Cuadros, esculturas, plumas...: vuelve el tesoro que Marjaliza, de la Púnica, ocultó en Suiza
Estos bienes estaban en un almacén y entre ellos hay obras de Chillida, Tàpies, Barceló o el Equipo Crónica, en posesión del presunto cabecilla de la trama.
España recibirá entre los días 29 y 30 de junio las obras de arte y la colección de estilográficas que uno de los presuntos cabecillas de la trama Púnica, David Marjaliza, ocultaba en un almacén situado en la ciudad suiza de Ginebra, según ha adelantado El País y han confirmado a Europa Press fuentes jurídicas.
Según el citado diario, en la colección -valorada en más de 15 millones de euros- hay cerca de 40 cuadros, fotografías y esculturas y 200 plumas estilográficas de colección. Entre los autores que coleccionó Marjaliza están Eduardo Chillida, Miquel Barceló, Antoni Tàpies, Manolo Valdés, Juan Uslé, Torres García o el Equipo Crónica.
La decisión de las autoridades helvéticas de acometer el traslado habría venido acompañada, explica El País, de la petición por parte de las mismas a la Audiencia Nacional para que un letrado del Juzgado Central de Instrucción número 6, encargado de la instrucción de Púnica, se desplace esos días a Ginebra para estar presente en el acto.
Lo que persigue este requerimiento es que de fe de los objetos y de las obras entregadas junto a responsables de aduanas suizos y un representante de la empresa Natural Le Coultre S. A., propietaria del almacén donde las obras permanecen depositadas desde 2013, cuando las habría ocultado allí Marjaliza.
El traslado
Fue a inicios de junio de 2021 cuando el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6, Manuel García Castellón, requirió a Marjaliza que manifestase su conformidad para el traslado de su colección y para que diese su consentimiento para que los gastos acumulados por el depósito de la misma, el seguro civil y el movimiento de repatriación de las obras a España fuese sufragado con los fondos que le fueron embargados en Suiza.
Según el magistrado, esos objetos embargados fueron indiciariamente conseguidos con la ganancia de los negocios de corrupción realizados por Marjaliza y fueron depositados bajo sus órdenes en un depósito franco situado en Ginebra (Suiza), perteneciente a la empresa Fine Arta Transports Nature le Coultre, y utilizó una sociedad -Millenia Trading PTE- radicada en Singapur.
“El investigado David Marjaliza se sirvió de la previa firma de un trust y un contrato de fideicomiso, a los efectos de taparse como beneficiario efectivo de las obras y plumas de colección, poniendo al frente de la mercantil a dos personas, una de nacionalidad tailandesa (...) y otra de nacionalidad singapurense”, explicaba el magistrado en un auto fechado ese mismo mes.
Esa pantalla era la que impidió en un primer momento que las autoridades suizas autorizasen la repatriación de las obras de arte, ya que le ocultaban como propietario real de los objetos depositados. Fue gracias a la cooperación con Singapur como se pudo conocer que la sociedad Millenia Trading fue creada ad hoc por Marjaliza.