¿COVID-19 o gripe? Así se distinguen
Los síntomas del nuevo coronavirus y los de la gripe son similares. ¿Dónde está la diferencia?
Los responsables de salud pública aseguran que nuevos brotes de coronavirus (COVID-19) alrededor del mundo son inevitables. A diario surgen más casos y, mientras las mascarillas vuelan de los estantes, la gente se prepara para posibles cuarentenas.
La cifra global de muertes supera ya las 3.000, y existen más de 89.000 personas infectadas en todo el mundo. Pero, como señalan fuentes sanitarias, ni de lejos se acerca a los casos de contagios y fallecimientos que origina la gripe estacional -denominada influenza, técnicamente- cada año: se estima que que anualmente hay mil millones de afectados en todo el mundo por esta causa, y que acaba con la vida de entre 290.000 y 650.000 personas durante ese periodo.
Entonces, ¿por qué tanto pánico? ¿Cuál es exactamente la diferencia entre una y otro?
¿Por qué parecen iguales?
Tanto el COVID-19 como la gripe común son infecciones virales. Pueden transmitirse entre personas a través de ‘gotas’ -generalmente al toser, estornudar o hablar-.
Ambas tienen síntomas similares, ya que las dos afectan al sistema respiratorio, y pueden causar fiebre, tos, dolores corporales, fatiga y, en algunos casos graves, neumonía.
No son infecciones bacterianas, por lo que ninguna puede tratarse con medicamentos como los antibióticos, pero los profesionales médicos también intentan disminuir los síntomas en los dos casos reduciendo la fiebre.
¿En qué se diferencian?
El coronavirus se refiere en general a un tipo de virus que, en realidad, es muy común en todo el mundo. La mayoría de los coronavirus causan enfermedades leves y moderadas del tracto respiratorio superior, como por ejemplo un simple resfriado. Lo cierto es que según el Centro para el Control de Enfermedades (CDC), la mayoría de la gente se infecta con uno o más virus de este tipo a lo largo de su vida.
El COVID-19 -su nombre formal-, es, sin embargo, un tipo nuevo de coronavirus. Esto significa una cepa nueva, que no se había visto previamente en humanos, y cuyo último brote se atribuye al nuevo coronavirus 2019 que se originó en Wuhan, China.
Por el contrario, la gripe aparece por un montón de tipos y cepas de virus influenza diferentes. Hay dos variaciones principales que se producen cada año: Influenza A y B. El brote de H1N1 en 2009 fue uno de estos tipos de virus.
Aunque ambos -el coronavirus y la gripe-, tienen síntomas similares, provienen de familias de virus totalmente distintas y los científicos, que llevan años estudiando la segunda, trabajan rápidamente para desarrollar vacunas y tratamientos en respuesta a las cepas mutantes.También se sabe que la gripe es estacional, y que sus brotes tienden a desaparecer en la primavera.
En sentido opuesto, el COVID-19 es nuevo y desconocido. Aún no estamos 100% seguros de cómo se propaga y los expertos especulan que podría viajar más rápido que la gripe.
En general, según los CDC de EEUU, la tasa de mortalidad de las personas infectadas con gripe esta temporada es de 0,05%. Mientras que según una investigación realizada por los CDC chinos, la tasa de letalidad del nuevo coronavirus es del 2,3%.
Otra de las diferencias clave son las vacunas. El personal sanitario asegura que cualquier vacuna para combatir el COVID-19 podrá tardar hasta un año en estar disponible, pero ya existe una contra la gripe en funcionamiento desde hace mucho tiempo: la primera para uso del consumidor salió en 1945, aunque todos los años se refina para actualizarla y poder combatir el virus de la gripe más reciente. Generalmente su eficacia es del 40% al 60%.
Como conclusión... si aún no lo ha hecho, deje que esto sea un recordatorio: ¡vacúnese contra la gripe! No le protegerá contra el COVID-19, pero sí podría evitar que se contagie de influenza y agote los recursos de atención médica que se necesitan en otros lugares.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Canadá y ha sido traducido del inglés por Elena Niño.