Un grupo de curas austríaco reta al Vaticano con su bendición a matrimonios del mismo sexo
La Santa Sede reiteró que este tipo de unión es "ilícita". Nada nuevo bajo el sol.
En menos de 24 horas, la declaración del Vaticano por la que se reafirma en que la unión entre personas del mismo sexo sigue siendo “ilícita” ha obtenido respuesta por parte de uno de los colectivos eclesiásticos más críticos con esta postura. El grupo de curas austríacos que en el 2011 se declaró en rebeldía ante esta posición -la Iniciativa de Párrocos- ha cargado contra la respuesta aclaratoria de la Santa Sede.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, órgano presidido por el cardenal español Ladaria, ha determinado que “la bendición de las uniones homosexuales no puede ser considerada lícita”. Los sacerdotes autodeclarados “desobedientes” entienden que con esta afirmación, el Vaticano asume que las parejas homosexuales “no son parte del plan divino”.
Desde la Congregación para la Doctrina de la Fe se escudan en que la Iglesia carece de “poder” para permitir este tipo de bendiciones porque “no puede disponer de los designios de Dios, que de otro modo, serían rechazados y negados”.
En la Iniciativa de Párrocos, de la que forman parte cerca de 350 sacerdotes y diáconos, han señalado que no “rechazarán ninguna pareja que se ame y busque la bendición de Dios” y que colaborarán con el resto de órdenes religiosas que apoyen la unión entre parejas del mismo sexo.
También para parejas estables de distinto sexo
El Vaticano ha ido más allá en su comunicado y se ha referido a la bendición de la unión de parejas más allá de que sean el mismo sexo. La Santa Sede puntualiza que “cualquier unión que comporte un ejercicio de la sexualidad fuera del matrimonio es ilícita desde el punto de vista moral, según lo que enseña el ininterrumpido magisterio eclesial”. Es decir, aunque se traten de parejas estables conformadas entre mujeres y hombres.