Sassoli, un presidente de la Eurocámara en una época excepcional de pandemia
El italiano llevó la batuta de la institución en una etapa en la que se negociaron legislaciones históricas.
El presidente del Parlamento Europeo, David Maria Sassoli, fallecido este martes a los 65 años, asumió en sus últimos años de vida la labor de dirigir la Eurocámara en plena pandemia global, un periodo excepcional en el que debió gestionar el traspaso de toda la actividad política de la institución a una modalidad en remoto y en el que se reafirmó en su deseo de una Europa más unida y social.
Llegado a la presidencia de la Eurocámara de forma inesperada, el italiano llevó la batuta de la institución en una etapa en la que se negociaron legislaciones históricas, como el fondo de recuperación pospandemia, y otras muy presentes en la vida de los europeos, como el certificado digital de vacunación del coronavirus que ayudó a reiniciar el turismo en el verano de 2021.
Aunque su presidencia estuvo marcada por el coronavirus, Sassoli mantuvo siempre un discurso de un destacado tono social, con constantes llamadas a una política migratoria más solidaria y a buscar soluciones a las desigualdades exacerbadas por la pandemia, así como para el desempleo juvenil.
Es la primera vez en la historia del Parlamento Europeo que fallece un presidente en ejercicio.
De presentador del telediario a la Eurocámara
Nacido en Florencia en 1956 y graduado en Ciencias Políticas, Sassoli tuvo una dilatada carrera periodística antes de entrar en el Partido Democrático italiano: trabajó en pequeños medios y agencias de noticias y fue testigo directo de momentos clave de la Historia europea, como la caída del muro de Berlín, que él mismo golpeó esa noche del 9 de noviembre de 1989 con un martillo y un cincel como compartió en una fotografía en su web.
A principios de los 90 se estrenó en la radiotelevisión pública italiana, donde acabaría siendo uno de los enviados especiales y presentadores más reconocidos del país, incluido el informativo insignia de la cadena.
Representante del ala católica progresista del Partido Democrático italiano, se afilió a este partido desde su fundación en 2007 y aceptó el reto de encabezar su lista al Parlamento Europeo en las elecciones de 2009, donde ganó un escaño en el hemiciclo comunitario y se afianzó como líder de las filas de su familia política en Bruselas.
Tras un breve intento en la política municipal en 2013, Sassoli renovó su escaño comunitario en 2014 y pasó a ser uno de los 14 vicepresidentes del Parlamento.
Presidente por sorpresa
Tras la tormentosa elección de la cúpula de las instituciones europeas en el verano de 2019, que seleccionó a los nuevos presidentes de la Comisión y del Consejo, pero no al del Parlamento (competencia de los eurodiputados), se esperaba que los socialdemócratas postularan al búlgaro Sergei Stanishev, quien desde 2011 era el presidente del partido a nivel europeo.
Sin embargo, el nombre de Sassoli emergió en el último momento a propuesta de la española Iratxe García y, con el beneplácito de los otros grandes grupos del Parlamento, se convirtió en presidente de la Eurocámara a principios de julio de 2019.
En su primer discurso, marcó algunas de las temáticas que fueron constantes en sus intervenciones públicas durante sus dos años y medio de presidencia, como el desempleo juvenil, la necesidad de una política migratoria solidaria y común en la UE o la protección social de los ciudadanos.
El italiano se vio inmerso también en el debate político catalán tras ser el encargado de anunciar, en calidad de presidente, que el líder de ERC Oriol Junqueras era eurodiputado de pleno derecho tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en diciembre de 2019.
El escaño le duró a Junqueras menos de un mes por las sucesivas decisiones de la Justicia española, pero la decisión de Sassoli de seguir estas sentencias y retirarle el cargo fue objeto de numerosos recursos judiciales y debate en el marco de la crisis catalana, si bien él siempre defendió haber cumplido “escrupulosamente” con lo marcado por la justicia.
El reto de la pandemia
Apenas tres meses después del caso de Junqueras le sobrevino el que fue el gran reto que marcó toda su presidencia: una pandemia global que obligó a cerrar las puertas de la Eurocámara y a traspasar todos sus procesos legislativos al escenario online.
En una institución con más de 700 eurodiputados en el que son habituales las imágenes de pasillos, salas de reuniones y hemiciclos bullendo de actividad, Sassoli se vio obligado a tomar decisiones en ocasiones impopulares, como cancelar durante más de un año los viajes mensuales a la sede de la Eurocámara en Estrasburgo (Francia) para celebrar las sesiones plenarias, pero mantuvo siempre el principio de que los procesos legislativos debían continuar sin interrupciones.
En los meses más duros de los confinamientos en Europa, también tomó la decisión de ofrecer menús preparados por las cocinas del Parlamento Europeo para personas necesitadas y trabajadores sanitarios, así como poner a disposición parte de su flota de vehículos o las sedes de la Eurocámara en Bruselas y Estrasburgo para acoger a pacientes o mujeres en situaciones de riesgo, entre otros perfiles vulnerables.
Los últimos meses de su mandato estuvieron condicionados por la neumonía que contrajo en septiembre de 2021, tras la que estuvo dos meses convaleciente.
Una “disrupción” en su sistema inmunitario que se acabó complicando motivó un nuevo ingreso hospitalario el 26 de diciembre de 2021, que sin embargo no trascendió hasta ayer, pocas horas antes de su muerte acaecida a la 1.15 de la madrugada de este martes en el Centro de Referencia de Oncología de Aviano, en Italia.
A Sassoli, apasionado de la Fiorentina y de la música clásica, le sobreviven su mujer, Alessandra Vittorini -superintendente de Arqueología de la ciudad de L’Aquila y muy involucrada en la reconstrucción de la ciudad tras el terremoto de 2009- y sus dos hijos, Giulio y Livia.