Critican a Pérez-Reverte por vacunarse y él responde con un cuestionario para enmarcar
"Para la segunda dosis, les ruego que rellenen esto".
El escritor Arturo Pérez-Reverte ha contestado firmemente a los que han criticado que se vacunara contra el coronavirus y lo contara en su cuenta de Twitter, donde tiene más de 2,2 millones de seguidores.
Pérez-Reverte informó este miércoles que acababa de recibir la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). “Organización perfecta y personal rápido y eficaz. Muchas gracias”, detalló.
El anuncio, que acerca un pasito más al final de la pandemia, también le sirvió para que afloraran negacionistas. Algunos lectores suyos le criticaron por vacunarse y por publicarlo en redes sociales.
“Este es el año en el que se pone de manifiesto que cientos de miles de personas que creíamos inteligentes son estúpidos o cobardes vendidos al sistema. No sé con cuál de los dos adjetivos etiquetarle a usted”, le escribió un usuario.
Otro, por ejemplo, le comentó que no volvería a leer nada suyo por muy bueno que sea “por principios”. “Yo también lo borro de mi lista de autores”, le contestó otro lector.
Alguno incluso llegó a recuperar frases del propio escritor para criticarle: “Citando una frase suya, ‘la rebeldía es el único refugio digno de la inteligencia frente a la imbecilidad’, y a propósito de su tuit, yo diría que ha dejado usted de ser un rebelde (si algún día lo fue)”.
Tras responder a algunos usuarios, Pérez-Reverte ha compartido un formulario para los ofendidos en redes sociales. “Twitter es maravilloso. Recibo mensajes de lectores, o que dicen serlo, afirmando que no volverán a leer mis libros porque me vacuné ayer”.
“Por lo visto debía mantenerme virgen e ininyectado, o como se diga, para no ofenderlos. Para la segunda dosis, les ruego que rellenen esto”, ha añadido, adjuntando la imagen del cuestionario.
En él, se pregunta de todo. Desde el motivo de la ofensa (un meme, una publicación, una foto, etc) o si lloró poco o como una Magdalena hasta si puede llegar a necesitar una terapia para superarlo.
Además, la parte final del cuestionario acaba por todo lo alto. En ella hay que marcar los motivos por los que se ofendió. “Soy un idiota”, “me gusta el drama”, “necesito atención”, “me tomo todo a título personal” o “tengo muchos complejos” son algunos de las opciones que se ofrecen.
Su publicación, en menos de tres horas, ha sido compartida más de 2.000 veces y ha recibido ya 10.000 me gusta.
Como ya se ha venido demostrando con los estudios científicos realizados en países con altos índices de población vacunada (Israel, Estados Unidos o Reino Unido), la vacunación es la única vía para terminar con la pandemia.
En España, el Ministerio de Sanidad informó este miércoles que se habían administrado en las últimas 24 horas más de 485.000 vacunas. En total, las casi 18 millones de dosis administradas han servido para proteger completamente al 13,4% de la población adulta y al 31,6% parcialmente.
El cuerpo de un anciano víctima del coronavirus, descansa tapado con una sábana sobre una cama en un centro de mayores en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
El cuerpo de una persona muerta por Covid, cubierta en su cama de un asilo de Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Dos empleados de una funeraria retiran el cuerpo de una víctima de COVID-19 de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
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Una empleada de funeraria, tratando un cuerpo, el 17 de noviembre de 2020 en Barcelona.
Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.
