De 8M a 8M: logros y fracasos de un año feminista
Las mujeres vuelven a tomar las calles este 8 de marzo para reivindicar la igualdad real.
No fue algo circunstancial. La masiva huelga feminista que tuvo lugar en España el pasado 8 de marzo vuelve a teñir el país de color violeta este viernes. Hace un año, las mujeres lograron una movilización sin precedentes para reivindicar la igualdad de género en todas sus vertientes, manifestándose en 120 ciudades españolas. Este 8 de marzo, el movimiento feminista ha vuelto a convocar una huelga de 24 horas y se prevé que las concentraciones sean, de nuevo, masivas en todo el país. El foco central será Madrid, donde se marchará a las 19:00 desde Atocha a Plaza de España. Un año más clamarán por sus reivindicaciones. Sólo en lo que llevamos de 2019, a 9 mujeres les ha ido la vida en ello.
Ni raza, ni profesión, ni edad, ni ideología... Nada de esto impidió que cientos de miles de personas saliesen hace un año a la calle en varias manifestaciones que marcaron un punto de inflexión en la historia del feminismo español. En Madrid fueron 170.000 personas las que se sumaron a la concentración. 200.000 en Barcelona. En estas dos ciudades se colapsó el transporte público. Cientos de trabajadoras del hogar colgaron sus delantales en las ventanas, 6 millones de puestos de trabajo quedaron vacíos, muchos hombres tuvieron que plantearse cómo organizar un hogar y ejercer de cuidadores por primera vez y la palabra "mujer" no dejó de repetirse en toda la jornada en televisiones, periódicos y páginas webs.
Pero, ¿ha cambiado algo de un 8M a otro? ¿Qué ha pasado durante lo que muchos llaman 'el año del feminismo'? ¿Han sido escuchadas las voces de las que exigían tener voz? Lo cierto es que las portavoces del movimiento 8M aseguran que no ha cambiado "nada", más allá de la conciencia social sobre la desigualdad y todos los tipos de violencia que padecen las mujeres.
Algo tan sencillo de palabra y tan desesperadamente complicado de conseguir como la igualdad. Pero, ¿no hemos llegado ya a la igualdad plena y real? No. Queda un largo camino y uno de los obstáculos con los que se topan las mujeres es la necesidad de avances a corto plazo: "Tenemos una propuesta de máximos porque nos va la vida en ello. Porque nuestras reivindicaciones son una urgencia para las mujeres, porque estamos muy cansadas de sufrir violencias y desigualdades en todos los ámbitos de nuestra vida", explica una de las voceras de la Comisión 8M en Madrid, Inés Gutiérrez.
El argumentario de la huelga se compone de 30 páginas de razones por las que se considera necesaria esta movilización. Tan amplio como las problemáticas que afrontan las mujeres por el simple hecho de ser mujer. Entre los casi 200 motivos por los que se convoca la huelga están las violencias machistas en todas sus formas, la precariedad laboral de la mujer, la existencia de techos de cristal y la discriminación salarial. También se protesta contra la falta de reconocimiento del trabajo doméstico —realizado en su mayoría por mujeres—, los recortes presupuestarios que afectan a los cuidados, y contra el hecho de que la pobreza las afecta de forma mayoritaria.
Es innegable que la lucha feminista ha estado, durante los últimos 12 meses, en el centro de la agenda social y política. Pero, a pesar de ello, son muchos más los retos que tiene por delante que los logros conseguidos durante el último año. Las mujeres siguen cobrando menos, siguen ocupando menos puestos de dirección, siguen adquiriendo los empleos más precarios, siguen ejerciendo el papel de cuidadoras y siguen siendo asesinadas a manos de hombres.
En la política: avances pequeños, pero avances
En términos políticos, los problemas de las mujeres han logrado protagonismo: el cuerpo de la mujer vuelve a constituir un campo de batalla y de reivindicación en torno al aborto, la prostitución, la gestación subrogada y las violencias machistas.
Las sesiones de control en el Congreso, los plenos, las entrevistas de los políticos —tanto de izquierdas como de derechas— han estado llenas de declaraciones sobre los derechos de las mujeres. Además, el Gobierno socialista que conformó Pedro Sánchez tras la moción de censura aprobada el 1 de junio de 2018, se compuso en su mayoría de mujeres, convirtiéndose en el gobierno más feminista de los 28 países de la Unión Europea, según la agencia estadística Eurostat y en el más femenino de la historia de la democracia con 11 ministras y 6 ministros.
Depende del cristal con el que se mire, en estos nueve meses de legislatura se puede afirmar que el Ejecutivo ha dado tímidos pasos hacia la igualdad o se ha estancado. Ha hecho pequeños avances en cuanto a la implementación de medidas del Pacto de Estado contra la Violencia de Género que tuvo lugar en septiembre de 2017 y es una de las primeras reivindicaciones del 8M. En agosto de 2018, el Consejo de Ministros tramitó un proyecto de ley para poner en marcha las medidas más "urgentes". Fueron cinco de las 200: la aceptación de un informe de los servicios sociales para reconocer a las víctimas, la asistencia psicológica a menores, fortalecer la asistencia jurídica, devolver las competencias para los ayuntamientos y modificar la ley de Violencia de Género en cuanto al acceso de ayudas.
Pero no todo son pasos hacia delante. A pesar de todos estos avances, la desigualdad sigue presente en toda la sociedad y más ahora con la irrupción de partidos reaccionarios como Vox, que amenaza con dar zancadas hacia atrás si logra formar Gobierno el próximo 28 de abril, como la derogación de la Ley de Violencia de Género, el rechazo a aborto cubierto por la sanidad pública o el fin de las listas paritarias.
La mayor parte de las medidas del Pacto de Estado contra la Violencia de Género no se han puesto en marcha. Además, algunas expertas en igualdad, como Nuria Varela, que participó en la puesta en marcha del Ministerio de Igualdad creado en la legislatura de Zapatero, piensan que este pacto es "una tomadura de pelo". "Se pedía un pacto urgente y no hay urgencia", señala.
Y, a pesar de los intentos de Sánchez, las mujer sigue siendo minoría en la política. Sólo hay dos presidentas autonómicas de 19, un 19,5% de alcaldesas, 98 senadoras de 266, 21 embajadoras frente a 94 embajadores y 10 consejeras de un total de 29 en el Consejo de Estado.
Una Justicia que sigue siendo "patriarcal" para el movimiento feminista
La Justicia es otra de las asignaturas pendientes. El movimiento feminista la tacha de "patriarcal" y reclama que se haga "efectiva la verdad, la protección, la reparación y la justicia a las víctimas de las violencias machistas". Durante 2018 han tenido lugar repetidas manifestaciones contra la Justicia por sentencias como la de La Manada, que ha sido otro de los principales motores para las movilizaciones en las calles.
En España, tras el clamor popular y el aumento de las denuncias por violación en el último año, el Gobierno propuso a un grupo de expertos en Justicia revisar el Código Penal y la definición de violación. La idea era que desapareciese el delito de abuso sexual, quedando todo englobado en el de agresión o violación. En 2018, las denuncias por violación se dispararon en España un 22,7%, una cada cinco horas.
Pero, a pesar de haber puesto el foco en la violencia sexual y la legislación, no se ha llevado a cabo la reforma que se propuso para castigar cualquier tipo de agresión sexual y casos como el de La Manada siguen considerándose "abuso" y no "violación". Las mujeres siguen sintiéndose, según un informe de Amnistía Internacional, "juzgadas, invisibilizadas y estigmatizadas" a la hora de denunciar violencia sexual.
Economía: el logro de aumento de los permisos de paternidad
En términos económicos, el gran avance ha sido la decisión de ampliar el permiso de paternidad a 8 semanas. Esto supone un gran avance para las familias y para el cuidado de los hijos, aunque la Plataforma de Permisos Iguales e Instransferibles afirma que, al haber simultaneidad y pasar los primeros meses los dos progenitores con el bebé, es fácil que se vuelvan a reproducir los roles de género que se han dado hasta ahora.
Además, también las viudas han visto mejorada su prestación: ahora reciben el 60% de lo que cobraba su marido antes de fallecer. Un 92,2% de los beneficiarios de la pensión de viudedad son mujeres.
Pero, quitando estos dos datos, tampoco en términos económicos hay avances destacables. Las mujeres siguen sufriendo la brecha salarial y cobrando, de media, 5.000 euros menos que los hombres. Según el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda, en 2018 la brecha salarial aumentó 104 euros con respecto al año anterior.
La pobreza sigue afectando, en su mayoría, a las mujeres. Tanto por la falta de políticas de conciliación como por el techo de cristal y la ausencia del reconocimiento del trabajo doméstico. Un 57% de mujeres ha renunciado a sus trabajos por ser incompatibles con la maternidad, el 76% de los puestos de trabajo a tiempo parcial están ocupados por mujeres y la maternidad sigue siendo un problema para los empresarios a la hora de hacer contratos. Esta desigualdad económica no sólo afecta a las mujeres empleadas. También llega a la tercera edad: según los datos del Gobierno, las jubiladas cobran de media 450 euros menos de pensión que los jubilados (y eso que se ha reducido considerablemente en los últimos años).
A pesar de todo, el movimiento de las mujeres tiene un gran logro que pueden apuntarse. Posiblemente el más importante de todos: la concienciación social. "La palabra feminismo hace un año aún creaba rechazo, ahora parece que lo que crea rechazo es decir que no eres feminista", cuenta Sara Lys, otra de las portavoces del 8M.
El movimiento feminista ha logrado visibilizar las violencias machistas, estar en boca de toda la población, que los medios de comunicación se planteen la forma de contar las noticias y cómo introducir la perspectiva de género de manera transversal.
En los centros de trabajo, en las cafeterías, en colegios, institutos, universidades, en las instituciones nacionales y Europeas... Las mujeres han conseguido dar el primer paso y copar el centro de muchas conversaciones, de personas de todas las edades y en todos los barrios, así como ser objeto de críticas, discusiones y acuerdos. Para bien o para mal, el feminismo ha logrado llegar al debate público.
Se ha dado voz a las víctimas de violencia sexual con la iniciativa #Cuéntalo, en la que 800.000 víctimas de agresión sexual compartieron su experiencia. Las periodistas Cristina Fallarás y Virginia P. Alonso se encargaron de recopilarlos en una plataforma en forma de base de datos.
También muchos famosos se han posicionado a favor del feminismo y las galas de los Goya, los programas de televisión (aunque no todas las cadenas) y los grandes eventos se han llenado de reivindicaciones en torno a la mujer, sin mencionar la literatura feminista que se está produciendo.
Pero el avance no ha sido sólo de las mujeres: muchos hombres las han acompañado en este proceso, preguntándose cuál es su papel en todo esto. El escritor Ritxar Bacete lo explica de la siguiente manera: "Las feministas habéis puesto un espejo enfrente de los hombres. Y yo creo que mirarnos en él es identificar los elementos tóxicos que nos hacen menos libres y que están directamente relacionados con la masculinidad tóxica, con la incapacidad de gestionar las emociones de una forma positiva, que a veces nos hace deshonestos, a veces nos hace mentir...". Como él, otros hombres se han unido a la lucha feminista desde un segundo plano y se han cuestionado sus privilegios y su posición en la sociedad.
A pesar del ruido que han hecho las mujeres desde el pasado 8M, lo cierto es que son más los retos que quedan por superar que los logros conseguidos. El 8 de marzo de 2018 prendió la mecha. Y quizá este día 8 se avive una llama que ya no se puede apagar.
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