Podemos descarta romper el Gobierno a pesar del enfado por el Sáhara y las medidas económicas
Díaz y Belarra se alinean ante las posturas del PSOE.
Tras semanas de divergencias, el espacio de Unidas Podemos vuelve a estar cohesionado. Yolanda Díaz e Ione Belarra van en la misma línea en estos momentos: indignación por el giro en el Sáhara occidental, ambición en medidas como el impuesto a las eléctricas, rechazo al aumento del gasto militar al 2% del PIB y sensación de que el PSOE les está escorando en la toma de decisiones. Pero también comparten, a pesar de todo esto, otra idea trascendental: no romper la coalición y seguir dentro del Gobierno.
El malestar de Unidas Podemos con el ala socialista es evidente, especialmente desde el pasado viernes por la tarde. No se les informó de la carta de Pedro Sánchez al rey de Marruecos y del apoyo al plan autonomista de Rabat para el Sáhara occidental, un tema especialmente sensible para la izquierda española.
“Opacidad” e “incoherencia” son las palabras que más repiten los ‘morados’ durante estas horas y dejan claro que es el presidente del Gobierno el que debe dar “explicaciones” sobre este giro. Estas ideas las han trasladado en el mismo sentido en público Díaz como Belarra. La ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos volvía a insistir este miércoles por la mañana en los pasillos del Congreso antes de la sesión de control: se trata de un “giro injustificable” y no responde “de ninguna manera” al sentido de la coalición progresista. “El foco tiene que estar en quien ha producido ese giro y que nadie entiende”, ha enfatizado. ¿Pero van a romper el Gobierno? No. La ‘morada’ insiste en que esa opción no está sobre la mesa y que sería irresponsable en estos momentos.
Y los gestos dicen mucho más que las palabras: Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero y los diputados de Unidas Podemos han evitado aplaudir al ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación y UE, José Manuel Albares, cuando ha respondido en la sesión de control y ha defendido que no había un cambio de postura respecto al Sáhara Occidental. Esto se une a que el martes por la tarde parlamentarios de Unidas Podemos desplegaron banderas saharauis en el Hemiciclo para mostrar su descontento durante el debate de una proposición del PP sobre permisos de paternidad y maternidad.
Desde Unidas Podemos se quejan internamente de que el PSOE no les informó en ningún momento de lo negociado con Marruecos ni de la carta enviada al monarca del país vecino, y que siguen sin saber las razones reales del giro. Atrás ha quedado ese cierre de filas total en público de Díaz por el envío de armas a Ucrania. Eso sí, ahora sí achaca que la competencia total en materia internacional corresponde al presidente del Gobierno.
Además, todavía no hay un acuerdo incluso dentro de la coalición sobre las medidas que hay que tomar el próximo día 29 en el Consejo de Ministros. Se está trabajando en un paquete amplio de medidas para frenar el alza de precios ante sectores que están paralizando el país. Desde Podemos se ha pedido un impuesto a las eléctricas y un cheque energético familiar de 300 euros. Por el momento, el presidente descartó ante las principales empresas energéticas la creación de esa tasa.
Hay nervios en estos momentos al ver cómo la calle está protestando y La Moncloa ha decidido no tomar ninguna medida hasta el 29, por una principal razón: esperar los posibles acuerdos que se verán en Bruselas en el Consejo Europeo durante este jueves y este viernes. Ahora se ha descartado la medida anunciada de fijar un tope de 180 euros megavatio / hora y se ve en estos momentos complicado que la UE dé el visto bueno a la idea de España de desligar el precio del gas del resto de energías.
Además, se ha instalado en el Congreso la sensación de que la legislatura está en un momento vital y que podría derrumbarse ese bloque de investidura, ya que socios como ERC, Compromís y Más País quieren medidas ya que beneficien a los más desfavorecidos y votantes. Con otro fantasma: la ultraderecha podría capitalizar el descontento social que está arraigando entre transportistas, consumidores, agricultores y pescadores, entre otros asuntos.
Quedan días muy complicados, con una economía ya de guerra en toda Europa. Pero, a pesar de todo, Unidas Podemos no quiere forzar la ruptura del Gobierno. Eso sí, se suman y suman roces. Con enfados también del PSOE, como cuando Ione Belarra les llamó “partido de la guerra”. Esto sentó especialmente mal a Sánchez. Todo ello en un momento en el que precisamente UP no está bien en las encuestas y cuya postura sobre la guerra le cuesta caídas en intención de voto (se ha dejado 1,8 puntos en el último CIS, en un barómetro que señalaba que más de la mitad de sus votantes sí respaldaban enviar armas a Ucrania). Además, los ‘morados’ creen que los socialistas los están apartando de las tomas de decisiones y que tienen la tentación de pactar con la derecha las principales medidas económicas del 29.
La situación está muy tensa en las calles, y dentro de la coalición.