Cuando los montes caminen
Una historia dura, sin concesiones, en la que el joven protagonista sufre la discriminación de los suyos y del resto.
El germen se creó el año que cursé primero de BUP, cuando el profesor de Lengua y Literatura Catalana me llamó la atención. ¿Cómo podía ser que no conociera a Mohamed Chukri? Lo resolvió prestándome durante el periodo vacacional El pan desnudo, que devoré en unas pocas tardes y gracias al escritor más importante de la literatura marroquí descubrí un Marruecos desconocido, inimaginable y que a mí se me negaba, por mi corta edad y por pertenecer a una familia creyente que rehusaba cualquier acercamiento a los bajos fondos marroquís: “aquello lo conocemos y no hay nada bueno en ello”.
Aquel mismo verano hice mis primeros pinitos en el mundo laboral. Cortaba el césped y cuidaba de las plantas de un complejo residencial. Uno de los vecinos nos contrató, además, para pintarle la casa con la condición que debía de hacerse de forma inmediata; teníamos dos días antes de que llegase el resto de la familia. Aquel señor apenas nos volvió a dirigir la palabra en las más de veinte horas que estuvimos mi compañero y yo dándole capas de pintura a las paredes de la casa situada en primera línea de la Costa Dorada.
Era muy alto, con un fino bigote canoso, de unos ochenta y largos años, con los ojos vidriosos y vestía ropa de marcas muy caras. No nos quitaba el ojo de encima y todo lo que podía lo cerraba con llave. En uno de los descansos, releí a Chukri. Mi compañero, Abdeslam, se reía de mí, se reía de todo. Si quería historias, él me podía explicar muchas. Por ejemplo, cómo jugarse la vida cruzando el Estrecho en patera. El señor Joan, así se llamaba, vio que nos relajábamos y que alargábamos, a su parecer, el descanso. Borramos la sonrisa de la cara y nos pusimos manos a la obra. Antes, fui al baño y al salir encontré al señor Joan leyendo la contraportada. “Los moros siempre habéis sido unos… En la guerra civil Franco trajo a los moros para que hicieran lo que les diera la gana: robar, violar, matar”. Nunca antes había visto a alguien hablar de mis congéneres con tanta rabia en los ojos. Acabamos el trabajo, nos pagó y dormí veinte horas seguidas.
Cuando los montes caminen nace de la necesidad de entender a la decena de miles de marroquís que se embarcaron en una guerra de un país que no era el suyo y en el que no eran bien recibidos por ninguno de los dos bandos. Es una novela histórica, no cabe duda, pero prefiero considerarla un bildungsroman, una novela de aprendizaje en que el protagonista, Yusuf, se encamina por una geografía devastada, por un no-lugar bélico, en un viaje dramático movido por una serie de infortunios y de malas decisiones.
En este año, en que se cumple un siglo del Desastre de Annual, sería estupendo que aparecieran nuevas publicaciones o reediciones que traten de explicar a partir de los hechos históricos, que para bien o para mal han marcado la relación de los dos países y de sus sociedades, la herencia de unos miedos y recelos que en nuestros días todavía arrastramos. Escribiendo la novela (y es otro motivo por el que escogí aportar mi granito de arena) me sorprendió comprobar lo que me temía: escasea el material. Hay muy poco escrito y estudiado sobre la presencia de los moros en la guerra y más si uno lo compara con los relatos de las Brigadas Internacionales, la participación italiana o el apoyo logístico por parte de Alemania. Por ello, en la novela me he permitido la licencia de aportar pequeños homenajes o guiños a los trabajos de María Rosa de Madariaga, Arturo Barea o Chaves Nogales, entre otros, que sí se alejan de las percepciones negativas imperantes para dar a conocer una verdad, que, aunque dolorosa, debería ser más entendida y, con la comprensión, lograr erradicar la maurofobia y ciertos estereotipos que no ayudan ni a unos ni a otros.
Cuando los montes caminen es una historia dura, sin concesiones, en la que el joven protagonista sufre la discriminación de los suyos y del resto. Es la primera parte de lo que me he permitido nombrar Trilogía de la discriminación.
Espero que la disfrutéis.
Youssef El Maimouni (1981) nació en Ksar el Kebir. Un mes después de su nacimiento, la familia se instaló en Coma-ruga. Estudió Filología Árabe y Mediación de conflictos. Su carrera profesional se ha centrado en la educación social en proyectos para jóvenes. Actualmente compagina la escritura con la dirección de un espacio juvenil en el centro de Barcelona. Desde 2009 escribe una columna en la revista Masala. Cuando los montes caminen es su primera novela.