Cristina Castaño: "Todas las mujeres que somos mínimamente conscientes nos hemos enfrentado a situaciones machistas"
La actriz será una de las protagonistas de 'Toy Boy' en Antena 3.
Cristina Castaño le ha dado demasiados años a La Que Se Avecina (Telecinco) y al género de la comedia. Es el momento de que se le reconozca como “Cristina Castaño actriz” y no sólo como Judith, algo que será “cuestión de tiempo” y a lo que puede ayudarle mucho su nuevo trabajo en Toy Boy, el thriller erótico que la productora Plano a Plano (La verdad) está rodando en Málaga y que se emitirá en Antena 3.
En la ficción interpreta a Macarena y comparte protagonismo con María Pedraza (Élite) y Jesús Mosquera (Allí abajo). El reparto lo completan Carlo Costanzia (hijo de Mar Flores), Raudek Raul Martiato, José de la Torre, Carkis Scholz. Toy Boy es la historia de un juguete roto, un stripper que se ve implicado en un asesinato y que no puede recordar lo ocurrido.
Castaño, que siempre se ha mostrado comprometida con el feminismo, interpreta ahora un personaje que se le suele asignar a los hombres y para el que se ha transformado físicamente. De la importancia del físico ante las cámaras ha hablado precisamente la gallega en una entrevista con El HuffPost, en la que también habla de machismo y de por qué a algunas personas “les molesta que otras se muestren sexys”.
Cristina Castaño, ‘la actriz de moda’. ¿La coletilla molesta?
No. Ojalá lo fuera siempre, estas cosas son cíclicas. Estar de moda es un buen momento para una actriz. No me parece en absoluto negativo, lo interpreto como algo positivo, es un gran adjetivo. Si lo dicen por ahí, me gusta.
Ahora que vas a participar en Toy Boy, una serie que gira en torno a un grupo de strippers hombres, puede que salga algún antifeminista que aproveche para decir que cuando el cuerpo que se instrumentaliza es el del hombre no importa tanto...
Esto es una ficción y hay que contar las historias desde todos los puntos de vista. De la misma manera que pueden decir eso también podrían decir que el personaje que interpreto es un rol que está generalmente asignado a los hombres: una mujer poderosa, jefa, líder, que conduce un Ferrari, con una mansión y que se lía con un chaval de 20 años al que le puede comprar lo que a ella le dé la gana. Eso ahora lo interpreta una mujer. A quien venga a quejarse le podemos contar esta versión también. Se invierten los papeles a todos los niveles y creo que es interesante. Además, el mundo de los strippers hombres existe. Estamos contando una ficción sobre una realidad.
Tú te has pronunciado varias veces sobre machismo. ¿Cómo te sientes al interpretar un papel que se le suele asignar a un hombre?
Como actriz me parece un regalo. No solo a nivel interpretativo por los diferentes registros que tengo que explotar, porque no solo está la mujer poderosa y de negocios, también es una madre con un hijo de 17 años con muchísimos problemas y que tiene una sensación de culpa constante de que no ha sido buena madre. Es muy interesante como actriz y además hay un cambio físico brutal. Es posible que mucha gente cuando vea la serie no me reconozca. El propio productor no me reconocía con ese cambio y por mi acting. Hace que mi imagen no se relacionase con nada a lo que el público está acostumbrado de mí.
Parece que te sentías encasillada con La Que Se Avecina...
Sí, Judith (mi personaje) ha marcado mucho. La Que Se Avecina ha marcado mucho mi carrera para bien, pero sí que es cierto que a ciertos productores o directores de casting les cuesta verme en otro registro que no sea ese, piensan que tú lo cuentas todo de esa manera. Como actriz me siento muy completa y Macarena me va a dar la oportunidad de cambiar de registro y contarle al mundo la otra actriz que también soy. Mi carrera continúa y es cuestión de tiempo que se me reconozca como Cristina Castaño actriz, aunque Judith siga estando en el corazón de la gente.
¿Cómo tomaste la decisión de salir de LQSA?
Se fue gestando en la última temporada.
¿Te has arrepentido en algún momento?
Nunca. He tenido la suerte de que me ha ido muy bien y si no lo hubiese dejado no habría podido interpretar a Constanza de Borgoña (El final del camino, TVE) o a Macarena en Toy Boy. Creo que tomé una buena decisión y el tiempo me está dando la razón, aunque si hubiese querido quedarme también habría estado bien. La tomé porque tenía hambre de otros personajes. Ya le había dado demasiados años a Judith y sentía que ya no podía darle nada nuevo y que tampoco tenía nada que aportarme a mí. Necesitaba otros personajes que me dieran experiencias nuevas.
En cuanto al físico, ¿se te ha exigido más alguna vez por ser mujer? Se suele decir que en televisión tienen cabida sólo presentadoras guapas y que la vara de medir con los hombres no es la misma.
No, y tampoco estoy de acuerdo con eso. Recuerdo que dejé de fumar en LQSA y engordé. Nadie me vino a decir ‘tienes que estar delgada’. El talento está por encima del físico. No todas las presentadoras son guapas. (Silencio). Si es cierto que la cámara es exigente y que la belleza es un valor muy grande en ese sentido. Sí que he recibido alguna crítica por ejemplo... bueno, es que no te lo voy a decir.
¿Has vivido trabajando alguna situación machista?
Creo que todas lo hemos sentido. Lo que a los 20 años parecía normal a los 40 empiezo a reconocer que no lo era. No es que esté muy involucrada con la causa feminista, pero soy mujer y este es nuestro momento. Antes no se hablaba de esto y ahora sí. Si nos callamos nosotras... tenemos una responsabilidad, por eso lo digo, porque nos toca tomar el relevo y las riendas de la situación y por suerte la sociedad, también los hombres, nos están dando ese lugar. Esto no pasaba hace 25 años, está pasando ahora, si nos callamos no vamos a conseguir nada. Si además tenemos voz y un medio donde se nos escucha... más.
¿Recuerdas alguna situación concreta?
De todo tipo, macro y micromachismo. Todas las mujeres que somos mínimamente conscientes nos hemos enfrentado a esta situación.
Ahora que el feminismo tiene tanta voz, como dices, salen muchas otras voces a la contra.
Sí, claro, lógico. Recibo muchas críticas de mujeres cuando hago un comentario de este tipo. Fue muy criticado cuando dije que las mujeres también eran machistas, que nuestras madres lo son. No me parece tan alejado de la realidad. Era a mí a quien mandaban fregar y no a mi hermano. Eso ya es un machismo de base tremendo, que la mujer tenga que hacer las labores de la casa. Con eso hemos crecido. Yo amo a mi madre, pero sé perfectamente que mi casa era machista, mi padre no freía un huevo y una gran mayoría de las casas en España son así. Cuando hablo de esto no estoy criticando, estoy dando un dato que creo que es necesario afrontar para poder cambiar. Si no lo aceptamos no lo podemos cambiar.
Que recibas tantas críticas por una opinión o que estés expuesta por tu trabajo, ¿te genera ansiedad? Cada vez son más artistas los que confiesan sufrirla.
Está ligado con el tipo de sociedad en la que vivimos, en la que se exigen muchos resultados, en la que hay mucha prisa, en la que hay que ser perfecto, hay mucha competencia, mucho estímulo de todo tipo, visual, auditivo, mucho anuncio, mucho cómo debemos ser. Creo que eso como especie nos afecta y no para bien. Quizás consigamos muchas cosas y seamos competitivos, pero como seres humanos nos genera una serie de estados físicos que tengan que ver con la ansiedad y la depresión. Te están diciendo cómo debes ser y no que te quieras como eres, eso puede provocar tristeza. Como actriz me he preocupado de conocerme a mí misma y de conocer ese tipo de problemas para conocer a mis personajes. Los artistas somos personajes sensibles por naturaleza y tenemos más conocimiento por eso, porque lo tenemos que trabajar. Estamos muy expuestos y entiendo perfectamente que muchos compañeros salgan y digan esto.
En esta serie hay poca ropa y tú también has publicado muchas veces desnudos en Instagram. ¿En España somos un poco meapilas con el desnudo?
Sí, porque España está marcada por la religión católica... poco a poco se va abriendo la veda en este sentido. Esta es una serie donde se cuentan los personajes a través de su sexualidad, una serie con erotismo, cuidada y elegante. Venimos de ahí.
Con el erotismo también nos cuesta.
Si una persona no se permite a sí misma mostrarse sexy o deseable le molesta que otra persona lo haga. Cuando lo ve en otra persona lo critica y esa crítica dice mucho de la persona que la hace. Toy Boy me gusta porque es una serie arriesgada y nos va a sorprender la intimidad de los personajes que no estamos acostumbrados a que se cuente en las series de este país.