El segundo ‘round’ andaluz: más agresivo, todos contra Moreno y con Olona exigiendo al PP una coalición
Sube el calor político durante el debate a seis en Canal Sur.
Era el último round televisivo. La vuelta. El combate final. Y se ha notado. Un debate a seis para el 19-J mucho más tenso que el de hace una semana, con Juanma Moreno en el centro de las críticas desde el minuto uno y sintiéndose incómodo durante las dos horas, con críticas desde la izquierda a su política social y, sobre todo, con la estrategia desestabilizadora y agresiva de Macarena Olona (Vox).
Este lunes por la noche tocaba el turno del foro organizado por Canal Sur, bajo el lema del ‘debate decisivo’, y a tan sólo cinco días de que los andaluces vayan a depositar sus papeletas en las urnas. Con un objetivo principalmente en la mente de los partidos: cerca del 20% del electorado todavía no ha decidido a quién apoyará este domingo. Esos votos son cruciales.
A las 21.30 horas arrancaba este debate con los mismos boxeadores: Juanma Moreno (PP), Juan Espadas (PSOE), Macarena Olona (Vox), Juan Marín (Ciudadanos), Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía) e Inmaculada Nieto (Por Andalucía). Y el ánimo era desde el principio como la ola de calor que azota España y especialmente el sur.
Los candidatos llegaban a la sede de Canal Sur en la isla de La Cartuja (Sevilla) con las encuestas calientes que reflejan que Moreno Bonilla estaría cerca de una mayoría absoluta, pero dependería de los escaños de Vox. Con la izquierda en el precipicio de sumar menos las tres candidaturas que el Partido Popular. Y el sueño líquido precisamente del PP de pensar que no tendrá que pactar con nadie (o más bien estrategia de no desvelar las cartas).
Al ring, y muy rápido. Muchas más interrupciones, más apelaciones directas y llamadas de mentiras. Y desde el primer momento ha embarrado ya el debate Macarena Olona, que ha ido directa a Moreno Bonilla para presionarlo, desestabilizarlo y además acusarle de comprar la “bazofia ideológica” de la izquierda. Hablándole todo el rato con condescendencia.
“Déjeme que haga mi debate”, le decía Moreno, que ha acusado a la representante de la ultraderecha de mentir sobre los libros de texto. A la vez ella mostraba otro y decía que le enseñan a los niños a masturbarse desde pequeños. Y desde la izquierda se ha ido principalmente contra el presidente de la Junta por temas sociales y recortes en servicios públicos.
Y con la gran incógnita de los acuerdos del día después. Olona ha tendido su mano a Moreno para una coalición pero con una amenaza directa: si el PP necesita un solo voto de la ultraderecha para ser presidente, sólo se lo dará si hay un Gobierno de los dos en el Palacio de San Telmo. “Me necesita”, le ha espetado la candidata del partido de Abascal a un líder popular que le ha pedido varias veces que no mienta. “Usted no sabe lo que es gobernar”, le ha afeado el malagueño a la alicantina.
Moreno Bonilla no ha respondido sí o no a la pregunta de si pactará con Vox, que tanto le ha trasladado Olona como Juan Espadas, que ha enseñado la foto del presidente de la Junta firmando junto a Javier Ortega Smith (Vox) el acuerdo de investidura del año 2018. El popular sigue apelando a un gran pacto con los andaluces y a esa “gran mayoría alcanzable y viable”. Había más: Olona ha aprovechado un segundo para tender la mano físicamente y le ha dicho “Señor Moreno, míreme”. La representante de la ultraderecha ha mostrado su incoherencia al exigir ese Gobierno mientras su partido pide acabar con el Estado de las Autonomías.
Un cara a cara en el que Moreno no ha conseguido ganar al desestabilizarlo principalmente Olona y ante su no respuesta sobre los pactos. Espadas tampoco ha conseguido llevarse el debate ni vender muchas de sus propuestas aunque se le ha visto mejor, mientras que Inma Nieto ha mostrado una cara más combativa que hace una semana, con el problema de la delgada línea con Teresa Rodríguez. La candidata de Adelante Andalucía también se ha mostrado como principal contrapeso a los argumentos de la ultraderecha. Juan Marín ha jugado a ser el garante de la estabilidad y pensando en llevarse votos del PSOE atacando a Espadas.
Este debate y los últimos días de campaña serán claves, como reconocen en todas las formaciones, principalmente ante la incógnita de si la izquierda logrará movilizar a su electorado, ya que en las elecciones de 2018 se quedaron en casa sobre medio millón de votantes progresistas. Pero, además, el PP trata de arrancar el voto de muchos socialistas desencantados todavía y que quieren castigar a los de Juan Espadas: el mayor porcentaje de duda de los indecisos está precisamente entre PP y PSOE.
Con otra característica en estas elecciones que se ha notado desde el principio en el debate: Juanma Moreno se ha convertido en una marca misma, siendo el candidato mejor valorado por los andaluces -con un 6,1 según el último CIS-. Todos han ido a arrinconarlo, aunque esta vez no ha dicho que era el hombre de moda.
Los andaluces ya han escuchado dos cara a cara que marcarán parte del futuro de la comunidad. Han oído mucho, aunque no muchas propuestas -ha sorprendido que Moreno Bonilla no haya tirado más de programa-, y también han visto las formas. Contando cada detalle: ellos han ido todos de azul, pero con corbata Moreno y Marín, mientras que Espadas con camisa blanca. Olona ha tirado de look con color nazareno, Nieto ha ido más hacia el negro y morado y Teresa Rodríguez ha tirado de andalucismo con blanco y verde, incluida camiseta de Federico García Lorca.
Ahora les toca hablar a los andaluces.