Dario Argento: "Ennio Morricone demostró ser más rockero que Deep Purple"
Entrevista al cineasta italiano: "Con él se va un gran amigo, un grandísimo profesional. Era un genio de la melodía y de la improvisación".
″¿Ennio? Con él se va un gran amigo, un grandísimo profesional. Era un genio de la melodía y de la improvisación”
Es por la mañana temprano. Al teléfono con HuffPost Italia Dario Argento, maestro del cine de terror italiano, se disculpa por su voz baja. “Me he enterado hace poco de su muerte, estoy destrozado. Empezamos a trabajar juntos para mi primera película, El pájaro de las plumas de cristal, una cinta que se estrenó en 1969 pero, obviamente, habíamos trabajado en ella desde mucho antes. Me lo presentó mi padre, Salvatore, que también era el productor de mis películas. Nuestras familias vivían cerca de Santa Lucia di Mentana (Roma), así que era muy fácil verse y nosotros lo hacíamos muy a menudo”.
¿Cuándo lo conoció?
Nuestro encuentro fue dentro de casa. Morricone ya era Morricone y, junto con Nino Rota, ya era uno de los más importantes y demandados compositores italianos de música para cine, también porque gracias a las bandas sonoras de los western de Sergio Leone ya había conquistado al gran público.
¿Qué le dijo?
Que debía pensar en hacer mi primera película. Sobre el resto, es decir, la música, me dijo que lo pensaría él. Y así fue.
En el libro Ennio un maestro, editado el año pasado por HarperCollins, Morricone explica a Giuseppe Tornatore, que lo entrevista, que con él mismo, con Bellocchio y con Petri tuvo dificultades. ¿Por qué?
Porque Ennio creó una música muy moderna para la época, una música a la que mi padre, y no solo él, no estaba habituado. La suya era una música contemporánea, una música en la que se terminaban enlazando la libertad cromática y el uso de sellos particulares.
Fue él mismo el que explicó en ese libro que decidió dulcificar voluntariamente las películas de Dario Argento. “Obras con tanta sangre, tantos delitos y tantos crímenes” con temas infantiles, “como si las desviaciones enfermizas de los protagonistas vinieran de carencias primordiales”.
Sí, fue exactamente lo que pasó. La suya era una música de la improvisación. Para mi primera película, como le decía, la música que compuso se reveló muy interesante. La improvisaron en sala. Era un sexteto: él tocaba la trompeta, pero no había partitura, no había nada. Solo él y los músicos. Fue una experiencia inolvidable tanto para ellos como para mí, una música que luego influyó en muchas personas, muchos directores, como por ejemplo Tarantino. El resultado fue una música de una atmósfera soñadora y abstracta, cargada de tensión y angustia y con fuertes influencias del free-jazz.
¿Cuántas películas habéis hecho juntos?
En total fueron cinco. El gato de las 9 colas se abre con Ninna nanna in blu, una pieza de gran impacto emotivo, mientras que en 4 moscas sobre terciopelo gris los créditos iniciales se abren con una banda que toca un tema de rock.
¿Es verdad que para esta última cinta lo prefirió a los Deep Purple?
Sí, porque con ese grupo hubo problemas, estaban ya comprometidos con una gira. En cualquier caso, Ennio compuso rápidamente una nueva pieza, un tema agradable, demostrando una vez más su genialidad y al final, a su manera, era más rockero que ellos.
Horas, días y meses casi siempre juntos: ¿alguna discusión? Morricone tenía una carácter ‘gruñón’ y no le importaba decir las cosas. ¿Le sucedió también con usted?
Sí, es verdad, tenía un carácter ‘gruñón’ como dice usted, pero conmigo era muy dulce, éramos muy amigos, muy cercanos. Yo en modo particular a su familia, a su mujer y a sus hijos. De vez en cuando soltaba algo, pero después le hacía falta poco para calmarse. Más que discusiones diría pequeños desacuerdos, pero es normal que puedan ocurrir cuando se trabaja tanto tiempo juntos y cuando se tiene una confrontación. Cuando preparaba música para una de mis películas quedábamos en su casa, primero en Mentana y después en su nueva casa en la plaza Ara Coeli (Roma). Me hacía entrar y luego se ponía al piano contándome lo que tenía en mente. Lo que quería era la participación del director en las músicas que estaba componiendo en ese momento. No quería simplemente que yo escuchase, quería que dijera mi opinión, que hablara, que participara a mi manera, algo que no era tan sencillo de hacer, especialmente con alguien como él. No quería solo inventar la música, buscaba un diálogo entre nosotros. Me ha parecido siempre una cosa maravillosa.
¿Cómo era Morricone visto por Dario Argento?
Ennio ha sido el compositor de bandas sonoras más grande que ha existido jamás. Un hombre con carácter y un una gran fuerza de voluntad. Era su imaginación la que golpeaba, pero era especialmente la frescura la que hacía que fuera fantástico. Era una persona estupenda y excepcional. Lo echaré mucho de menos. A llenar esta gran ausencia nos ayudará su música, que amaba y que nos hacía amar, su regalo más grande.
Este artículo se publicó originalmente en la edición italiana del HuffPost y ha sido traducido y adaptado del italiano por Uxía Prieto.