Curso exprés para escribir una novela

Curso exprés para escribir una novela

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Si estás leyendo esto es posible que estés interesado en escribir una novela, lo hayas intentado o necesites un impulso. Puede que, incluso, hayas asistido a un taller de escritura creativa y tengas algún manuscrito con varias páginas. Es probable que hayas redactado notas, una sinopsis, fichas de personajes; o, como en muchos casos, tengas una idea que crece en tu mente con los días, los meses y los años.

Sin embargo, vale aclarar que este curso está diseñado para escribir una novela imperfecta, no en el sentido de "todas las novelas lo son", sino una escrita por un debutante. Este es tu debut y como en todas las primeras cosas, algo saldrá mal, algo quedará defectuoso. Hace poco leí un primer libro, aclamado por la crítica y publicado por un gran grupo editorial. Tenía errores de redacción, de verosimilitud, personajes flojos. Sin embargo, algunas páginas se asemejaban a un volcán a punto de explotar. La primera novela es como el primer amor, imperfecto, pero apasionante.

Puedes aspirar a desbordarte: este es un curso para soltar la mano o para afinar las teclas. No quieres que el vaso se quede a tope. No, buscas que el agua se derrame y moje esos documentos importantes que tienes sobre el escritorio: quieres intensidad. Una primera novela tiene que ser intensa. Si es corta, debe arder como la carta de un antiguo amor en el interior de un cenicero.

Muchas veces la primera obra publicada por un autor no es la primera obra que escribió. Algunos amortajaron bosques enteros para dar a luz un primer libro.

Es, además, posible que acudas a este curso porque no tienes tiempo para escribir. Viste el título: ¡Un curso exprés! No pudiste aguantar las ganas de pinchar en el enlace. Perfecto, ¿verdad? Es posible que seas padre o madre. También, es casi seguro que trabajas de tiempo completo y te dedicas a una labor estresante. ¡Y no digamos nada de la realidad nacional y mundial!

Sí, llegas a casa agotada o agotado y repasas las redes sociales. ¿Cómo puedes escribir si no estás actualizado?, te preguntas. Luego, retomas tu proyecto de novela. Pero, no duras mucho, porque los ojos se cierran, las manos parecen bloques de cemento y te escuchas diciendo: "Mañana sí empiezo".

Vas a la cama y se te ocurre una frase, una escena, un diálogo, pero no puedes mover un músculo para dejar evidencia en el papel. Te duermes con la esperanza de que mañana siga en tu mente para, en un breve interludio, ponerlo en una servilleta o en un trozo de papel higiénico. ¿O es la misma idea que cargas hace meses como un bebé inquieto?

Una primera novela tiene que ser intensa. Si es corta, debe arder como la carta de un antiguo amor en el interior de un cenicero.

Es importante aclararte que este curso está lleno de clichés. No hay nada que no hayas escuchado, ni leído. Sí, vas a tener que reescribir, no una, sino cien veces. ¡Es broma! Las necesarias, nada más que eso. ¿Y cuántas son esas? Pues, las necesarias. Tendrás que volver a la lectura de esos libros que llaman 'imprescindibles', aunque muchos no lo sean, para ver cómo fueron escritos. Te servirán de ejemplo para la construcción de la estructura, la trama y los personajes. Te permitirán saber qué límites pueden cruzarse y que, con dominio, te puedes saltar todas las normas. Quizá, me atrevo a decir, lo único diferente de este curso, en comparación con otros, es la manera en que se imparte: en un artículo.

Antes de comenzar, es importante que recuerdes que se trata de escribir una primera novela. No vas a escribir una obra maestra. Muchas veces la primera obra publicada por un autor no es la primera obra que escribió. Algunos amortajaron bosques enteros para dar a luz un primer libro. Este curso está diseñado para una novela corta. No puede ser un curso exprés, si esperas salir de aquí con quinientas o mil páginas debajo de tu brazo.

¿Quieres comenzar? Supongo que ya acostaste a tus hijos, tiraste la basura y llevaste tu perro a pasear. Si no es así, no te preocupes, ve, te espero.

¿Ya hiciste café? Si no es así, prepara una taza. No te sirvas una copa o una cerveza. No irás a celebrar. Serás la fiesta, con sus luces, su piso sucio y sus sonrisas; con sus odios, las miradas indiscretas y los sueños rotos.

El café huele bien, pon la taza cerca. Desconecta el internet. Listo, muy bien, puedes comenzar.

Ponte a escribir.

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