Cuántos menores no acompañados hay en España y cómo viven
Centros tipo compartidos entre doce y bajo supervisión constante de un "guardador".
En España hay más de 12.300 menores extranjeros que viajan solos, según el registro oficial del Ministerio del Interior, que no refleja el dato real. La tutela de los niños es de las comunidades y estas no pueden impedir que los menores se desplacen de unas a otras o que abandonen España.
La principal puerta de entrada de estos menores es Andalucía, donde están inscritos 5.183 niños; seguida de Cataluña, con 1.938, y Melilla, con 1.067 niños, según los últimos datos del Registro MENA, a 30 de abril de 2019, a los que ha tenido acceso Efe.
La llegada de los menores no acompañados se ha duplicado respecto a 2017, cuando había 6.414 niños, un número que ya significó entonces un incremento del 60% respecto a 2016.
Unas cifras de menas que nada tienen que ver con las que ofrecen los gobiernos autonómicos, preguntados por Efe, que sitúan a Cataluña a la cabeza, con 4.203 menores extranjeros solos, seguida de Andalucía, que reconoce tutelar 2.172 niños.
La contabilidad de estos niños se complica además por el momento político, en el que en algunas regiones están formando nuevos gobiernos o los recién llegados son incapaces o no quieren concretar esa cifra de menores extranjeros solos bajo su tutela.
El número va cambiando por meses, reconocen la mayoría de las comunidades, ya que a los menores no se les puede obligar a permanecer en los centros asignados para iniciar sus trámites y algunos deciden, muchas veces ante el hacinamiento de esos lugares, irse a otras comunidades e incluso seguir su ruta por Europa, donde tienen conocidos o familiares.
El caso de Madrid
La Comunidad de Madrid acoge en estos momentos a más de 600 menores extranjeros no acompañados, son los llamados menas, que en su mayoría se encuentran en la red estable de protección, un total de 433, mientras que en la red de primera acogida hay, con fecha 2 de agosto, otros 216 menores.
Según han informado a Efe fuentes de la Consejería de Políticas Sociales y Familia, la región madrileña cuenta en este momento con una red de protección estable de 470 plazas, distribuidas en cincuenta recursos a lo largo de toda la Comunidad.
Cada uno de estos centros tiene designado a un director, que actúa como “guardador del menor” y se hace cargo de su “educación, responsabilidad y cuidado”.
En un recurso residencial “tipo” residirían una docena de menores, de los que sería responsable un director que contaría con un equipo de entre diez y doce profesionales, que garantizan atención en todo momento (incluidos festivos, días de verano y fines de semana).
Algunos de los recursos residenciales cuentan con mediadores y otros, tienen trabajadores sociales o médicos. Cada uno de ellos dispone de un documento que recoge los horarios y normas de funcionamiento, “similares”, asegura el Gobierno autonómico “a las normas de cualquier familia, grupo o entidad”.
La mayoría de los menores no acompañados están escolarizados, o pendientes de que se les asigne una plaza en los recursos educativos regionales, normalmente en aulas de compensación educativa o en Unidades de Formación e Inserción Laboral (UFILS).
Cuando cumplen 18 años pierden la condición de menor de edad y el estatus de máxima protección, de manera que se trabaja con la “Fiscalía de Menores, la Brigada de Extranjería y la Delegación de Gobierno para que, al cumplimiento de la mayoría de edad, dispongan de las mejores herramientas para facilitar la convivencia como adultos”.
La Comunidad de Madrid cuenta con 17 pisos tutelados para facilitar y apoyar la transición a la vida adulta de jóvenes de entre 18 y 21 años, aunque estos recursos se dirigen a todos los que han contado siendo menores con alguna medida de protección sean o no menas.