Cosas que no sabías que podías hacer en Salamanca
Más allá de la Plaza Mayor, la Universidad y las dos catedrales.
Conocida como La ciudad dorada de España, Salamanca presenta una rica cultura arquitectónica, religiosa y gastronómica. Muchos visitantes admiran lugares como la Plaza Mayor, la Catedral Vieja y la Nueva —máximos exponentes de los estilos renacentista y gótico—, el Convento de San Esteban o el Puente Romano. Pero las calles de esta hermosa ciudad esconden muchos más tesoros, menos populares entre los visitantes primerizos.
¿Quieres conocer Salamanca como un verdadero salmantino? Sigue esta miniguía de TripAdvisor y descubrirás algunos de sus más bellos rincones.
Ubicado en el centro histórico, muy próximo a la catedral, cuenta con un magnífico jardín y unas bellísimas vistas de la Iglesia de San Polo, así como de parte de la ribera del río Tormes y de la antigua muralla de Salamanca. Se dice que aquí se ubica parte de la historia del libro La Celestina de Fernando de Rojas, escrito allá por el 1499. Los viajeros recomiendan un paseo de noche, para poder apreciar mejor la magia del lugar: la variedad de flores, el pozo, la iluminación, las vistas desde la muralla... Si además dejas volar tu imaginación no te costará imaginar a los protagonistas de la conocida tragicomedia.
Junto al Huerto de Calixto y Melibea podrás encontrar este fantástico museo que quizás por la gran abundancia de monumentos y centros de interés que tiene Salamanca suele pasar desapercibido. La Casa Lis acoge una estupenda colección Art Nouveau y Art Déco. Un edificio modernista con muñecas antiguas y unas vidrieras espectaculares que además cuenta con interesantes y frecuentes exposiciones temporales. Esta visita es muy interesante tanto para aficionados al arte como para meros visitantes. Su colección de objetos de principios del siglo XX, junto con su ubicación en un palacete que evoca los brillantes años 20, te transportará a otras épocas.
Es el sitio ideal donde programar una parada en la visita del casco histórico de Salamanca. Enclavada entre la Catedral y el Palacio de Anaya, esta pequeña plaza se encuentra en el centro neurálgico de la zona monumental. En ella se puede observar el famosísimo astronauta de la fachada de la catedral, la parroquia de San Sebastián y el Palacio de Anaya, de gran relevancia arquitectónica.
En tu visita a Salamanca, no puedes olvidar esta joya monumental en excelente estado de conservación. Fundada en 1218, por sus claustros han pasado las más diversas y destacadas personalidades de la ciencia, la cultura y la política española, como Fray Luis de León o Miguel de Unamuno. Los viajeros recomiendan la visita al interior con guía turístico para conocer todos los detalles y acceder a las clases, capilla y biblioteca, admirando su magnífica portada plateresca. Entre las infinitas filigranas que la componen, hay una pequeña rana sobre una calavera. Dice la tradición que si no la encuentras, ni te casas ni apruebas la carrera. Pero no vale hacer trampa, ¡debes descubrirla tú!
La visita a las Torres de La Clerecía, situada en la misma Universidad Pontificia, ofrece unas vistas panorámicas de Salamanca que nada tienen que envidiar a Ieronimus (torres de las Catedrales). Resulta muy entretenido asomarse por cada una de las ventanas de las torres y, con la ayuda de los carteles informativos, identificar los diferentes monumentos: Catedral, Purísima, Palacio Monterrey, Fonseca... Además de la siempre peculiar vista de los tejados del centro histórico. En días claros se ve hasta la Sierra de Béjar y Gredos.
Es una mansión señorial de la época de los Reyes Católicos edificada a finales del siglo XV. La singularidad de este edificio radica en las aproximadamente 300 conchas de Santiago que la decoran, dispuestas a tresbolillo (siguiendo una composición romboidal propia del estilo mudéjar). Su decoración, propia del Renacimiento, asombra a locales y visitantes por su singular belleza que la hacen única. Un edificio especialmente original que aúna elementos góticos, renacentistas y mudéjares. Sobre la Casa de las Conchas circula una leyenda que cuenta que los Jesuitas ofrecieron comprarla pagando una onza de oro por cada concha, pero ninguno de los herederos quiso desprenderse de la casa. También cuentan que en los sótanos de la Casa de las Conchas tenían que dormir o pernoctar los estudiantes castigados por el Maestre. Actualmente esta casa palaciega es Biblioteca Pública de la ciudad.
Este antiguo mercado construido a comienzos de siglo está situado junto a la Plaza Mayor de Salamanca. A lo largo de su historia ha sufrido numerosas reformas, aunque conserva el atractivo por su excelente ubicación y su variedad en verduras, carnes, embutidos y pescado de primer nivel. Si tras tu visita deseas comprar productos ibéricos típicos de Salamanca, no lo dudes ¡este es el lugar al que ir!