El chiste de Montoro: propone ahora prohibir por ley amnistías fiscales como la que hizo él
Las humoradas del ministro de Hacienda no tienen límites.
Cristóbal Montoro ha dicho esta mañana en los pasillos del Congreso que los periodistas "no entienden" su humor. El Tribunal Constitucional ha declarado ilegal su amnistía fiscal de 2012 y se iba a enfrentar a una dura sesión de control al Gobierno, pero el ministro de Hacienda tenía el día bromista. Qué más dá que su reprobación parlamentaria sea más que probable, ahora que Ciudadanos la baraja. Tenía ganas de lucir su humor irónico, así que por la tarde ha propuesto a los partidos prohibir por ley las amnistías fiscales.
¿No dan ganas de aplaudirle?
"Se ha demostrado que los procesos de regularización no gustan a nadie", ha dicho ante la Comisión de Hacienda del Congreso y la mirada estupefacta de los demás partidos. Bueno, estupefacta tampoco. En realidad, lo único que ha hecho el ministro por la tarde ha sido insistir en su estrategia para salvar los muebles y decir que aquella amnistía fiscal, forjada como anillo para el dedo de los corruptos, no le gustaba ni a él. Pero si no le gustaba, qué bien ha disimulado defendiéndola con pasión durante años.
Incluso este miércoles, con la medida declarada ilegal por el Constitucional, con todos los partidos acorralándolo, Montoro ha seguido dando la cara por ella: "Esa medida para lo que ha servido es para que hoy haya crecimiento y creación de empleo. Para que los que realmente estaban evitando a la Hacienda pública hoy estén contribuyendo en el IRPF y en el Impuesto de Patrimonio".
Alguien podría pensar, escuchando al ministro de Hacienda, que es un completo sinsentido creer de manera tan profunda en las bondades de una amnistía fiscal (un mecanismo para que los defraudadores de todo pelaje volvieran al redil del fisco público bajo la promesa de perdón para sus irregularidades anteriores) y propugnar al mismo tiempo que se prohíban mediante una modificación de la Ley General Tributaria. Pero eso es porque va por detrás de la mente de Montoro.
El titular de Hacienda sabe que medidas como ese decreto ley de 2012 declarado inconstitucional van a ser todavía menos procedentes en el futuro inmediato: en 2018 entrará en vigor el intercambio automático de información fiscal entre un gran número de países, entre ellos algunos "considerados hasta ahora paraísos fiscales". Así que las amnistías "ya no serán necesarias", ha asegurado.
En esa misma Comisión, ha anunciado que el Gobierno va a llevar al Congreso un "aumento extraordinario" de la plantilla de la Agencia Tributaria y dedicada a la lucha contra el fraude. Según ha avanzado, el Ejecutivo aprobará este aumento de plantilla junto a la Oferta Pública de Empleo (OPE), una vez entren en vigor los Presupuestos Generales del Estado de 2017, que se tramitan en estos momentos en el Senado.
Ni las explicaciones de Montoro ni el anuncio de estas medidas ha satisfecho a los grupos políticos. Alberto Garzón, de Unidos Podemos, ha señalado que la amnistía fiscal fue una opción "política" y que la recaudación de cerca de 1.200 millones de euros proveniente de la regularización no suponía ingresos suficientes para frenar el déficit, y ha recordado que en 2012 el Gobierno habilitó un crédito extraordinario para gasto militar de un importe superior.
El diputado de Ciudadanos, Francisco de la Torre, le ha recordado al ministro que la Academia de la Lengua llama amnistía fiscal a perdonar impuestos, por mucho que el ministro lo quiera denominar regularización, al tiempo que ha asegurado que da igual que se prohíba por ley aprobar nuevas amnistías, porque cree que la sentencia del TC por sí sola cierra la puerta a esa posibilidad.
Sin embargo, la tensión real había empezado a crecer por la mañana, después de unas palabras de Montoro en los pasillos del Congreso que se han leído como una amenaza al PSOE. Montoro ha criticado a los socialistas por estar "falseando" cuando afirman que son los dirigentes del PP los implicados en la amnistía cuando "hay más socialistas" implicados y "están en los tribunales".
Las amenazas, más o menos veladas, son habituales en el quehacer del ministro. Desde la tribuna del Congreso o cada vez que ha tenido un micrófono a mano y un "enemigo" al que batir, ha deslizado sospechas o amenazas contra los medios de comunicación, contra otros políticos, contra los tertulianos televisivos, contra los deportistas e incluso contra los actores.
Hoy le ha tocado al PSOE, cuyo portavoz en la Comisión de Hacienda, Julián López Milla, ha arremetido contra él por sus palabras sobre los supuestos amnistiados socialistas: "No pasee una cabeza de caballo por los pasillos del Congreso", ha dicho, en referencia a la mítica escena de la película 'El Padrino'. "Ni es aceptable ni tolerante", ha aseverado.
Montoro ha defendido que su afirmación, recogida por los medios de comunicación este miércoles en los pasillos del Congreso, se debía a "un lapsus" y ha negado haber visto nunca la lista de beneficiarios. "La ha visto muchísima gente. Yo no", ha subrayado. ¿Se le puede creer?