Conviviendo con la guerra: los ucranianos en España, convencidos de que "todo puede pasar" con Rusia
Incertidumbre, preocupación, pero también costumbre. Los ucranianos consultados reconocen que el foco mediático llega tarde y coinciden en mantener la esperanza en la diplomacia para frenar a Putin.
Con Rusia en el escenario, todo puede pasar. De hecho, las amenazas de invasión rusa a Ucrania no son nuevas y los ucranianos viven en una guerra abierta con su país vecino desde hace casi ocho años. Esto les ha llevado a aprender a convivir con un conflicto hasta el punto de llegar a acostumbrarse. Sin embargo, los últimos avances estratégicos y movimientos de tropas que han puesto la esfera internacional patas arriba dejan cierta preocupación entre los residentes ucranianos en España, pese a la tranquilidad que tratan de transmitir desde la Unión Europea y el propio presidente Zelenski. Son conscientes de que el juego de palabras de Putin puede terminar en lo peor para ellos y sus seres queridos, y así se lo han transmitido a El Huffpost.
Es el caso de la abogada Liliya Mykolayiv que lleva más de 20 años en la capital pero que sigue muy de cerca la actualidad de su país. Según expresa, no se puede consentir el chantaje que Rusia impone a los países aliados y organismos internacionales como la OTAN. “Rusia no quiere tener más territorio, lo que quiere hacer es recibir una serie de concesiones, un chantaje a través del uso de fuerza”, critica.
Además argumenta que, desde hace años, Rusia está viendo cómo Ucrania se está alejando de ella y se acerca a la Unión Europea a través de cambios en su sistema de justicia y reformas de cara a cumplir los objetivos para llegar a ser un Estado miembro. “Ucrania está saliendo del yugo ruso y Putin está viendo que no tiene tanta capacidad para controlar a su país vecino”, opina.
A pesar de esos cambios, Ucrania no deja de ser un país “joven”, con una estructura aún soviética y muchos lazos con el Kremlin. Pero, en estos últimos ocho años, el país no ha podido avanzar a la velocidad que merece y lamenta que una guerra o que se decrete un Estado de sitio supondría un nuevo parón en el avance democrático del país.
Ante esta situación, Mykolayiv agrega que cuando Rusia ha querido agredir lo ha hecho y recuerda que así ocurrió en la península de Crimea donde la ocupación se produjo en cuestión de semanas. Sin embargo, ella descarta una invasión en los próximos días y que la situación desemboque en un conflicto a escala global porque en estos ocho años se han vivido momentos más críticos. En esa línea manda el gobierno ucraniano mensajes pregrabados del presidente Zelenski con un mensaje de tranquilidad y pidiendo a los ciudadanos que protejan “sus cerebros de las mentiras y el pánico”.
“La situación no es tan grave como la que ya hemos vivido nosotros. Ya sabemos que tenemos un amigo agresor, pero todavía no se han dado unas circunstancias para que haya un ataque armado”, señala mientras recuerda que su primo es militar y aún no le han llamando a filas, como sí ha ocurrido en ocasiones anteriores.
Pero antes de que eso ocurra, opina que la solución a este conflicto tiene dos vías: o bien que la Unión Europea se desvincule de Ucrania dejándola a su suerte o bien asegurarle que vaya a cumplir los requisitos para entrar a formar parte de la comunidad europea y así cesar el chantaje ruso.
Mientras tanto, confía en que haya un mensaje firme de unidad frente a Rusia, más allá de las sanciones anunciadas este lunes, como la retirada de visas o la prohibición de que participe en eventos internacionales. Y rechaza los movimientos individuales de países que han decidido retirar a parte del personal diplomático, como EEUU y Reino Unido, que, según sostiene, son estrategias que sirven para dar “la razón a Rusia”. “Se tiene que notar que la Unión Europea tiene fuerza suficiente”, añade.
Sobre este tema también coincide Yuri Chopyk, presidente de la comunidad ucraniana en España, que confía en que una respuesta internacional fuerte y estricta es lo único que puede frenar el plan que Putin lleva preparando “desde hace mucho tiempo”.
“Para él (Putin) no cabe la existencia de una Ucrania democrática fuerte y por eso está pasando esto. Es su plan para restablecer su espacio y eso es peligroso. No va a parar hasta que no reciba una respuesta dura”, comenta.
Pese a que es consciente de que Rusia y Ucrania comparten una frontera muy extensa y que en “cualquier momento puede estallar”, a la vez envía un mensaje de tranquilidad porque considera que Rusia no es tan fuerte como quiere aparentar a nivel internacional. Y más a nivel personal, porque también le sirve para reconfortarse con el bienestar de su familia, que vive en la zona norte.
Y eso es debido a que después de tantos años, explica, la gente ya está acostumbrada a esta situación y sus vidas continúan pese a los 14.000 muertos en el conflicto y los millones de desplazados. No obstante, añade que, aparte de esa tranquilidad, “en su interior tienen un espíritu de dolor”.
Aun así, apunta que, aun con la distancia, los ucranianos están unidos “para defender a su país” y que seguirá luchando para que Ucrania por fin sea un país libre y democrático.
Las medidas
Abrumados por los riesgos, los ciudadanos ucranianos ya están preparando mochilas de emergencia y buscando lugares de escondite y protección ante un posible ataque, tal y como relata Nina Danylyuk, que mantiene el contacto con familiares y amigos y además viajó al país el pasado agosto y lo pudo comprobar en primera persona.
Al contrario de lo que opinan sus otros dos compatriotas, para ella la situación sí es más grave que en otras ocasiones porque Rusia está preparada para atacar desde tres puntos diferentes y eso le causa angustia por su familia y no le da “buenas vibraciones”.
Por ello, el sentimiento de preocupación por su pueblo no sabe de distancias. “Nos preocupa la gente que está en Ucrania, el país entero”, apunta.
“El Gobierno de Ucrania no me parece muy cualificado y tengo más esperanza en la coalición EEUU-UE-OTAN”, comenta. Aún así, tiene esperanza en que la diplomacia prime en las negociaciones y que la situación no llegue a más porque, como recuerda, “Ucrania es Europa” y si llega una guerra va a afectar a todos.
Incluso ha llegado a preguntar a sus padres, que viven en el oeste del país, por qué no quieren abandonarlo. Recuerda que ellos ya han vivido la ocupación soviética durante años y, aunque les ha dejado caer la opción de huir, ellos prefieren defender su territorio. “Dicen que si se han quedado hasta ahora que van a seguir protegiendo su tierra”, explica.
Entre las maniobras de defensa destaca los videos que ya empiezan a viralizarse en redes sociales sobre cómo preparar cócteles molotov. Algo que no le sorprende porque, como dice, “llevan toda la vida en guerra”.
Ver el lado positivo
Eso sí, pese a la adversidad de la situación, los ucranianos también son capaces de sacar lecturas positivas de esta situación.
Por un lado, las amenazas de Rusia han logrado acaparar portadas mediáticas en todo el planeta y la gente ha sabido situar un conflicto del que no se hablaba desde hace años. Es lo que opina Liliya, que se ha mostrado “muy contenta porque por lo menos el tema está en el foco a nivel global”. Aún así lamenta que la atención mediática llega tarde y que esto tenía que haber pasado hace ocho años. Opina igual Yuri que recuerda que en ese momento la voz de Ucrania “no fue escuchada”. Por otro lado, está la solidaridad que sienten y que están recibiendo ellos en España y hacia los que han decidido permanecer en su país para defenderse de las amenazas rusas, afirma.