativa fuerte, tiene que aprovecharlo, tiene que tener la habilidad y rapidez para que se vea como propuesta alternativa a la persona que va a ser la más criticada. No es fácil, porque además no es un animal de debate”, reflexiona.
“Lo mejor y lo peor de Gabilondo están juntos: si es capaz de sorprender a los electores con algún registro o una propuesta que cambie un poco la inercia de una campaña que no acaba de despegar”, añade Gutiérrez-Rubí sobre el socialista. A la vez añade su colega Cardenal: “El punto fuerte son sus propuestas, basa la campaña en las medidas. Es una persona preparada comparada con Díaz Ayuso, tiene una formación detrás. Es fuerte y creíble en el sentido de la gestión. De punto débil tiene que es poco carismático, poco ruidoso (y en el mundo en el que vivimos es importante hacer un poco). Mientras Díaz Ayuso está comodísima y se lo cree, Gabilondo está en otra fase, parece que querría hacer otra cosa, esa incomodidad se nota”.
Iglesias: una gran oratoria con una pasado que no ayuda
Gutiérrez-Rubí señala como los grandes valores de Pablo Iglesias (Unidas Podemos) para el debate su “determinación” y su “audacia”: “Siempre juega al límite, a veces en una posición casi agónica, pero ha salido victorioso de casi todos los órdagos”. “Tiene un carácter luchador y de ganador”, comenta, para luego mirar hacia el otro plato de la balanza: “Lo que le puede perjudicar es que su ciclo político haya acabado y ya ha tenido una gran exposición pública. Puede haber entre los errores no forzados y los ataques de los adversarios un cansancio y una sensación de fin de ciclo”, subraya.
El análisis que hace también González Vega del exvicepresidente segundo es el siguiente: “Es un buen comunicador y tiene la ventaja sobre los demás de que tiene más experiencia, viene de debates presidenciales. Y le suele ir bien. Su punto débil es el momento en el que llega porque tiene un problema de relato, ha perdido confianza. Trae un poco el desgaste de la gestión como vicepresidente. Además, tiene ahora competencia directa por primera vez con Más Madrid”.
¿Cómo lo ve Padula? “Su punto fuerte es la posibilidad de ser Pablo Iglesias. El institucional, con su chaqueta, es un disfraz que le sienta fatal. Iglesias está muy bien en las plazas, con su jersey. Enseñará en el debate su mejor cara, con su capacidad de debatir extraordinariamente, con una oratoria inspiracional”, contesta, para añadir: “Con el problema de que ya no es el Pablo Iglesias que no ha gobernado. Y, además, es un Pablo Iglesias que vive en un chalé en Galapagar, es un punto de inflexión en el personaje”. “El riesgo es tener un pasado que no le permite expresar lo que le gustaría”, contextualiza.
Mónica García: el efecto “sorpresa” con inexperiencia
Es el turno de la candidata de Más Madrid, sobre la que González Vega detalla: “La ventaja que tiene es que es la novedad, tiene opción de colocar mensaje, ponerse más en el foco e intentar robar algo más de público y de electorado. Tiene un buen relato personal, en su segmento está muy bien vista por el golpe que le dio a Iglesias por no aceptar su candidatura hablando del machismo. Puede explotarlo en el debate”. “Su problema: la inexperiencia”, añade, señalando que ya en la entrevista en La Sexta el domingo se vio que le hace falta “concretar el argumentario y mejorar el nivel de efectividad en los medios”.
Padula coincide en que el punto fuerte de ella es ser “la desconocida” y “la sorpresa”. “Ha hecho una labor de oposición extraordinaria en dos años, cogiendo un protagonismo que se lo han dejado en bandeja el PSOE y UP, aunque no es muy conocida para el gran público. El efecto sorpresa es fundamental. Lo aprovechará en el debate”, comenta, y resalta a continuación: “Tiene la baza a favor de que es médico, transmite muchísimo, es un personaje con sentido común, habla estupendamente y con un verbo que se aleja de los excesos de Pablo Iglesias”. Resume: “Es la fuerza de la izquierda pero pegada al suelo. Tiene una imagen diferente pero sobria. En cierto sentido se parece a Yolanda Díaz, que no molesta, si me apuras, ni a la derecha”. En el lado malo de la balanza: ante la polarización de Ayuso e Iglesias sus propuesta pueden perderse en la gresca.
“Se está consolidando como una sorpresa”, comparte Gutiérrez-Rubí, que añade: “Está siendo capaz de ser atractiva para los votantes socialistas, que ven en ella una candidata con la que se siente representados”. “Y lo peor -prosigue- es que no juegue con claridad a superar su techo de cristal, que se presente ante los electores como muletilla de una fórmula y no aspire a liderarla”.
Monasterio: eclipsada por Ayuso y con fe en la marca Vox
La aspirante de Vox tiene una gran complicación en el debate y se llama Isabel Díaz Ayuso. González Vega hace la radiografía: “Lo que tiene más a favor es la baja expectativa, nadie va a esperar que haga algo especialmente potente. Por tanto, a poco que se luzca, le puede venir muy bien el debate. Y Vox, desde que ha llegado a primera línea, en este tipo de ocasiones tiene una gran capacidad para generar marco. Lo negativo es la poca diferenciación que se puede encontrar con Ayuso. Son mujeres, de edades similares, defienden un parecido espectro ideológico. Y el voto útil también le va a perjudicar”.
En opinión también de Cardenal: “Rocío Monasterio tiene poco que ofrecer en el debate. Ayuso se la come, su espacio lo ocupa ella, la eclipsa. De fuerte tiene la marca Vox. La única diferencia con la aspirante del PP es que apela a la retroEspaña, a sectores muy ultra conservadores. Hará valer la marca”.
“Tiene un papelón”, argumenta Padula sobre la aspirante de Vox, sobre la que dice que ha estado prácticamente desaparecida al ser tan “fuerte” la imagen de Ayuso. Lo que pasó en Vallecas hace dos semanas, no obstante, ha sido un “balón de oxígeno” para ella. “Monasterio es una mujer que debate muy bien, tiene una capacidad de oratoria muy importante, es de las que mejores que debate, lo hará bien”, pronostica, para fijarse en una debilidad: conseguir que los mensajes lleguen al público de la derecha madrileña. Un consejo le lanza: “Lo que tiene que hacer es no pensar en ningún momento que va a gobernar con Ayuso, tiene que hacer pensar a los indecisos de derechas que votar a Monasterio no es lo mismo que a Ayuso. Es de las que más se juega, tiene que marcar diferencias”.
Bal: un buen orador al que le hunde su partido
“Se la juega en el debate. Para él es el todo o la nada”, así de contundente habla González Vega sobre el papel de Edmundo Bal (Cs). “Si no consigue hacer un debate en el que genere un marco informativo al día siguiente, probablemente estará dejando las opciones del 5%”, añade, ilustrando: “En lo personal es un buen comunicador, es efectivo ante lo medios, pero su situación es muy delicada”. “Lo tiene complicado”, concreta.
Padula cuenta al hilo que Bal tiene una “experiencia profesional extraordinaria, la mejor de todos, junto con Gabilondo, tiene una oratoria consistente, difícilmente comete errores en los debates, tiene muchos puntos fuertes”, pero junto a eso “tiene unas encuestas terroríficas”. Y ve otra debilidad: “que sus argumentos se queden sin mucha capacidad de llegada frente a Ayuso y Monasterio”. “Cuando hay campañas tan polarizadas, el centro desaparece un poco”, apostilla. Sostiene: “La realidad es que lo tiene bastante crudo, pero tiene una oportunidad en el debate para convencer a algún indeciso”.
Hace este perfil además Gutiérrez-Rubí sobre Bal: “Lo tiene complicado, su punto más negativo es el contexto. Va a ser una losa muy pesada en el debate. Lo positivo es que esta enorme polarización de las elecciones todavía deja algunos huérfanos. Puede ser un voto refugio”. Para rematar sobre él Cardenal: “Tiene como punto fuerte que es centrado, es más serio y creíble que Ayuso. Va a defender en el debate que la gestión de Madrid es obra también de Cs. El punto débil es que su partido se hunde, y no hay nada que pueda hacer el candidato”.