Vox escupe sobre la democracia
El debate electoral en la Ser finalizó de forma abrupta tras las constantes descalificaciones e interrupciones de Rocío Monasterio.
Con un giro inesperado debido al enfrentamiento entre Pablo Iglesias y Rocío Monasterio por el episodio de amenazas de muerte arrancaba el duro debate de los candidatos a las elecciones madrileñas en la Cadena Ser. “Si no se retracta abandonaremos el debate”, le espetó el candidato de Unidas Podemos. “Yo digo lo mismo que dije antes, condenamos toda la violencia”, al igual que la, a su juicio, vivida en el apertura de campaña en Vallecas, por lo que invitó al candidato de Unidas Podemos a que “si usted es tan valiente, levántese y lárguese”.
“Esto no es un espectáculo, es un debate electoral entre demócratas”, sentenciaba la presentadora Àngels Barceló respondiendo a la acusación de la candidata de Vox, alegando que “no soy una activista, soy una demócrata” y tras mediar con Iglesias adelantaba que “le voy a pedir a Pablo Iglesias que no se vaya muy lejos”. Finalmente, se fue y quedó servido el preludio de un debate que ya arrancaba sin la presidenta madrileña, la popular Isabel Díaz Ayuso.
No obstante, se trató de un debate que ni siquiera acabaría completándose, tras el anuncio de la marcha de Ángel Gabilondo y de Mónica García en una muestra de solidaridad con su homólogo de Unidas Podemos y en repulsa ante las constantes interrupciones y descalificaciones de la política de Vox. Ante esta posición, Barceló no tuvo más remedio que cerrar el encuentro. Un bloque, eso fue lo que dio tiempo a debatir.
Entre la bronca y el ruido, arrancaba el debate con el bloque temático de la sanidad y la pandemia. Las cartas que habían mostrado los candidatos en el primer debate electoral volvieron a ponerse sobre la mesa. Tras un rifirrafe constante sobre las medidas de restricción, la gestión de estas y la apertura de la hostelería se fue calentando el discurso.
Después de una pausa para dar comienzo al bloque sobre impuestos y economía, Ángel Gabilondo y Mónica García anunciaron que abandonaban el debate ante la tensión que estaba provocando Rocío Monasterio. Cuestión que acabaría precipitando la decisión de Àngels Barceló de dar por terminado el encuentro.
Gabilondo formuló un discurso en el que defendió que “creo tanto en la palabra que a veces la mejor expresión es lo que tú haces” con esta. El socialista explicó que esperaba que Iglesias regresase tras la pausa y que al no ser así, la mejor opción era levantarse para condenar el discurso de Vox: “Tenemos que mandar un mensaje superior a nuestras propuestas”.
“No quiero pasar un minuto más con usted”, le espetó la de Más Madrid, dejando claro que “voy a hacer lo imposible para que su odio no llegue a las pizarras de las escuelas de mis hijos”. También le dejó un recado a una ausente Ayuso, ante la posibilidad de que el PP gobierne con Vox en la Comunidad de Madrid, pidiéndole que se pronuncie sobre lo ocurrido en el debate. “Hemos ganado la democracia a espaldas de esta gente”, sentenció García.
La posición del candidato de la formación naranja fue la de pedirle a los otros dos que no se marchasen y continuasen debatiendo: ”Ángel, te pido que no te vayas, que le no hagáis el juego a la señora Monasterio”. Bal lanzó la propuesta de que “no abandonemos la palabra, os lo ruego”.
Con todo Barceló se vio forzada a poner fin al debate, entre acusaciones de Monasterio de que la Ser había censurado sus cuñas publicitarias en las que se incluía la palabra ‘mena’. “Esas cuñas constituyen un delito”, explicó la moderadora, mientras la voz de Monasterio la interrumpía constantemente vociferando ”¡la dictadura de la Ser!”.
Lo que sí llegaron a abordar los candidatos
A la hora de abordar la gestión de la pandemia, la cabeza de lista de Más Madrid, Mónica García, se reafirmó en que no quieren cerrar el hospital Isabel Zendal, sino transformarlo. Pero Monasterio volvió a la carga alegando que les habían tachado de xenófobos en su propuesta de cerrar el aeropuerto de Barajas.
Por su parte, Edmundo Bal, esgrimió que “no se deben utilizar las cifras para enfrentar a comunidades contra otras” y que Euskadi tiene unos números mayores que los de Madrid. “El virus no tiene libro de instrucciones”, explicaba el integrante de Ciudadanos defendiendo que se hubieran mantenido abiertos los establecimientos hosteleros.
Rápidamente contestó Gabilondo, dejando claro que nunca han defendido el cierre total de la hostelería y que el PSOE se posiciona en el control, pero que “la fiesta de Madrid”, en alusión a restricciones más laxas, “han sido un mal mensaje”. También le recriminó a Bal que hablasen de unos presupuestos que no llegaron a ser aprobados en la Asamblea y que sólo habían visto Vox, Cs y el PP. En este sentido, el político de Cs señaló que desde la consejería de Economía que ellos ocupaban se habían dado ayudas a la hostelería, con líneas de hasta 3.200 euros por negocio. Gabilondo le dijo que eso no eran ayudas, que se trataban de créditos.
“Sí hay un libro de instrucciones para la pandemia, se llama ciencia”, replicó Mónica García a Bal, quien la había forzado a que se pronunciase sobre si había que cerrar la hostelería. La de Más Madrid argumentó que “hay que defenderla y ayudarla” y que “el principal programa tiene que ser el de la vacunación”, a su juicio, en Madrid “una auténtica chapuza”. También le preguntó a Monasterio si la propuesta de Vox de reducir diputados y consejerías sería suficiente para reflotarla.
A esto último puso cifras Bal, indicando que esa reducción no supondría ni llegar a los cuatro millones de euros y que no alcanzaría ni para la creación de un hospital. De igual forma, Gabilondo le soltó a la candidata de Vox que “cuando se quiere reducir las instituciones que representa la voluntad popular no se llama democracia, tiene otro nombre”, para él “son incipientes nidos de dictadura”.
A Rocío Monasterio le quedó tratar de defenderse diciendo que “mi dictadura es la que sufren los trabajadores todos los días cuando su nómina se reduce a la mitad y parte se van a pagar, por ejemplo, 62 millones en promoción de consejerías”, no sin luego llamarles “irritaditos” a los candidatos reunidos en la mesa.
De igual forma, todo el discurso de Vox se basó en la necesidad de retirar el toque de queda y en la reducción a la mitad de diputados y consejerías, así como las partidas de promoción de esta o los comisionados para destinarlo a protección social. Los otros candidatos coincidieron en la necesidad de reforzar educación y sanidad y sorprendió el de Ciudadanos desligándose del discurso económico de su partido: “Hay que creerse el estado de bienestar, no otras opciones políticas que se han quedado en el liberalismo de Adam Smith”.
Sobre las propuestas de reducción de políticos de Vox también se pronunció Mónica García recordándole a Monasterio la fundación de la que cobró el líder de la formación, “el señor Abascal es el representante de la España jeta, no venga usted a dar lecciones de chiringuitos”.