'Datacalipsis': El fin de una era de servicios digitales
2007. Todo en torno a tus datos personales está bajo control, como lo está para el resto de los europeos. Durante más de una década ha existido una Directiva que protege tu privacidad y tus datos personales de miradas indiscretas y tratamiento no deseado. Hace unos meses, comenzaste a utilizar de vez en cuando un nuevo tipo de servicios proporcionados por algunas pequeñas empresas innovadoras. Son Google y su nuevo servicio de correo electrónico, una plataforma para compartir videos que llaman YouTube y una web aún cuál es su fin que se llama Facebook. No mucha gente usa estos increíbles servicios gratis todavía y haces apostolado activo de ellos entre tus amigos.
2018. Las nuevas reglas para la protección de tus datos personales han entrado en vigor. Esperas que esto te permita tomar nuevamente el control de tu privacidad que sientes que se te ha escapado. Sientes que esas grandes plataformas que usas todos los días han ido demasiado lejos en aprovechar los datos que recopilan sobre ti, no son tan gratuitos como te parecían al principio de usarlos. Pero no puedes dejar de utilizarlas sin afrontar un gran cambio en tu vida que no estás dispuesto a realizar.
Más de una década separa los dos escenarios anteriores. ¿Es 2017 el final de la evolución de los servicios digitales?
Todo el mundo sabe ya que la semana pasada las reglas de privacidad han cambiado, aunque sea solo porque sus buzones de correo electrónico han sido completamente inundados con avisos del cambio de los cientos de servicios en línea que ha usado al menos una vez en su vida. Ha sido un mal comienzo para la nueva regulación de protección de datos. Por un lado, a las personas no les gusta que los molesten los cambios en las leyes, aunque sean cambios que en teoría le beneficien. Por otro lado, algunos han comenzado a ver que en realidad pocas cosas han cambiado. Las notificaciones recibidas conducen a condiciones de servicio tan oscuros y largos como antes de la entrada en vigor del nuevo reglamento e incluso algunos de los notificadores intentan aprovechar el aviso para obtener más datos sobre nosotros. El nuevo reglamento de protección de datos no parece haber introducido novedades sustanciales para los usuarios.
Sin embargo, la realidad es que todo ha cambiado y que ahora las empresas son más responsables de lo que hacen con sus datos personales. De acuerdo con las nuevas reglas, cualquier persona puede solicitar información detallada sobre el manejo de sus datos por parte de las compañías. Las empresas que hacen uso de medios digitales temen el seísmo que podría causar millones de usuarios reteniendo el consentimiento para ciertos usos de sus datos, solicitando acceso a su información personal a los intermediarios o eliminando su información de los sitios por completo. Y sobre todo el temor a una ola de denuncias de violaciones de la ley. Los inconformistas habituales ya han presentado las primeras demandas a los sospechosos habituales y es de esperar que en estas primeras semanas todas las grandes empresas reciban alguna.
El miedo al gran cambio que se abre corre libre entre las compañías, y éstas comienzan a repensar sus servicios. La tan temida balcanización de Internet parece haber comenzado con empresas que desconfían del nuevo poder sobre sus datos que tienen los ciudadanos europeos. El primer día que entraron en vigor las nuevas normas de protección de datos, algunos servicios prestados desde Estados Unidos comenzaron a no estar disponibles para acceder desde Europa . Además, hay un pánico sobre cuál puede ser el efecto sobre el desarrollo de la inteligencia artificial europea y la oferta de servicios de inteligencia artificial para los europeos, con unas reglas que parecen introducir un derecho de auditoría sobre la algoritmia. Por lo tanto, una década después del comienzo de la revolución digital, se abre en Europa un escenario de potencial disminución de la oferta de servicios digitales en lugar de un panorama de disponibilidad de un número cada vez mayor de ellos.
Y aún no hemos visto nada. En medio del frenesí, pocas personas han reparado que otro gran cambio con respecto a la privacidad y los datos personales está a punto de suceder. En marzo de 2019, el brexit será una realidad. Un nuevo grupo de esos servicios que utilizamos a diario desde un país con un marco legal de protección de datos diferente, Reino Unido, y sin estar claro aún cuál será el acuerdo con la Unión Europea que permita usarlos. La Comisión Europea ya ha publicado un aviso a las partes interesadas sobre los preparativos que deben hacerse. Cabe recordar que el Reino Unido es la base desde la que operan una parte muy relevante de los servicios de comercio electrónico consumidos por los europeos continentales.
La explotación de datos personales ha sido la palanca de la transformación digital, de modo directo o indirecto, depende ella la mayoría de los servicios que utilizamos a diario. El nuevo reglamento hará desaparecer alguno de ellos, otros prestados desde más allá del suelo europeo dejarán de estar accesibles, algunos que se esperaba comenzarán a prestarse nunca llegarán a nacer. La presión del nuevo marco legal europeo de privacidad, el mayor mercado del mundo con más de 500 millones de consumidores, está dando lugar a un datacalipsis en que perecerán más de un operador económico del mercado digital global. Una era de la revolución digital concluye.