¿Cuáles son las señales de agotamiento mental?
Ten paciencia contigo mismo.
Estamos inmersos en una ola de cambios que nos ha tomado a todos por sorpresa. Estos cambios representan para nuestros cerebros un sobresfuerzo al que no están acostumbrados.
Lo importante es comprender que los seres humanos aprendemos con la repetición. Al principio el aprendizaje es lento y en cuanto lo hacemos varias veces, se crean las redes neuronales que hacen que nuestro cerebro reaccione y actuemos entonces con respuestas automáticas. Por ejemplo, miremos a los bebés, ellos empiezan a mover su cuerpo de un lado a otro hasta voltearse, cuando ya lo tienen mecanizado pasan a gatear y cuando ya lo tienen perfeccionado pasan a caminar. Esto cuesta muchas caídas, sin embargo, cuando por fin lo consigue, su cuerpo lo hará de forma automática para siempre y entonces ya no tenemos ni que pensarlo, damos la orden y el cerebro la cumple.
Esa máquina perfecta que tenemos (nuestro cerebro) y que aún no ha podido ser replicada por los expertos en tecnología, utiliza la repetición para llegar al perfeccionamiento y a la automatización y esto es un esfuerzo que requiere mucha energía por nuestra parte. Cada cambio que realizamos en nuestra vida implica un gasto de energía importante y por eso —para explicarlo de manera resumida— los seres humanos rechazamos el cambio.
El agotamiento mental sucede cuando nuestro cerebro tiene que procesar infinidad de información nueva, nuevas formas de vivir, de trabajar y nuevas circunstancias en nuestra vida como: cuidar de nuestros hijos o seres queridos, cocinar, limpiar y trabajar todo al mismo tiempo. Si le sumas a eso la cantidad de sucesos que presenciamos todos los días y en donde nuestros cuerpos están reaccionando constantemente al estado de alarma y estrés que producen las noticias, las pérdidas, el miedo y la angustia, nos está generando que estemos mentalmente cansados. No podemos procesar toda la información con la suficiente rapidez para crear todas las redes neuronales nuevas al mismo tiempo, sino que estamos siendo forzados al cambio de una forma inesperada y muy alargada en el tiempo.
Por tanto las señales de agotamiento mental son:
Este ritmo de cambios, de alerta máxima, y la sensación de que la vida se nos va nos está presionando. Esto tiene como consecuencia que no comamos, no descansemos y no trabajemos bien. Nuestras relaciones se han hecho difíciles entrando en estado de caos porque estamos presos de la constante presión de tener que llegar a todo: trabajo, familia, cuidados varios, comida, pérdidas, escasez... Esto está causando que la población mundial esté literalmente al borde del agotamiento mental prolongado, que finalmente afecta al sistema nervioso central, bajando nuestra energía, concentración y defensas.
Yo misma he tenido que vivir todas estas experiencias y precisamente por eso mi recomendación está basada en aprender acerca del tema, pues en cuanto entiendes todo este proceso al que están sometidos tu cuerpo y tu mente, es más fácil sobrellevarlo.
Como dirían los médicos, hay que alimentarse bien, con comida sana y lo menos procesada posible, dormir 7 u 8 horas —así baja el nivel de las hormonas que produce el estrés, como el cortisol— lo que te permitirá relajarte y levantarte lúcido y descansado, sal a caminar, aunque sea con mascarilla y toma el sol que puedas, es muy importante para nuestro cuerpo y estado de ánimo, intenta mantener tus rutinas y crea nuevas rutinas que se adapten a tus circunstancias actuales y, si es posible, haz algo de ejercicio (baila, canta, corre). Esto hará que tu cuerpo queme toxinas y además te dará a cambio hormonas de la felicidad, que te traerán tranquilidad para afrontar tus días.
No te pido que cambies, eso es complicado para todos, pero puedes verlo como una nueva forma de vida, una reestructuración o una aventura nueva. Yo soy de los positivos, mira el lado bueno de todo, agradece por lo que tienes y fluye, abriéndote y aceptando lo que venga, sin oponer resistencia.
La meditación es una buena práctica que puedes hacer en cualquier momento, solo concéntrate en respirar, disfruta de cada minuto y haz cosas que te hagan feliz, ten paciencia y sé bueno contigo mismo. No te exijas llegar a todo en una hora. Desde luego huye de las noticias, de las charlas y de cualquier tema que te produzca ansiedad, en cambio mira películas cómicas y ríete mucho, disfruta de una buena cena, aprecia cada cosa que tienes, date un baño y relájate.
Recuerda: si tú estás bien, los que te rodean también lo estarán.
Te aseguro que estos consejos son los que me han salvado a mí en estos últimos meses, sí engorde, he estado estresada, no he procesado mis pérdidas y esto causó que me sintiera muy mal, tan agotada que hasta pararme de la cama era una verdadera hazaña y aquí es cuando, aplicando mis propios consejos, hoy me siento más tranquila y he vuelto a encontrar el equilibrio.