De Vania el forzudo a El Capitán Calzoncillos: 40 años de El Barco de Vapor
Cómo nació, a qué debe su nombre y cuáles son los 'hits' de esta colección de libros infantiles que une a varias generaciones.
Ciertos títulos de libros tienen el poder de encender una chispa en los ojos de millones de españoles. Basta acordarse de Fray Perico y su borrico, de El pirata garrapata, de Querida Susi, querido Paul o de Un duende a rayas para que vengan a la mente multitud de recuerdos de divertidísimos ratos de lectura y de la etapa escolar. Esa misma emoción la viven también los niños de ahora (incluidas la princesa Leonor y la infanta Sofía), hasta quienes han llegado muchas de estas historias y que disfrutan con otras nuevas como las de El capitán calzoncillos, Pupi o La pandilla de la ardilla.
Todos esos libros tienen algo en común: pertenecen a El Barco de Vapor (SM), que este 2018 cumple 40 años. Esta conocida colección de literatura infantil fue la primera que existió en España segmentada por edades, con una serie blanca pensada para niños de entre 6 y 7 años; una de lomo azul, para los de 7; una naranja, a partir de ocho años; y una roja, para lectores de diez años en adelante.
El Barco de Vapor, que zarpó en 1978, fue parte de un "novedoso plan de animación a la lectura", en palabras de Gabriel Brandariz, gerente editorial de literatura infantil y juvenil de SM. "La calidad literaria y gráfica, el diseño, el valor formativo y la conexión con el lector" eran su bandera, de tal manera que "lo infantil dejaba de ser ñoño". Justo esa parece una de las claves para que el proyecto, capitaneado en sus inicios por Mario González Simancas (marianista y exdirector del colegio El Pilar de Madrid), no haya hecho aguas en cuatro décadas.
El nombre El Barco de Vapor no es nada casual: es todo un homenaje a Mark Twain. "Fue en el río Mississippi donde este artilugio mecánico se transforma en fantasía: los viajes por el río más largo de Estados Unidos, las carreras con las calderas a punto de estallar, los tahúres desplumando incautos, las gentes animando a los barcos a su paso, los niños jugando en las orillas... Y Tom Sawyer, su espíritu de libertad y aventura infinita. Todo esta imaginería estaba presente en aquellos que hace 40 años decidieron el nombre la colección", cuenta Brandariz a El HuffPost.
La botadura corrió a cargo de Las aventuras de Vania el forzudo, de Preussler Otfried, en la serie naranja. Pronto llegó también a las librerías El Pampinoplas, de Consuelo Armijo (primer Premio SM El Barco de Vapor), uno de los más usados en colegios españoles durante generaciones. Hoy en día más de 400 títulos componen la colección —cada año salen entre 30 y 40 al mercado—, que además de en castellano también se edita en catalán, gallego, valenciano y euskera.
40 años en cifras de récord
El mayor hit de la historia de la colección llegó a los dos años, en 1980, con Fray Perico y su borrico, del que desde entonces se han vendido más de 907.000 ejemplares. Según los datos facilitados por SM El HuffPost, en estas cuatro décadas El Barco de Vapor ha vendido un total de 52 millones de libros y el top 10 quedaría así:
- Fray Perico y su borrico (907. 121 ejemplares)
- El pirata garrapata (474.014)
- La hija del espantapájaros (460.432)
- Finis Mundi (457.795)
- El Pampinoplas (423.359)
- Los hijos del vidriero (416.529)
- Las aventuras de Vania el forzudo (383.593)
- Un duende a rayas (372.404)
- Abuelita Opalina (369.050)
- Cucho (367.346)
Muchos de estos títulos han superado las 40 reimpresiones, pero el título que se lleva la palma es Abuelita opalina, que va ya por la 65ª edición.
Entre los libros más vendidos en 2018 se encuentran Las aventuras del Capitán Calzoncillos, con 154.000 ejemplares, y Finis Mundi, con 153.000.
El Barco de Vapor no sólo navega en aguas nacionales, también gusta en el extranjero. Títulos como Memorias de una vaca, de Bernardo Atxaga, han vendido sus derechos para su traducción a idiomas como el italiano, el flamenco, el alemán, el turco, el portugués, el rumano o el francés. Finis Mundi, de Laura Gallego, se puede encontrar por ejemplo en japonés, en coreano, en griego o en búlgaro, además de haber sido adaptado a varios países de América Latina.
Esta última autora está empatada con otro escritor, Joan Manuel Gisbert: ambos son los que más veces han ganado el Premio SM Barco de Vapor, con dos ocasiones cada uno. Gisbert pertenece además a la lista de autores más prolíficos, en la que también figuran María Menéndez-Ponte, Alfredo Gómez Cerdá o Jordi Serra i Fabra.
Navegar en los nuevos tiempos
La colección ha sabido reinventarse para seguir atrayendo a los niños de hoy pero también ha innovado con iniciativas como Lectura Fácil. En 2017 cuatro libros emblemáticos (Pirata Plin y Pirata Plan, La lista de cumpleaños,El club de los raros y Siete reporteros y un periódico) inauguraron esta subcolección pensada para llegar a niños con autismo, síndrome de Down, dislexia, Asperger, trastorno de déficit de atención, inmigrantes que están aprendiendo español...
Además, desde hace nueve años está en marcha la campaña solidaria Vapor ti, vapor todos: si se compra un libro de la colección entre el 17 y el 23 de diciembre, la Fundación SM dona otro a proyectos de atención a la infancia de diversas asociaciones y ONG.
Y para celebrar una cifra tan redonda, los 40 años, se ha lanzado el libro de relatos Cuarenta cuentos a todo vapor, escritos por autores tan representativos como Jordi Serra i Fabra, Mónica Rodríguez, Pedro Mañas o Llanos Campos, e ilustrados por Mikel Valverde, Beatriz Castro o Iratxe López de Munáin. Visto lo visto, la máquina funciona a pleno rendimiento... y le queda energía para rato.